lunes, 19 de diciembre de 2011

Testamento político de Giuseppe Garibaldi


A mis hijos, a mis amigos y a cuantos comparten mis opiniones, lego:
Mi amor por la libertad y por la verdad; mi odio a la mentira y la tiranía. Como es notorio, en los últimos momentos de la criatura humana, el cura, aprovechando la situación de debilidad en que se encuentra el moribundo y de la confusión que a menudo le acaece, se entromete, y obran o con cualquier estratagema infame, propaga la impostura de la que es maestro, para que el difunto, arrepintiéndose de sus pasadas creencias, vuelva a los deberes de católico.
En consecuencia declaro que, encontrándome hoy en plenitud de facultades, no quiero aceptar en ningún momento el ministerio odioso, despreciable y nefando del cura, a quien considero atroz enemigo del género humano en general y de Italia en particular. Y creo que solo en estado de locura o de ignorancia crasa, puede un individuo encomendarse a un descendiente de TORQUEMADA.

martes, 13 de diciembre de 2011

Pedro Kropotkin y el anarcocomunismo


Reproduzco aquí un artículo aparecido en el periódico Tierra y Libertad número 280 (noviembre 2011) sobre la figura de Pedro Kropotkin y su teoría del anarcocomunismo. Esta escrita por José María Fernández Paniagua. Es un texto muy interesante que merecía la pena reproducir. Agradezco tanto a José María como a Tierra y Libertad la cesión del artículo para esta bitácora

En los últimos tiempos, se ha revitalizado el pensamiento de Kropotkin gracias a varios libros y publicaciones. Uno de ellos es Anarco-comunismo: sus fundamentos y principios, cuyo concepto traducido en el título es tal vez algo discutible, pero lo más importante es su contenido. El pensador ruso, en cualquier caso, habla en esta obra sobre anarquismo y lo considera algo muy diferente al utopismo, ya que los libertarios nunca se han apoyado en conceptos metafísicos (como los "derechos naturales" o las "obligaciones del Estado") para llevar a cabo las mejores condiciones para la felicidad humana. Es por eso que, indagando en la historia y en la evolución de la sociedad, los anarquistas consideraron dos fuertes tendencias: aquella que dirige sus esfuerzos a la producción comunal, de tal manera que acaban siendo indistinguibles el esfuerzo individual y el colectivo, y la tendencia a la máxima libertad individual, la cual acabará beneficiando también al conjunto de la sociedad. Kropotkin considera que el ideal anarquista es más una cuestión de debate científico que de fe, ya que puede considerarse una sociedad de este tipo como una nueva fase en la evolución. Es una visión, tal vez, muy propia de su tiempo, la gran confianza en el progreso y en el conocimiento como garante del mismo. Aunque podemos ser críticos con ella, hay que recordar el pensamiento posterior de otros autores, como es el caso de Rudolf Rocker, el cual tiene en cuenta otros factores en la evolución social, como es el caso de la voluntad y anhelos de los hombres (algo que podemos llamar también "fe" o "valores", por muy ateos que seamos, o precisamente por ello, ya que lo nuestro no es nunca una "creencia ciega"), estimulados adecuadamente. En cualquier caso, Kropotkin no es un rígido materialista histórico, que es donde se colocan las mayores críticas.

De hecho, y a pesar de su optimismo hacia la expansión del socialismo, Kropotkin denuncia tempranamente la vía autoritaria para llevarlo a cabo. El deseo es una forma de organización social que garantice la libertad económica sin que el individuo se subordine al Estado. Ya en su momento se señala el gobierno representativo de la democracia como un sistema enfrentado a las formas autocráticas anteriores, pero que no garantiza una organización política libre. Kropotkin observa el progreso como más efectivo sin la injerencia del Estado y asegurando la descentralización, tanto territorial como funcional, dejando toda iniciativa a grupos libremente constituidos, los cuales pueden suplir todas las funciones que ahora se consideran propias de un gobierno. Por lo tanto, los anarquistas reconocen y asumen la justicia de las dos teorías predominantes en el siglo XIX: la socialista y la liberal. Y la visión anarquista kropotkiniana es, insisto, evolucionista; es decir, como trató de demostrar de manera admirable, la lucha por la existencia no se limita al enfrentamiento entre los individuos para subsistir, sino que hay que observarla también en un sentido amplio de adaptación del conjunto de la especie a las mejores condiciones. En este sentido, y como buen ateo, Kropotkin considera que la perfección moral se va deduciendo de las necesidades sociales y de los hábitos de la humanidad. El mejor futuro, basado no solo en factores de evolución, sino también en el deseo de las personas, solo puede pasar por una socialización de la riqueza y el trabajo, todo combinado con la mayor libertad posible.

Kropotkin reivindica el esfuerzo colectivo que ha dado lugar a grandes logros en la civilización. Existen personalidades individuales que han creado grandes cosas para disfrute de la humanidad, aunque no dejan de ser aquéllos también hijos de la industria y, por lo tanto, de la labor de infinidad de obreros que la han desarrollado. Todo lo creado lo ha sido por el esfuerzo combinado de generaciones pasadas y presentes; a pesar de ello, la apropiación por parte de unos pocos de todo lo que incremente la producción no ha dejado de ocurrir. Es por eso que Kropotkin critica una economía que no beneficia a toda la humanidad, y ya hace tantos años denuncia a un capitalismo también por unas crisis cíclicas que dejan sin trabajo a cientos de miles de personas. La educación y el progreso moral se producen de manera estrechamente vinculada al desarrollo económico y a la justicia social (libre disfrute de cada persona de la riqueza), por lo que vivimos (todavía, más de un siglo después) en un sistema injusto, hipócrita y (económica y moralmente) corrupto. Hay que tener en cuenta eso, que no se trata simplemente de problemas materiales, que ello afecta a todos los ámbitos de la actividad humana. A pesar de que nos refugiemos, tantas veces, en nuestras acomodadas vidas, este análisis hay que hacerlo en un sistema económico globalizado tan deplorable que condena a la miseria a gran parte de la humanidad.

