jueves, 23 de julio de 2009

El guerrillero que no pudo bailar


Dicen, y en parte es verdad, que la mayoría de las memorias tienen una parte de autojusticación de la persona que las escribe. Es la visión particular y personal de un momento histórico o de unas circunstancias. Eso se corresponde con todas las memorias que hasta ahora he leído. Si bien estos relatos son necesarios porque representa la opinión de las personas que lo vivieron, también hay que contrastar la información para poder hacer una visión de conjunto de lo que fue la época y la circunstancia.

Pero he quedado completamente satisfecho después de leer las memorias de José Moreno Salazar tituladas El guerrillero que no pudo bailar. Resistencia anarquista en la posguerra andaluza. En ellas no he encontrado ni un atisbo de autojustificación de nada. Muy por el contrario es una descripción digna y fehaciente de un momento difícil y de una lucha hoy no reconocida.

José Moreno Salazar era natural de Bujalance, un pueblo de Córdoba. Y si de algo pueden hablar los cordobeses es precisamente de lo dura que fue la represión de la posguerra. Bujalance era un pueblo tradicionalmente anarquista, como casi toda la campiña cordobesa. José Moreno Salazar desde muy joven perteneció al sindicato de la CNT y frecuentaba el Ateneo Libertario. Cuenta como vivió el golpe de Estado y la brutal represión que se genera en la zona a la llegada de las tropas rebeldes. Por su juventud no pudo alistarse ni en las milicias ni en el Ejército Popular. Si lo hizo su hermano que estuvo preso durante muchísimos años, y sobre cuya cabeza planeó la pena de muerte.

Terminada la Guerra la vida de José Moreno y su familia no fue fácil. Aun así, como buen anarquista, no se plegó ante la imposición de la España gris y criminal que gobernaba Franco. Actuó como enlace con las guerrillas de la zona y al final se une al grupo de Los Jubiles, Este grupo estaba compuesto por los hermanos Rodríguez Muñoz, anarquistas de la zona y cuyas acciones eran la pesadilla para las autoridades rebeldes. No pararon los franquistas hasta que asesinaron al último de Los Jubiles (hace poco se realizó unas jornadas sobre ellos en Córdoba patrocinadas por la CNT) La lucha de estos guerrilleros hoy es prácticamente olvidada. Y muy por el contrario de la visión actual donde hablan de luchadores por el sistema actual, Los Jubiles no lucharon por una monarquía constitucional, sino por un sistema libertario fuera de imposiciones.

De toda la partida de Los Jubiles, el único que sobrevive es Moreno Salazar. Pasa por todas las calamidades y torturas. Pero sobrevive. Sigue luchando, cambia de nombre y vive clandestino en una España donde sus ideas están postergadas y perseguidas. Moreno Salazar vio como la mayoría de sus compañeros cayeron víctimas del horror, el terror y el genocidio franquista.

Y la pregunta que se hace José Moreno Salazar es la misma que nos hacemos muchos de nosotros. ¿Cuando se va a reconocer la lucha de los guerrilleros antifranquistas por un mundo mejor?

De momento, obras como las de José Moreno son necesarias para que esa lucha y ese pundonor no quede en el olvido.

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