lunes, 28 de julio de 2008

La otra historiografía justificativa


Con este título se publicaba en el número 4 de la revista Germinal una reseña del libro de Angel Viñas El escudo de la República, firmado por Elías Fernández.

Un analisis a través de un libro de otro modelo historiográfico que se impone y que desde luego no está fuera de polémicas. Aquí está el texto íntegro




El surgimiento de determinada pseudo historiografía que no viene sino a reavivar los lugares que fue estableciendo el franquismo, se ha convertido en un fenómeno, que en palabras de Paul Preston, solo se entiende desde la telebasura.
Pero lo mismo que determinados personajes al servicio de intereses muy concretos trata de justificar lo injustificable, en el mundo académico está naciendo una historiografía canónica que bajo postulados completamente científicos trata de justificar a determinados personajes relevantes sobre todo de la Segunda República y de la Guerra Civil española. El libro de Ángel Viñas que aquí comentamos viene a enmarcarse dentro de este segundo grupo, porque si algo no se le puede llegar a Viñas es precisamente que su trabajo tiene una investigación detrás, cosa que la pseudo historiografía neofranquista carece.
Pero el hecho que este investigado no quiere decir que las premisas y las conclusiones que saca Viñas sea correctas o se atenga a la realidad. Su libro, El escudo de la República, segundo de la una trilogía (el primero fue La soledad de la República y ya ha anunciado el tercero para 2009 titulado El honor de la República) es toda una justificación de la política de Juan Negrín la frente de sus gestiones gubernamentales, primero como ministro y ya al final de la obra como Presidente del gobierno de la República.
Y es que Viñas hace una historia de buenos y malos, no ateniéndose en ocasiones a la realidad y obviando algunas fuentes documentales básicas para poder hacer o no determinadas afirmaciones. Para Viñas la inestabilidad de la República viene determinada por los anarquistas, presentados como elementos desestabilizadores, auspiciadotes de los mayores males de la retaguardia, cuando no como una banda de forajidos sin ley, y el sector sovietista, autor de determinadas medidas en la retaguardia.
La obra de Viñas tiene dos temáticas claras. Una económica, donde el autor se desenvuelve bastante bien pues trata temas que ha estudiado bastante, mas teniendo en cuenta su condición de economista (que no historiador). Y una política, donde analiza determinados sucesos del periodo que comprende desde noviembre de 1936 hasta el verano de 1937. En esta última parte hay tres temas básicos sobre los que se tendría que analizar más pormerizadamente. El asunto de Paracuellos del Jarama, los sucesos de mayo de 1937 y la muerte y desaparición de Andreu Nin.
Viñas, al igual que Martínez Reverte, consideran como culpables de la matanza de Paracuellos a anarquistas y comunistas, insistiendo sobre todo en la autoría de los primeros. Sin apenas pruebas, apunta incluso a personas concretas, tal como hace Martínez Reverte, como Amor Nuño. Sin embargo en el documento que se cita el nombre de Amor Nuño no aparece por ningún sitio. Amor Nuño desempeñaba dentro de la Junta Delegada de la Defensa de Madrid las tareas de Industria de Guerra. Todo el aparato de Orden Publico estaba en manos de las Juventudes Socialistas Unificadas, con cabezas visibles como Santiago Carrillo, José Cazorla o Segundo Serrano Poncela. Sin embargo, basando en un documento, que ni siquiera está reseñado, se implica a toda la Federación Local Sindicatos Únicos de la CNT de Madrid, con Amor Nuño a la cabeza. Pero Viñas se salta algunos hechos que son determinantes para demostrar que los anarquistas no tienen una relación con los sucesos de Paracuellos. Se sigue manteniendo el lugar común que las salidas de Madrid estaban en manos de la CNT. Una vez que se constituye la JDM pasan a control directo de esta. Por su parte, el Batallón de Etapas que se encargaba el traslado de presos, no esta en manos de los cenetistas sino de los comunistas. Sobre el documento tan solo se reseña a un acuerdo llegado con la Consejería de Orden Público para el traslado de presos, donde algunos iban a ser ejecutados. Pero la matanza masiva de presos ocurrida en Paracuellos responde a criterios que sobrepasan a CNT o JSU. Ese tipo de matanzas es más propia de los soviéticos. Y es más, en ese documento hablan previamente del aborto de entrada en la Embajada de Chile para capturar a presos fascistas, realizado por miembros de la CNT. No encajan muchas piezas en este complicado puzzle. Sin embargo Viñas no se corta y al hablar de la labor de Carrillo en el proceso de transición democrática lo compara con los otros protagonistas que han subido a la palestra por obra y gracia de un economista y un periodista. Y dice así Viñas en un acervo claramente subjetivo: “Los restantes personajes se volatizaron en la historia, incluido unos anarquistas que ya habían encharcado de sangre la España republicana y contribuido desde el primer momento al deshonor de una República en la que en su mayoría no se reconocía” (Pág. 76) El paroxismos llega con la ridiculización que hace de las acciones de Juan García Oliver o el esquematismo que deja a Melchor Rodríguez. Todo este tipo de visiones lo que viene a reclamar es un trabajo serio y concienzudo sobre la represión en la retaguardia republicana en Madrid y poder así desmitificar la idea de que los únicos que reprimían eran los anarquistas, algo en que coinciden historiadores izquierdistas y derechistas.