Como se ha dicho, Kropotkin insistía en la combinación de esfuerzos como origen de la riqueza. Es sabido que Kropotkin aboga por el comunismo, considerando que resulta imposible una remuneración proporcional a las horas de trabajo, tal y como desean los colectivistas. En una sociedad que considere todo lo necesario como un bien comunal, según afirma el anarquista ruso, resulta irrealizable cualquier forma de salario. De hecho, el sistema salarial sería resultado de la apropiación por parte de unos pocos de todo lo necesario para la producción, es decir, es inherente al desarrollo del capitalismo. El deseo de Kropotkin es una sociedad en la que los medios de producción fueran comunales y, por tanto, el disfrute de la riqueza también fuera colectivo.

El autor de Campos, fábricas y talleres tenía una confianza enorme en el progreso, de tal manera que observaba formas comunales en la evolución de la sociedad a pesar del aparente éxito del individualismo. Hoy, resulta difícil ser tan optimista, pero tenemos que seguir insistiendo en lo importante, tanto de lo necesario de la libertad individual, como de la defensa de los bienes públicos. Recordemos que, para el anarquismo, los dos conceptos, no solo son conciliables, sino complementarios y mutuamente enriquecedores. Hay que situar los deseos de los individuos por encima de los servicios que han prestado, ya que para Kropotkin el apoyo a cada persona por parte de la comunidad sería un garante de una sociedad sin coerción.

Para fortalecer la expansión del comunismo libertario, habría que aplicar de forma plena la capacidad productiva para cubrir las necesidades vitales, modificar la estructura de propiedad de tal manera que todos los trabajadores produjeran bienes y, insiste Kropotkin, devolver a los trabajadores manuales un lugar de privilegio. Las tendencias son a incrementar la producción y a convertir el trabajo en algo sencillo y atractivo. En el caso de la primera, se situaría en las antípodas de algunas tendencias actuales, algo para reflexionar. En un mundo con gran parte de la población pasando necesidades básicas, no sé si resulta lo más apropiado plantear que no hay que producir tanto. Más bien, se trata de buscar una producción racional y ecuánime, algo en lo que seguramente estaremos de acuerdo todos aquellos preocupados por lo social.

El sistema de Kropotkin, ya he insistido en ello, busca la síntesis de los dos grandes objetivos buscados por la humanidad desde la Antigüedad: la libertad económica y la libertad política. El comunismo kropotkiniano es, por supuesto, anarquista, considera que solo sin gobierno puede la sociedad expandirse económica e intelectualmente. La ley es substituida por el libre acuerdo y la cooperación y libre iniciativa reemplaza toda tutela estatal. De nuevo vemos cómo Kropotkin desea que evolucione la sociedad: en el futuro, el individuo no se ve coaccionado por leyes, ni por ningún tipo de obligación, sino por los hábitos sociales y por las necesidades de lograr la cooperación, el apoyo y la simpatía de sus convecinos. Aunque la educación está dirigida a que pensemos que el Estado y los gobernantes son imprescindibles en nuestra vida, una amplitud de miras puede hacernos ver que en realidad tal cosa no es cierta. La injerencia gubernamental no se produce tan a menudo en la vida de las personas y muchas organizaciones funcionan basándose en el libre acuerdo. El deseo es el de que se multipliquen las organizaciones libres, las cuales persigan los más nobles objetivos apelando a lo mejor de las personas.

Hay que preguntarse, tratando de eludir toda esa propaganda que confirma el mundo que vivimos, lo mucho que se ha logrado gracias a la libre cooperación. El Estado puede ser reemplazado por una organización basada en acuerdos libres y los atributos que se consideran propios de aquél puede llevarlos a cabo la libre federación en todos los ámbitos. Existen las habituales objeciones sobre que siempre existirán personas que se nieguen a cumplir los acuerdos y también a trabajar. Kropotkin recuerda lo innecesario de la coacción en los acuerdos llevados a cabo libremente, ya que existen otros factores que invitan a la acción, así como en lo necesario de convertir el trabajo en algo atractivo no sujeto a la esclavitud del salario. Se considera repulsivo el agotamiento, pero no así el trabajo dirigido al bienestar de todos. Tal y como lo define Kropotkin: "El trabajo es una necesidad fisiológica, una necesidad para desahogar las energías acumuladas, una necesidad que es saludable en sí misma". Pensemos atentamente que el rechazo al trabajo se produce habitualmente por producirse para otros, por ir vinculado al esfuerzo y la obligación, pero que no dejan de ser propias de la condición humana, y en gran medida necesarias, la actividad y la creatividad.

Frente a la necesidad de los castigos para aquellos que incumplen las normas sociales, Kropotkin insiste en la reorganización de la sociedad para tratar de disminuir unos crímenes que no están originados en una perversidad natural del ser humano. Aun así, si existen personas con claras inclinaciones antisociales, se rechazan las prisiones y los castigos corporales, los cuales no hacen más que multiplicar los delitos. La aspiración es a una sociedad en la que todos los niños reciban formación y educación, tanto profesional, como científica, en la que no existan privilegios de ningún tipo, en la que las personas convivan de verdad, algo que lleva a la empatía, cooperen y participen en los asuntos públicos. En una sociedad así, los actos antisociales se reducirían notablemente, los conflictos que surgieran pueden ser solventados por el arbitraje, y la fuerza nunca se emplearía para imponer una decisión.

