lunes, 2 de noviembre de 2009

Más sobre la represión franquista


A medida que van saliendo estudios sobre la dimensión de la dictadura franquista nos vamos dando perfecta cuenta de que tipo de régimen estuvo establecido en España durante casi cuatro décadas. Y poco a poco nos vamos alejando de lecturas mas superficiales sobre el mismo.

Hace unos días pude acabar de leer el libro La redención de penas. La formación del sistema penitenciario franquista, 1939-1950 de mi buen amigo Gutmaro Gómez Bravo. Tengo que decir que me ha parecido una obra excelente, de un calado de investigación total.

Hace un repaso a la cuestión de la redención de penas por trabajo. Y nos sorprende comprobar, que aquel régimen, que tengo bebió del fascismo europeo y de su obra criminal, también retrocedió en el tiempo para poner a disposición del momento histórico, cuestiones jurídicas medievales. Aquí es donde entra la impronta del nacional-catolicismo, que se puede comprobar como no afecta solo a la educación.

Personajes menos conocidos de la dictadura como Máximo Cuervo o Eduardo Aunós, jalonan estas páginas.

Los vencidos en la Guerra Civil pasaron un auténtico infierno. No fue solo la derrota en la Guerra. Fue la vuelta a un pasado ominoso que hundía sus raíces en los mas retrógrados conceptos de la prisión medieval. La idea de culpa y de desviación. Ese era el leiv-motiv del régimen. Si habías estado encuadrado en alguna de las ideologías de la izquierda, tenías un problema mental. Algo que entronca con concepciones pseudo-psicológicas. Y aunque el autor no lo toca, la figura de Vallejo Nágera es fundamental para entender estas teorías.

El papel de la Iglesia es total en la redención de penas del preso. Vemos pues reflejado el papel tan directo que la Iglesia católica tuvo con el franquismo. Como mostraban a la mujer como doble pecadora.

La idea era clara: orden, vigilancia, autoridad, etc. Todo un régimen jurídico obsoleto, pero que imperó en España muchos siglos después de haber quedado superado. España era una isla en Europa. Sus concepciones estaban lejanas a la modernidad. Algo inaudito en pleno siglo XX. Y todo cortado por un golpe de Estado y una Guerra Civil que fue efectuado por las fuerzas retrogradas de siempre. Por aquellos que consideran que el progreso es negativo, que la Ilustración fue una rémora. Que siguió el ideario de la Iglesia católica como un dogma.

Se puede decir, tras leer las páginas de este libro, que, entre muchos otros aspectos, en cuestiones jurídicas España volvió a Trento y logró forjar uno de los periodos mas oscuros de nuestra historia.

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