Pasando a los “Hechos de mayo de 1937” nuevamente la responsabilidad máxima recae sobre la CNT. Mantiene una idea equivocada de la estructura anarquista y anarcosindicalista. A la CNT no se la puede establecer con bases y cúpulas, porque tales cuestiones no existían en el seno de la organización. Error en que también incurren pseudos historiadores del espectro libertario, que en parte tienen mucho en común con toda esa historiografía canónica y también con la derechista. Viñas califica a la CNT y al anarquismo como irracionalidades políticas y económicas, al igual que haciendo nuevamente gala de un subjetivismo y parcialidad total dice así respecto a la represión: “El actuar en aquellos momentos contra la CNT indicaba una no escasa dosis de responsabilidad” Viñas, al igual que otros autores, confunde la anécdota con la generalidad. Los Amigos de Durruti fue una anécdota entre la gran masa confederal. Él mismo lo contabiliza en 1500 faistas y 3000 cenetista, sobre un total de más de 300000 afiliados en toda Cataluña. Algo realmente nimio. Y si bien se conoce que la labor de apaciguamiento de los ministros anarquistas fue importantísima, para Viñas las acciones de García Oliver no tiene ningún tipo de importancia.
Por último en la muerte y desaparición de Nin no descubre nada nuevo, lo único que se limita es a volcar las teorías de Orlov, cosa que a día de hoy nadie cree. Las acusaciones de Orlov contra Nin son estrambóticas y fuera de lugar. Lo único que introduce es que Negrín si actuó por el asunto Nin, y si bien no pudo salvar la vida del dirigente del POUM, si lo hizo del resto de miembros del partido marxista heterodoxo. Pero Viñas salta por alto que es precisamente el gabinete de Negrín quien ilegaliza el POUM tras machacona campaña comunistas y con ello se da luz verde a la persecución contra sus militantes. Si es cierto que Negrín intentó frenar esto solo podrá pasar a la historia como un político pusilánime, que fue incapaz de frenar los parámetros de la URSS en la época republicana.
Como últimos datos a destacar diremos que Viñas hace gala de haber estado en muchos archivos para la documentación de su obra. Cosa que cuando miras las fuentes y la bibliografía es cierta. Pero es sorprendente que con todos los datos de crítica exarcebada contra el anarquismo no haya pisado los archivos de la CNT y de la FAI, que están ubicados en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, y en el caso del Archivo de la CNT, también en la Fundación Anselmo Lorenzo de Madrid. Quizá contrastar los datos con las fuentes anarquistas sería un buen ejercicio.
También Viñas critica fuertemente las memorias (por no decir su desprecio por las fuentes hemerográficas) de algunos de los personajes que cita en la obra (Largo Caballero, García Oliver, etc.) A García Oliver le llega a catalogar como cínico. Las memorias está claro que son fuentes de primer orden pero con las que hay que tener la máxima cautela. Pero lo que es un ejercicio poco científico desde la historiografía es desechar unas memorias y considerar a otras como base de cualquier cosa. Durante el capitulo de los sucesos de mayo Viñas cita constantemente la memorias de Azaña. ¿Cuál es el parámetro que mide la veracidad de las memorias de Azaña y el cinismo de García Oliver? Esta claro que la libro lectura del autor.
Muchos mas son los temas que trata Viñas pero de los que no nos podemos parar detenidamente aquí. Su visión de la figura de Largo Caballero, el papel de los comunista o el intervencionismo de Stalin en la política española son alguno de ello, así como la fuerte crítica y en ocasiones visceral a la que somete a otros historiadores a los que Viñas no guarda ninguna simpatía, mucho de ellos reputadísimos como Anthony Beevor, Burnett Bolloten o Bartolomé Benassar.
Esta bien que nos acerquemos a la obra Viñas para comprobar como esa otra historiografía esta creando nuevos lugares comunes, intenta hacerse canónica y trata de justificar por todos los medios determinadas personalidad, incriminando sin ningún pudor a organizaciones e ideología que hoy lo tienen mas difícil para defenderse.
Elías Fernández