Otro aspecto importante de la visión de Kropotkin es lo que atañe a la moralidad. Por supuesto, considera la moral anterior e independiente de toda ley y de toda religión, y muy necesaria para la sociedad. De hecho, los hábitos morales nacen en el contexto social y son condición necesaria para el bienestar de la especie. Frente a la moralidad religiosa, que pretende tener un origen divino, o la moral utilitaria, que mantiene la ilusión de la recompensa, está aquella progresivamente mejorable que pretende la mejor adaptación del individuo a la sociedad cooperando con sus semejantes. Es una moralidad que crece gracias al hábito y que basa su perfección en unas mejores condiciones de existencia de los seres humanos.


domingo, 4 de diciembre de 2011

Aurora Rodríguez y su hija Hildegart


El pasado día 3 de diciembre se emitió en Radio Nacional de España, en el programa "Documentos", un programa sobre Aurora Rodriguez e Hildegart Rodríguez Carballeira.
Intervinieron Rosa Cal, autora de una biografía de Aurora e Hildegart, Guillermo Rendueles, autor de "Manuscrito encontrado en Ciempuzuelos", María Losada Urigüen, historiadora especializada en la extrema izquierda republicana y el anarcosindicalismo, y Julián Vadillo

domingo, 27 de noviembre de 2011

LA VOZ DORMIDA. UNA HISTORIA DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA


He tenido la oportunidad ver la película de Benito Zambrano La voz dormida. Tengo que reconocer que fui al cine con mucha cautela, más teniendo en cuenta que la temática casi nunca es tratada de forma positiva. Varias son las razones para esto:

  1. Todavía recuerdo con desagrado la película Las trece rosas de Emilio Martínez Lázaro, por lo mal tratado del tema en el film.
  2. La novela de Dulce Chacón La voz dormida es una gran obra. Llevar al cine una obra de esas características tiene sus riesgos.
  3. Todas las críticas que había leído de la misma no eran nada buenas.

El libro de Dulce Chacón lo leí hace ya algunos años. Recuerdo que lo hice en un momento en el que escribía mi libro La explosión del polvorín en Alcalá de Henares (1947), y que la obra me sirvió para ponerme en la época de ese primer franquismo y de la brutalidad de represión franquista. Antes de ir a ver la película decidí releerme la obra de Dulce Chacón y a años vista volví a quedar muy satisfecho.

Quedaba pues ver el film de Benito Zambrano. Y tengo que reconocer que la película me ha gustado. Evidentemente no es tan buena como el libro. También el espacio que para tratar determinados temas tiene un libro no es el que tiene una película. Pero Zambrano ha tratado muy bien la situación de las presas en Ventas (cosa que la película Las trece rosas lo hizo de forma horrenda) y el hacinamiento que tenían. No hay que olvidar que esa cárcel para mujeres se pone en marcha siendo Victoria Kent Delegada de Prisiones y la capacidad para la misma era muy inferior a la que se dio durante el régimen liberticida de Franco. La solidaridad entre las mismas y la situación de angustia ante las sacas de presos. Quizá es en la parte de la organización política en el interior de las cárceles donde Zambrano puede patinar un poco más (presas comunistas repartiendo Solidaridad Obrera que era un periódico anarquista) Pero es un tema menor, pues no es lo que la película nos quiere trasmitir. Igualmente el maltrato a las presas por parte de las funcionarias de prisiones esta muy bien tratado.

Ni que decir tiene las torturas de la que son víctimas los presos políticos (electrodos, palizas, torsión de testículos, etc.), incluida a las propias mujeres (internamiento desnudas en los calabozos y torturas con electrodos en los pechos).

También la forma de recrear los juicios durante el franquismo. La pamema de unos reos que estaban sentenciados de antemano. Juicios de apenas dos horas donde lo que esperabas era la pena de muerte o penas de hasta 30 años de reclusión. Algo constatable no solo por esta película o el libro de Dulce Chacón. No hay más que repasar cualquier juicio durante el franquismo en los expedientes de los archivos militares para ver la veracidad de lo que nos muestran. El juzgado no tenía presunción de inocencia sino de culpabilidad.

Es quizá la parte de la guerrilla, muy tratada en el libro, donde la película no incide.

Una valoración muy positiva de la película.

Muchas de las críticas que había leído y escuchado es que Benito Zambrano había hecho una película sensiblera donde los malos son muy malos y los bueno muy buenos. Teniendo en cuenta la capacidad que algunos sectores de este país tienen para valorar la memoria antifascista no me extraña nada que haya tenido esa crítica tan pobre. Para los que así piensan lanzó algunas preguntas retóricas: ¿es qué durante el franquismo la cárcel de Ventas no fue testigo de hacinamiento, maltrato, sacas y ejecuciones sumarias? ¿Cuántas mujeres no fueron separadas de sus hijos y ejecutadas por sentencias arbitrarias por acusación de rebelión por aquellos que se habían rebelado contra la República? ¿es qué la Guardia Civil no tenía vía libre para ejecutar a todos los guerrilleros que en las montañas se resistían al fascismo? ¿No es cierto que en la Dirección General de Seguridad se torturó y asesino a centenares de luchadores por la libertad? ¿Es que las tapias del cementerio del Este en Madrid no fueron testigos de miles de ejecuciones? Hoy todavía pueden ir los que así piensan y ver en esos trozos de muro que quedan los impactos de bala que sesgaron la vida de aquellos que creían en un mundo nuevo. ¿Es que el odio cainita del Ejército no llevó la venganza hasta las últimas consecuencias? ¿Es que la Iglesia católica no fue fiel partidaria y colaboradora del régimen liberticida y genocida de Franco? No entiendo que se hable de sensiblería ni de historia de buenos y malos. La historia de España y la historia del franquismo no es un cuento de hadas.

Este país tiene una cuenta pendiente para aquellos que lucharon por la libertad. Y esa deuda va mucho más allá que una placa en determinados lugares o la exhumación de cadáveres en fosas comunes a lo largo y ancho de la geografía española. Solo cuando se tenga el respeto suficiente a todos los antifascistas españoles, cuando no se siga equiparando las víctimas de lo que denominan erróneamente “los dos bandos”, habremos alcanzados la madurez para entender determinadas cosas.

Es evidente que mientras estemos bajo la égida de un régimen como el actual, cuya legitimidad proviene la de la ilegitimidad del régimen genocida de Franco, cuya cabeza visible del Estado fue designado por el propio dictador asesino, cuyas estructuras políticas pactaron un vergonzoso pacto de silencio para enterrar lo “inenterrable”, cualquier intento de mostrar la brutalidad del franquismo va a recibir duras críticas. Y es por ello que no debemos cejar en el empeño.