martes, 22 de julio de 2008

El Solitario y el anarquismo.

Hoy Público me ha publicado una carta al director. "El Solitario", el personaje este que se dedicaba a atracar bancos y a matar a gente, se ha declarado anarquista. Como suele ocurrir con todos los jetas, este tipo dice esto para descargarse responsabilidad y adjudicársela a una ideología que nada tiene que ver con el robo ni el asesinato. Como algunos medios libertarios y la prensa oficial le gusta airear esto, por motivos distintos, y como en el movimiento libertario se tiende a hacer héroes a los que no lo son, escribí un pequeño texto que han recortado. Aquí adjunto el íntegro.

¿Anarquista?
Ha salido en la prensa, y en algunos medios se ha dicho en demasía, que "El Solitario" se está autoreclamando anarquista. Es curioso que un personaje que ha llevado por vida la extorsión, el robo y el asesinato se proclame como tal una vez que ha sido detenido. Una persona que ha disfrutado de toda clase de lujo merced al robo y que ha realizado esa acción para lucrarse. Y lo peor no es lo que él diga sino que alguien le haga caso. Es la visión que la derecha reaccionaria siempre ha dado al anarquismo. Y algunos "anarquistas" dan crédito a ello. Es lo que yo llamo "anarquistas de derechas" de forma eufemística. El anarquismo es una ideología política y social que lucha por las mayores cotas de libertad. Los anarquistas en España ofrecieron un gran tributo de sangre a las causas justas de justicia social y en su lucha contra el franquismo durante la Guerra Civil y la dictadura. Lo único que hace la palabra anarquista en la boca de una persona como "El Solitario" es ensuciarse. Seamos justos.

Aquí lo dejo para que quede constancia. Un personaje como "El Solitario" no puede ser nunca anarquista. Hace falta moral y ética para ello. Y de eso carece este personaje.

jueves, 17 de julio de 2008

Visiones reaccionarias del movimiento obrero


Hace poco, paseando por el Rastro de Madrid, di con un puesto de almoneda, donde encontré un libro de Federico Urales y un texto de teosofía a muy bajo precio. Entre la montaña localicé también una pequeña obra de teatro con el título "Sabotage" del Gran Guignol. Tan poco valor le dio el dueño de la tienda a la obra de teatro que me la regaló sin más.

Editada por la Sociedad de Autores Españoles en 1913 (esta sociedad se comprometía a editar las obras de teatro que lograrán representarse), es un drama en un acto escrito por Hellen, Valclós y Pol D´Estoc, traducido al castellano por Enrique Arroyo y Carlos Dotesio, y estrenada en España, en el Coliseum Imperial de Madrid el 27 de diciembre de 1912.

Las historia se desarrolla en París, en el momento del escrito, donde un matrimonio tiene a un hijo enfermo. El marido, Pedro Chagneau, es sindicalista y está a favor de una huelga que se está desarrollando en la ciudad. Su hijo está enfermo y la mujer es quien le cuida. Una vez que esta casi recuperado Pedro se va a de su casa para seguir con la tarea sindical. El niño empeora y la mujer, Ángela, llama al médico. Le tienen que practicar una operación rápida al niño, pero la casa se queda a oscuras y el niño muere. Al llegar Pedro dice que él ha provocado en París un apagón como protesta obrera. La mujer llorando le recrimina que esa acción ha matado al niño.

En apenas 17 hojas se ofrece un panorama donde la lucha de los obreros queda como algo horroroso y sin sentido que lo que provoca es mas muertes. Detrás de todo ello hay una moralina católica (uno de los máximos enemigos de las ideologías de progreso) de que el movimiento obrero organizado está hundiendo mas a la clase trabajadora.

El texto, reaccionario por donde se mire, me parece interesante porque muestra esa visión que una parte de la sociedad tenía del movimiento obrero emergente. La obra es francesa, en el momento donde la CGT, todavía bajo el influjo del sindicalismo revolucionario e impulsada por anarquistas, es la fuerza sindical dinamizadora de la clase obrera francesa. Pero en España ya ha surgido la CNT, que vio en su fundación a la CGT francesa como un modelo. En 1912 se ha producido también el asesinato del presidente del gobierno José Canalejas, tan solo unos días antes del estreno de la obra (12 de noviembre)

La intención de este drama es claro. Crear un estado de opinión tanto en Francia como en España (países que han visto la representación de la obra) contrario al movimiento obrero y presentar a este como algo disolvente para la sociedad. Aquí radica la importancia de este tipo de textos para la historia del movimiento obrero. Los canales de la reacción para combatir las ideologías obreras, en dos países donde el anarquismo y su concepto de huelga y sabotaje es mayoritario entre la clase obrera consciente.

Como se puede comprobar las fuentes para el estudio de la clase obrera y del desarrollo del movimiento obrero son múltiples. Lo mismo que las visiones para tener actualmente todas las fuentes disponible encima de la mesa.

miércoles, 16 de julio de 2008

ESTE BLOG HA CUMPLIDO UN AÑO


Hace un año empecé la andadura en el blog. Mi intención era compartir valores e investigaciones. Creo que en el tiempo transcurrido he logrado el propósito. Pero todo es mejorable. Como hay una serie de gente que sigue el blog de forma asidua me gustaría que dijeran que le ha parecido este año donde hemos hablado de libros, de la Guerra Civil, de anarquismo, de antifranquismo, de la Memoria Histórica, etc. A través de este medio he conocido a gente e inquietudes.
Un buen año que tiene y puede ser mejorado. Espero pues vuestros comentarios.
Un abrazo y en breve colgaré el próximo post.

jueves, 3 de julio de 2008

Mateo Morral, "Polvora Negra" y las teorías conspiranoides


El 31 de mayo de 1906, al paso de la cortejo nupcial de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battemberg por la calle Mayor de Madrid, a la altura del número 88, hizo explosión una bomba que a punto estuvo de acabar con la vida de los recién casados. El autor del atentado fue un anarquista de Sabadell que respondía al nombre de Mateo Morral Roca, de familia acomodada y que trabajaba como bibliotecario de la Escuela Moderna, fundada por Francisco Ferrer Guardia en Barcelona en 1901.