La película, desde mi punto de vista, es un buen tributo a la genial escritora Dulce Chacón, y un tributo aceptable para la memoria antifascista.

jueves, 17 de noviembre de 2011

ANIVERSARIO DE LA REVOLUCION RUSA (y IV). Kronstadt, 1921. Estabilización y dictadura, 1921-1924


Kronstadt

Merced a las diferencias acaecidas entre las diversas fuerzas revolucionarias, surgieron multitud de motines contra el gobierno bolchevique, que mostraba su cara mas dictatorial. Pero de todos es Kronstadt la rebelión que pudo cambiar el curso de la Revolución. En febrero de 1921 Kronstadt se levanta pidiendo mayor libertad y soviets libres, fuera de ataduras políticas. Fue un movimiento básicamente anarquista, y no en vano una de las máximas figuras de la rebelión fue el anarquista Stepan Petrichenko. El gobierno bolchevique respondió con dureza a la insurrección y el motín fue sangrientamente aplastado por el ejercito de Trotsky. Con ellos prácticamente acababa los focos de resistencia al bolchevismo.

Estabilización y dictadura

Eliminados los enemigos de los bolcheviques el camino era la construcción del Estado socialista. Pero paradójicamente el primer paso es la firma de la NEP (Nueva Política Económica) en 1921, mezcla entre el socialismo y el capitalismo.

Pero Lenin estaba muy enfermo y la degeneración de sus ideas fue produciéndose paulatinamente. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) surge en 1922 y apenas dos años después muere Lenin.

Ahora la lucha se centra por el poder, con dos grandes candidatos, Stalin y Trotsky. Las maniobras y la calumnia dan la victoria al primero y el exilio al segundo. Una dictadura, la del partido, es sustituida por la dictadura de un solo hombre, Josep Djugasvili “Stalin”.

lunes, 14 de noviembre de 2011

ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN RUSA (III). El estallido revolucionario de 1917. La Guerra Civil rusa (1918-1921)


El estallido revolucionario de 1917.

La situación de tensión que había creado la I Guerra Mundial provoco en febrero de 1917 un nuevo estallido revolucionario en Rusia. Por entonces las tendencias se habían diversificado. Los monárquicos, encabezados por Rodzianko, perdían fuerza vertiginosamente. A su vez los grupos de izquierda crecían en influencia: - Los trudoviques o socialista populares, a cuya cabeza estaba Alexander Kerensky, - El Partido Socialdemócrata dividido en mencheviques, mencheviques internacionalista de Martov y los bolcheviques donde destacaba Lenin y a partir de agosto de 1917 Trotsky. – también sigue manteniendo fuerza el Partido Socialista Revolucionario, y los anarquistas, como personajes como Volin, tenían ya algo que decir.

La situación ya en febrero de 1917 se hace insostenible, y el 23 de febrero se produce la caída del zarismo abdicando Nicolás II y proclamándose Rusia como República. El gobierno provisional lo toma el príncipe Lvov.

A partir de entonces Rusia sufre una doble vertiente en materia gubernativa. Por un lado se suceden gobierno provisionales que no cuajan. Miliukov también cae y el mando lo toma Kerensky, que queda muy desprestigiado por su pasividad ante el golpe derechista de Kornilov, que solo el pueblo puede detener. En paralelo se desarrolla el que será el verdadero gobierno de Rusia, el de los Soviets. A raíz que se vence a Kornilov crecen en popularidad y en Octubre de 1917 se produce el gran cambio. En el colegio Smolny se tomas los acuerdos del futuro socialista de Rusia y del asalto al Palacio de Invierno. Este se produce y el gobierno provisional queda preso, constituyéndose un verdadero gobierno con el Partido Bolchevique y presidido por Vladimir Ilich Ulianov “Lenin”.

Pero el gobierno bolchevique salido de las jornadas de Octubre, pronto mostró que tenia los mismos vicios que cualquier otro gobierno, y pronto se doto de los aparatos represivos. Así poco después, en diciembre de 1917 se funda la Tcheka o policía política del régimen. Durante todo el 1918 se suceden las purgas a los otros sectores del izquierdas que no comulgan con los bolcheviques y también se produce todo el fusilamiento de la familia zarista. Pronto al bolchevismo le surge un competidor en ideología que va ganando adeptos, el anarquismo.

Guerra Civil Rusa (1918-1921).

Pero mientras el orden interno comenzaba a ponerse en tela de juicio, un hecho vino a hacer empeorar la situación, siendo este el estallido de la Guerra Civil Rusa.

Una de las promesas de los bolcheviques al llegar al poder fue el de sacar a Rusia de la I Guerra Mundial. Una vez que acceden al poder, rusos y alemanes comienzan las negociaciones por este motivo. El Tratado de Brest-Litovsk de 1918, Rusia sale de la guerra perdiendo 1/3 de su territorio.

Acto seguido comienza la invasión alemana a Ucrania, mientras que igualmente los bolcheviques intentan a través del ejercito extender la Revolución. Tras el fracaso de la invasión a Polonia, Ucrania es el objetivo. Por ello los ejércitos blancos partidarios del zarismo se enfrentan en lucha abierta contra los bolcheviques para volver la situación hacia atrás.

Por un lado destaca los bolcheviques, que organizaron un ejercito gracias a las maniobras de Trotsky, y que se denomino Ejercito Rojo. Por otro lado estaban los blancos o fuerzas monárquicas, con personajes como Kolchak, Denikin, Kornilov o Wrangel. Hasta ahora estos eran los únicos bandos que de la guerra se hablaba. Pero también destacaban las fuerzas nacionalistas ucranianas lideradas por Simón Petlura. Mas importante aun fue el Ejercito Insurreccional Majnovista, de tendencia anarquista y encabezado por Nestor Majno, anarquista ucraniano. Fue con diferencia uno de los grupos mas dinámicos de la guerra civil, llegando incluso a experiencias comunistas libertarias. También actuaron las fuerzas del Hetman de Skoropadsky, que eran pro-alemanes, y fueron los primeros derrotados.