Con este argumento el autor Montero Glez ha realizado una novela. Y tengo que decir que al principio la obra me entusiasmo. Presentaba lo desfasado de la monarquía haciendo un recorrido por todos los invitados a la boda de Alfonso XIII. Criticaba la propia estructura monárquica de España y el régimen caciquil que se imponía. Mostraba como era la represión ejercida por la policía monárquica, sus torturas inhumanas, representadas por el comisario Beltrán, personaje lascivo, torturador y ladrón (roba los objetos de valor de los cadáveres)

Pero a medida que iba avanzando la obra la desilusión de la temática era cada vez mas fuerte. Parece que a la hora de tratar determinados temas, y sobre todo el anarquismo, la desfiguración del mismo es tarea imprescindible. Relacionar los bajos fondos madrileños, donde se mueve toda una pléyade de prostitutas, chulos, invertidos, mal vividores y relacionarlo con el anarquismo organizado, es todo uno. Ocurrió con un documental de reciente creación titulado "El honor de la injurias" sobre la figura de Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo. Ahora lo hace Montero Glez en una novela sobre la figura de Mateo Morral.

Los personajes que aparecen en la novela relacionados con el movimiento libertario están completamente esquematizados. Desde Mateo Morral, joven catalán al que le pone una enfermedad de trasmisión sexual, que frecuenta la prostitución y cosas similares, hasta Federico Urales (Juan Montseny) al que le vincula con favores políticos por parte del Conde de Romanones. Y entremedia otros personajes como Francisco Ferrer Guardia, al que se le culpa directamente de toda la trama del atentado contra el Rey, al igual que el haber promovido el atentado en París contra la misma persona en 1905 (donde también estaba Morral). Republicanos como Nicolás Estévanez, que lo pone como un fanático de la polvora, o José Nakens, director de "El Motín", cuyo único delito fue dar cobijo a Morral horas después del atentado.

Lo peor de todo es la culpabilización de Ferrer en el acontecimiento. Se basa sobre todo en el libro de José Esteban "Mateo Morral. El anarquista", que también mantiene esa hipótesis. Hipótesis que por otra parte esta deshechada. Es increíble que se ponga a la Escuela Moderna y su editorial como un trampolín para tejer una trama terrorista. Se afirma que todos los acusados en la causa por regicidio estaban de acuerdo para que cuando detuvieran a Morral o este muriera, todo quedara como un crimen pasional. La conspiración. Parece que el argumento lo ha montado Pedro Jeta Ramírez para "El Mundo", por lo del 11-M. Una trama que todo el mundo sabe pero que los culpables lo logran capear. A Francisco Ferrer lo llama "el Quico" (desconozco si con ese apelativo se conocía al fundador de la Escuela Moderna) Sorprendente es también una de las consideraciones finales en las que según el autor, Fernando Tárrida de Mármol le dice a Errico Malatesta que habría que provocar la detención de Ferrer para que pudiera seguir la propaganda libertaria. Impresionante. También la esquematización de un personaje como Charles Malato, autor de la "Filosofía del anarquismo", que en la novela aparece como cual dinamitero.

Pero en ningún momento aparece el novela un factor que es determinante para el enjuiciamiento de Ferrer, tanto por el atentado de 1906 como por los hechos de la Semana Trágica de Barcelona en 1909. La Iglesia veía en el pedagogo de Alella un autentico peligro, sobre todo los jesuitas. Y es la Iglesia y el Estado los que no paran hasta que llevan a Ferrer al paredón. Esta falta de crítica para la Iglesia católica, enemiga acérrima del desarrollo educativo laico, hace que la obra sea completamente sesgada.

Si Mateo Morral perpetró el atentado contra Alfonso XIII, lo hizo con la idea de que eliminando a la cabeza visible del Estado promovería el estallido revolucionario y la transformación de la sociedad. Estos actos se tomaban como los chispazos para un acontecimiento mucho mas amplio. No deja de ser inocente la idea, pero para nada vincula a ella a personajes como Ferrer o Nakens.