La situación bélica rusa provoco, a parte de los destrozos materiales, una hambruna generalizada.

La Guerra Civil rusa que sufrió diversos avatares, merced a la diversificación de tendencias, tuvo un claro vencedor, el Ejercito Rojo de los bolcheviques, que se impusieron sobre los demás e impusieron gracias a su disciplina.

jueves, 10 de noviembre de 2011

ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN RUSA (II). La revolución de 1905. El periodo reformista y Rusia ante la Primera Guerra Mundial. 1905-1916


Estallido revolucionario de 1905

Rusia se había embarcado en el guerra contra Japón, y la derrota fue dura. La propia guerra y la derrota creo un clima de tensión que se tradujo en motines y en una revolución. La primera huelga se produce en diciembre de 1904 en Georgia, pero el gran estallido se produjo en San Petersburgo en enero de 1905. Allí los trabajadores redactan un manifiesto para entregar directamente al Zar. Todo esto patrocinado por un pope, Gapon, que al principio acudió como rompehuelgas, pero finalmente confraternizo sinceramente con los huelguistas. La manifestación fue duramente reprimida en lo que se conoce como “domingo sangriento”. La separación entre el pueblo y el zar es un hecho.En febrero de 1905 surge el soviet en San Petersburgo, cuyo primer presidente fue Nossar, aunque el impulso del soviet se toma a finales de 1905 con León Trotsky como presidente.

El zar tiene que ceder y se produce una apertura de la Duma, con lo que el régimen se liberaliza. Pero los problemas no habían acabado ahí y los marineros del Potemkim se sublevan contra sus mando, solidarizándose con las huelgas del interior. Vakulinchuk y Matiusenko lideran el motín, que tras llegar a Odessa vuelve a partir y al final sufre un fuerte represión.

El ambiente de tensión no ceso ya en Rusia hasta el gran estallido de 1917.

1906-1916. Periodo reformista y I Guerra Mundial

La revolución de 1905 significo un fracaso para las aspiraciones socialistas, que debido a la represión y a la desunión se comenzó a dividir. Aun así de 1905 el zarismo saco algunas lecciones y por mediación de algunas personalidades de renombre, como Witte, el autocratismo queda relegado y un sistema liberal comienza a emerger en Rusia. La Duma funcionaba de manera satisfactoria y tomaba como partido fuerte al Partido Constitucional-Democrata o Kadete. El hombre fuerte de este periodo es Stolypin. Este comienza una reforma general del país, sobre todo agraria, en la que queda abolido el MIR y se fomenta a los kulaks como clase propietaria e impulsora de una nueva Rusia, que camina hacia el sistema capitalista. Esa revolución también se produjo en materia industrial y social, como en la construcción del tren transiberiano. Pero Stolypin muere en un atentado en 1911, perpetrado por socialistas revolucionarios, merced a sus políticas represivas.

A partir de entonces el zarismo vuelve a retomar el camino del pasado y vuelve a emerger el autocratismo, en una corte ya desgastada. Incluso la familia zarista esta envilecida por un personaje que había en la corte, el monje Gregori Rasputin. Este casi a manera de mago manejo a la familia Romanov, sobre todo a la zarina. La nobleza reacciono y en 1916 Rasputin es asesinado por el príncipe Yussupov.

A todo este panorama se viene a unir el estallido de la I Guerra Mundial. El 6 de agosto de 1914 el Imperio Austro-Hungaro declara la guerra a Rusia. Una oleada recorre patriótica en Rusia y el pueblo se inclina ante el Zar. En un principio las organizaciones obreras, que habían quedado mermadas tras el fracaso de 1905, consideraban que esta guerra imperialista era negativa. Pero a medida que la guerra avanza y en las tropas cunde el descontento y la desesperación, el ejercito se convierte en caldo de cultivo para engrosar las filas revolucionarias. De este hecho los que salieron mas reforzados fueron los bolcheviques, que impusieron la consigna de alistamiento para sebrar el caos en el ejercito.

Ante el fracaso reformista, la vuelta al autocratismo del Zar y el descontento en las tropas del ejercito y el hambre que diezmaba la población, llevo al pueblo ruso a la revolución de 1917.

lunes, 7 de noviembre de 2011

ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN RUSA (I). Situación de Rusia a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. La formación del movimiento obrero


Comenzamos aquí una serie de post relacionados con el aniversario de la Revolución Rusa de 1917. Los textos son los que se utilizaron para el documental "Historia de Rusia. 1905-1924" realizado por el Laboratorio de Humanidades del departamento del Historia II de la Universidad de Alcalá de Henares como trabajo de clase para la asignatura "Historia Universal Contemporánea". Los autores de dicho documental fueron Alejandro Remeseiro Fernández, Eduardo Villaverde Marruedo, Iván Pascual Ocaña y Julián Vadillo Muñoz.

Situación de Rusia a final del siglo XIX y principios del siglo XX

La situación de Rusia no era precisamente de modernidad. En materia política esta representada por el zarismo, régimen político monarquico-absolutista y autocrático, que aun se creía la encarnación del Dios en la tierra

Igualmente a nivel económico Rusia se sustentaba sobre todo en la agricultura. La mayoría del campesinado era pobre y sin tierra, a pesar de la existencia del MIR o tierra comunal. También existían los kulaks, campesinos acomodados. El obrero industrial era casi inexistente, y representaba una fuerza efímera, a pesar de que paulatinamente se iba desarrollando. Los focos de mayor industrialización eran las grandes ciudades, Moscú y San Petersburgo.

En materia social el pueblo ruso era poco instruido o cuasi-analfabeto. Las grandes masas de población creían ciegamente lo que desde el poder y la Iglesia les ofrecía, sin cuestionarse nada.

Era en si una estructura básicamente feudal en un mundo que caminaba por senderos diametralmente opuestos. Las únicas reformas destacadas se produjeron durante el reinado del zar Alejandro II que introdujo medidas liberales como la liberación de los siervos en 1858. Pero estas medidas fueron insuficientes y se agravo con el asesinato de Alejandro II.

La formación del movimiento obrero

A pesar de que Rusia no fue un país muy instruido, siempre contó con una masa inconformista que no se plegó ante lo que le imponían. A parte de las epopeyas de Stenka Razin en el siglo XVII y la de Yemelian Pugachov en el siglo XVIII, el primero de los grandes movimientos fue el movimiento decembrista de 1825, que se basaba en los ideales emanados de la Revolución Francesa. A pesar de su fracaso contó con personalidades de renombre en sus filas como el poeta Alexander Puskhin.

A partir de este momento el procedimiento revolucionario no paro. El siguiente grupo de renombre fue los nihilistas, en un principio movimiento cultural, cuyo mayor representante fue Nicolás Chernichevski, autor del libro ¿Qué Hacer?, de 1863. Después el nihilismo declino en acciones terroristas, como el atentado al zar Alejandro II.

El movimiento puramente socialista o socializante se produce con tres corrientes ideológicas básicas: la primera es el populismo de Alexander Herzen, que sin ser directamente socialista pretende mejoras para los desposeídos. El segundo es el marxismo, introducido por Plejanov y seguidor del ideario de Marx. Por ultimo el anarquismo, cuyas dos grandes figuras eran rusas: Mijail Bakunin y Piort Kropotkin. También destaco en el anarquismo una figura mucho mas extremista, Nechaev, autor del “Catecismo Revolucionario” y que rompió relaciones con Bakunin por divergencia ideológica.

La formación de las organizaciones políticas de masas es mucho mas tardía y data de 1898, cuando surgen dos grandes partidos políticos: el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y el Partido Social Revolucionario. Ambos sufrieron escisiones. En 1903 el Partido Obrero Social Demócrata de Rusia se divide en mencheviques (minoritarios) y bolcheviques (mayoritarios), aunque en la realidad esto es simplificar mucho. El Partido Social Revolucionario sufrió también una división, entre socialistas revolucionarios de derechas, los eseristas, y los socialistas revolucionarios de izquierda.

Cabria destacar también a un grupo muy especial: la Intelligentsia, cuya figura mas representativa es el literato León Tolstoi.

Con este panorama se produce el estallido revolucionario de 1905.


viernes, 14 de octubre de 2011

Juan Peiró y el cooperativismo en España


(Artículo aparece en el último número del CNT (octubre), órgano de la Confederación Nacional del Trabajo)

Los aspectos de la historia del movimiento anarquista en España son múltiples. Mucho se ha escrito de la parte política y sindical, de la cultural, educativa, etc. Pero aún quedan aspectos que los anarquistas desarrollaron en España y que por diversas razones han quedado ocultos o no tan visibles por la historia. Una de esas partes es el desarrollo de las cooperativas por los propios libertarios como modelo de explotación económica que escapaba al control de la explotación capitalista.

El no conocer estas facetas se debe, básicamente, a tres razones:

1. La derrota en la Guerra Civil española y el aniquilamiento de la Revolución provocaron una manta de olvido sobre muchas de las conquistas sociales y laborales de los obreros españoles, sobre todo de los afiliados a la Confederación Nacional del Trabajo.

2. 2. El poco influjo que el cooperativismo tuvo durante muchos años en España hizo que esta obra no contara con la mayor adhesión del movimiento obrero hasta entrado el siglo XX. Incluso congresos obreros de finales del siglo XIX desechaban esta idea del cooperativismo, más cercana a grupos más reformistas.

3. 3. La razón de que los socialistas desarrollaron el cooperativismo de forma más extendida hace que sus obras cooperativas hayan tenido más resonancia. La idea trasmitida por determinadas historiografías de un movimiento obrero “bueno” y ordenado, representado por PSOE-UGT, frente a un movimiento obrero “malo” y caótico, representado por la CNT, ha determinado que muchas cosas queden en el peor de los ostracismos.

Sin embargo determinadas monografías nos están ayudando a desentrañar que todas esas visiones reduccionistas del movimiento obrero y de su obra eran intencionadas y que la trascendencia del movimiento anarquista fue mayor de la que ya sabíamos. En este contexto se situaría la obra de Miguel Garau Rolandi titulada Joan Peiró i Belis, dedicada a la figura del cenetista catalán y centrándose en su actividad cooperativista en la ciudad de Mataró.

Como dijimos anteriormente, el cooperativismo en España no tuvo un influjo muy fuerte en el movimiento obrero hasta prácticamente la década de 1910. El desarrollo, la teorización y la práctica de esta fórmula de explotación, que Owen y los owenitas habían puesto en práctica en Inglaterra y en experimentos trasatlánticos. Esos ecos llegaron de forma más laxa a España. En congresos obreros del siglo XIX se habló del cooperativismo, pero la inmensa mayoría del movimiento obrero español no optó por esa opción, básicamente porque lo consideraban un factor reformista ante un pueblo que pedía ansias de transformación. Veía en el cooperativismo el origen de un obrerismo reformista optando por una posición revolucionaria.

Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX, una minoría del socialismo, que tendrá en Remigio González un buen representante, considera que el cooperativismo puede ser un buen baluarte para crear unas estructuras económicas que alejadas de la explotación capitalista ofrezcan una mejor situación a la clase obrera. Es el origen de la Cooperativa Socialista Madrileña, donde los afiliados a la estas organizaciones podrían tener acceso a los productos de primera necesidad, tan escasos y caros en la época. Y es por ello que los socialistas desarrollan paulatinamente un amplio tejido cooperativo.

Los anarquistas siempre fueron reacios a este modelo económico. Aun así Pierre Joseph Proudhon en su obra Sistema de las contradicciones económica o filosofía de la miseria, esboza toda una concepción de economía de mercado que rompiendo con el modelo capitalista es enteramente socialista. Un modelo que abarcaría varias comunidades federadas y de intercambio de producción. Algo que durante la Guerra Civil española se pondrá en práctica incluso en algunas zonas de Aragón.