Desde luego que la novela entretiene, pero Montero Glez ha montado una historia sesgada y raquítica. No llega ni a novela histórica y reincide en lugares comunes que el propio franquismo impuso. Para mí esta novela no es recomendable. En los agradecimientos finales encontramos muchas explicaciones a este motivo. Las fuentes que cita no son recomendables para nada.

Estoy todavía esperando que alguien haga un trabajo sobre anarquismo que sea de interés y esté bien basado. Pólvoras negras u honor de las injurias sobran.

miércoles, 2 de julio de 2008

Anulación de la sentencia de la ejecución de Luís Companys

Unos amigos republicanos de Cataluña me han enviado un comunicado para la anulación de la sentencia que llevó a Luís Companys a ser ejecutado en el Castillo de Montjuïc en 1940.
Sin compartir para nada las ideas de Companys y con toda la carga de crítica de algunas de sus actuaciones, para mi cualquier ejecución perpetrada por el liberticida régimen franquista tiene mi solidaridad. Tan solo pido que está misma energía con la que se pide la anulación del juicio de Companys se haga con todas y cada una de las sentencias del franquismo, todas ellas basadas en la ilegalidad de un régimen que viene instaurado por un golpe de Estado criminal y toda una legislación arbitraria basada en el odio y el exterminio al que Franco marco como su enemigo.

Adjunto el comunicado del Colectivo Republicano del Bajo Llobregat:



Es imperdonable que todo un President de la Generalitat de Catalunya, como lo fue Lluís Companys i Jover, siga marcado por un juicio llevado a cabo por un tribunal franquista, que sólo buscaba su condena a muerte.

Mª Teresa Fernández de la Vega prometió a los catalanes en el 2004 que anularía el consejo de guerra a Companys y restablecería el honor del que fuera fusilado en el Castillo de Montjuïc, el 15 de octubre de 1940. En el 2008, ni Companys, ni todos aquellos que fueron sometidos a estos juicios de la Dictadura han sido rehabilitados con la anulación de sus Causas.

Después de la publicación de la Ley conocida como de la Memoria seguimos en el mismo punto, pero con la desazón de ver como se cierran las puertas a peticiones que cualquier estado democrático hubiera tenido la valentía de satisfacer. Por ello el Col·lectiu Republicà del Baix Llobregat, ante este agravio histórico, no puede permanecer impasible y toma la iniciativa con esta recogida de firmas cuya intención es hacer difusión de la causa de Companys y de todos los que nunca saldrán en los libros de historia y que compartieron su mismo final.

Es de Justicia que se anulen estos Juicios y es una vergüenza para un país, que dice vivir en democracia, tener en el 2008 a representantes del pueblo enjuiciados por el franquismo. Por tanto exigimos la anulación del juicio a Companys a quienes aprueban leyes todos los días en nuestro nombre, y si para ello hay que crear nuevas leyes o modificarlas, ¡qué se haga!.
Lluis Companys. Exiliado a Francia en 1939 fue arrestado en agosto de 1940 por agentes alemanes de la
Gestapo y entregado a las autoridades franquistas. Fue juzgado, sentenciado y fusilado sin dilación. No quiso que se le vendaran los ojos y antes de morir dijo: Per Catalunya!!!
Nosotros decimos: Per Companys!!!


Companys fue uno más de los miles y miles de ejecutados por el régimen franquista. Desde aquí quiero recordar también caso de Juan Peiró Belis, que capturado también por los nazis y entregados a las autoridades franquistas, se le propuso colaborar con los sindicatos franquistas para salvar la vida. Lejos de plegarse, Peiró dijo que NO, que no iba a colaborar con los asesinos, y al día siguiente fue fusilado en Paterna. Era el año 1942.
Si bien algunos pasajes del comunicado podrían ser cuestionables desde el punto de vista ideológico, cierto es que el sentir último de condena y anulación de cualquier juicio franquista cuenta con mi apoyo.