Sin embargo hubo anarquistas que no fueron tan reacios al desarrollo cooperativista y lo vio como una posibilidad. Este es el caso de Juan Peiró (1887-1942). Conocido por su actividad dentro de la CNT, como el gran impulsor de las Federaciones de Industria, por ser director de Solidaridad Obrera durante muchos años, secretario general de la CNT, por ser una cabeza visible del sindicalismo obrerista no vinculado tanto a ninguna ideología si bien defiende la estructura libertaria, fundador de la Federación Sindicalista Libertaria y luego nuevamente incorporado a la CNT, Ministro de Industria en el gabinete de Francisco Largo Caballero y durante el franquismo detenido, torturado y asesinado por el régimen liberticida al negarse a cooperar con los sindicatos verticales franquistas.

Sin embargo Peiró también fue protagonista de toda una experiencia cooperativa en la ciudad de Mataró con una cooperativa cristalera, el oficio de obrero vidriero de Peiró. Tal y como nos dice Miguel Garau “La cooperativa Cristalera de Mataró no va surgir de la nada, su existencia era continuadora de una doble tradición, vidriera y cooperativa, en Mataró”. Es decir que la ciudad tenía una profunda historia cooperativa y eso influencia a Peiró. La obra de Miguel Garau nos descubre a un Peiró conocedor y defensor del cooperativismo como una forma de explotación efectiva y eficiente. Pero también nos muestra este experimento cooperativo en esta ciudad catalana, que será espejo y reflejo para las futuras explotaciones obreras ya en Guerra Civil. Fundadores y trabajadores de la cooperativa eran militantes del movimiento libertario y de la CNT. Igualmente nos muestra unos resultados excelentes del modelo que Peiró desarrolla en dicha cooperativa.

Importante conocer este precedente de Peiró para poder entender muchas de las disposiciones que promulga siendo Ministro de Industria. Nadie mejor que él conocía el desarrollo industrial del país.

Estamos pues ante una obra fundamental y que nos descubre algo que hasta ahora a muchos era desconocido. La relación entre el cooperativismo y el anarquismo que para Peiró es una vía revolucionaria de transformación complementaria a los sindicatos obreros. Algo poco conocido en la historia del movimiento libertario. Una cooperativa que incluso llegó sobrevivir en los difíciles años del franquismo, no sin dificultades, y cuando Peiró ya había sido fusilado. Muchos de sus bienes fueron confiscados y la escuela que nació pareja a esta cooperativa fue clausurada.

El libro de Miguel Garau está editado en Cossetània edicions, dentro de la “Colecció Cooperativistes Catalans”. El texto está en catalán, siendo altamente recomendable su lectura para adentrarnos en este fenómeno que debería de abrir una nueva puerta a la investigación del movimiento libertario en una faceta minoritaria: el cooperativismo.

Julián Vadillo Muñoz

viernes, 30 de septiembre de 2011

Presentación del libro de Mauro Bajatierra en la Cadena SER-Henares


El pasado miércoles se emitió la entrevista en relación a la obra Mauro Bajatierra. Anarquista y periodista de acción.
Aquí está el podcast de esta entrevista
http://comunidad3h.wordpress.com/2011/09/29/dtup-la-asombrosa-vida-de-mauro-bajatierra/

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOS PRINCIPALES IDEÓLOGOS Y PARTICIPANTES DE LA COMUNA DE PARÍS


El número de septiembre de este año, la revista Hors-Serie l´Humanite se lo dedica a los protagonistas de la Comuna de París. En Francia el 140 aniversario de la Comuna ha tenido una gran repercusión. Exposiciones, actos, monográficos de periódicos y revistas anarquistas, etc., han tratado sobre este acontecimiento histórico trascendental para la historia de clase trabajadora. La lista de los protagonistas de aquel acontecimiento es impresionante. De entre los miles y miles que llevaron a cabo la primera revolución obrera de la historia, tenemos que destacar a los siguientes:

Nathalie Le Mel (1826-1921)

Leo Frankel (1844-1896)

Madame Ager (1932-1891)

Henri Rochefort (1831-1913)

Paul Minck (1839-1901)

Edouard Vaillant (1840-1915)

Georges Pilotell (1845-1918)

Anna Jadard (1844-1887)

Gustave Courbet (1819-1877)

Auguste Blanqui (1805-1881)

Charles Beslay (1795-1878)

Maxime Lisbonne (1839-1905)

Louis-Simon Direure (1838-1900)

Jules Vallès (1832-1885)

Jean-Baptiste Dumay (1841-1926)

Victorine Rouche-Broche (1838-1921)

Napoleón Gaillard (1815-1900)

Maxime Viullaume (1844-1925)

Louise Michel (1830-1905)

Lucien Henry (1850-1896)

Louis Rossel (1844-1871)

Charles Delescluze (1809-1871)

Eliseé Reclus (1830-1905)

Eugene Pottier (1816-1887)

Jean Allemane (1843-1935)

Prosper-Olivier Lessageray (1830-1901)

Walery Wroblewski (1836-1908)

Guiseppe Garibaldi (1807-1882)

Eugene Varlin (1839-1871)

Gustave Flourens (1838-1871)

Leodele Bera (1824-1900)

Eugene Protot (1839-1921)

Gaston Cremieux (1836-1871)

Jaroslav Dombrowski (1836-1871)

Felix Pyat (1810-1889)

Pierre Joseph Proudhon (1809-1865)

Benoit Malon (1841-1893)

Mijail Bakunin (1814-1876)

Jean Baptiste Clement (1836-1903)

Victoire Tinayre (1831-1895)

François Jourde (1843-1893)

Cheikh El Mokrani (1815-1871)

Emile Digeon (1822-1894)

Zephyrin Comélinat (1840-1932)

Paul Lafargue (1842-1911)

Karl Marx (1818-1883)

Algunos son pensadores que influyeron en la Comuna, como Proudhon, Marx, Bakunin, etc. Otros fueron grandes defensores militares como Dombrowski. Otros militantes de primera línea y defensores communards como Reclus, Louise Michel, Malon, Varlin, Vaillant. Otros son personajes desconocidos, de las comunas de Narbona (Emile Digeon) o Marsella (Gaston Crémieux). Y el caso de Cheikh El Mokrani, que realiza una gesta anticolonia durante la jornada de la Comuna.

Las biografías completas están en el número de Hors-Serie l´Humanité. Un número que merece la pena.

Todo homenaje que se haga a la Comuna de París es poco. Un acontecimiento que tiene que ser paradigma en el presente y en el futuro.

martes, 6 de septiembre de 2011

DE ‘EXPLOSIÓN FORTUITA’ A ATENTADO TERRORISTA


En pleno “trienio del Terror”, el Franquismo usó la explosión accidental de un polvorín militar para terminar con la resistencia comunista de Alcalá.

La posguerra española pasó sus años de plomo durante la década de 1940. Los desastres bélicos, el hambre (que trajo consigo enfermedades ya erradicadas u otras que incluso no pudieron catalogar), el miedo, el silencio y la represión brutal y calculada, eran el pan de cada día. Lejos de ser un baluarte de fortaleza, las instalaciones militares eran deficitarias y profundamente destartaladas.

Desde 1939 hasta mediados de los años ‘50, se sucedieron desastres en polvorines y zonas de armamento que provocaron más caos a la ya maltrecha sociedad española. De todos ellos el más famoso fue el de Cádiz en agosto de 1947, donde la explosión de un depósito de minas provocó más de 150 muertes.

En 1947 Alcalá de Henares (Madrid) seguía siendo una ciudad derrotada. Derrotada por la Guerra Civil, ya que la ciudad complutense había sido leal a la República hasta el final. Derrotada por la represión, ya que, siendo ciudad penitenciaria, fue testigo de centenares de consejos de guerra y las tapias de su cementerio triste espectador de una fiesta de sangre de los vencidos. Derrotada por la miseria que asolaba la ciudad en esos duros años de la posguerra.

Aquella noche del sábado 6 de septiembre, Alcalá de Henares tembló y una nube de polvo cubrió toda la ciudad. Tras momentos de incertidumbre se comienza a reaccionar. La conclusión es ya clara. Los polvorines militares situados en el puente de Zulema han explotado. Allí había tres polvorines. El Zulema y los Gurugú A y Gurugú B. Son estos dos últimos los que han hecho explosión.

Hasta allí se desplazan dotaciones de fuerzas de seguridad, ambulancias, bomberos y ciudadanos. El paisaje que contemplaron fue dantesco. El cerro se había esfumado, toneladas de tierra habían sido removidas, la fábrica Río Cerámica había sufrido daños irreparables, y la casa de Bonifacio Loeches, un antiguo concejal socialista durante el periódico republicano, había desaparecido.

Desde el primer momento la instrucción del caso recae en el juez militar Rafael de las Morenas Alcalá. Se instruye la causa 142.010. El primer informe de dos peritos militares habla de numerosas hipótesis (sabotaje, explosión fortuita, mal estado de las pólvoras, simpatía de explosión, etc.). A pesar de ello se ve muy complicada la existencia de aparatos detonadores y de la posibilidad de sabotaje. Era el 7 de septiembre. El 9 de septiembre, con las cosas más claras, los peritos realizan una prueba ocular. El sabotaje se descarta.

Malas prácticas en el polvorín

Cuando se van tomando declaraciones los soldados van dando pistas. Se habla de destrucción de material en mal estado los días previos y de traslados de pólvoras a cuevas alejadas del polvorín. Igualmente se habla de fallos eléctricos en la sala de tropa del polvorín, provocada por un grupo electrógeno deteriorado. La fábrica Río Cerámica más de una vez dio luz al polvorín y también se habla de chispazos en los cuadros de mando. Igualmente el hijo de Bonifacio Loeches temía algo parecido a lo de Cádiz, merced a que numerosas llamadas de la Guardia Civil preguntando por el polvorín hacían sospechar que las cosas no iban bien.

Con todos los datos técnicos y declaraciones que apuntan hacia una fatalidad y una negligencia militar (como en Cádiz), las autoridades castrenses ya actuaban en otra línea. Desde hacía unos días se estaba deteniendo a militantes del clandestino PCE y de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). La acusación: haber perpetrado un atentado terrorista.

La represión política

La derrota militar de la República y de sus organizaciones afines no fue óbice para que éstas siguieran adelante con la lucha contra el poder ilegítimo e ilegal de Franco. En Alcalá, desde muy temprano, las estructuras de la CNT y de los comunistas se fueron reorganizando.

En 1946, el Franquismo sabe que las potencias internacionales no van a intervenir directamente contra él y el Régimen lanza una nueva y criminal ofensiva. Entre 1947 y 1949 se produce el llamado “trienio del Terror”. Ya antes, la represión había comenzado en Alcalá.

Las sucesivas estructuras de la CNT, con el histórico Ignacio España a la cabeza, habían sido detenidas y encarceladas. Cuando el 6 de septiembre se produjo la explosión del polvorín, para las autoridades militares no había duda que tenían que actuar contra los comunistas. Bien es cierto que en algunas reuniones meses antes, algunos elementos de las JSU habían propuesto realizar sabotajes en los polvorines. Algo que fue desechado por las directivas superiores.

Aun así, pocas horas después de la explosión comienzan las detenciones de militantes del PCE y de las JSU a nivel local, comarcal y provincial. Las torturas en los interrogatorios les hacen acusarse mutuamente de algo que no habían cometido. La instrucción de la causa 142.010, abierta para investigar las razones de la explosión, se había convertido en un proceso político contra comunistas y sindicalistas. El juez Rafael de las Morenas deja la causa y cae en manos de Enrique Eymar, miembro del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC). Para él no hay ninguna duda. Los responsables son los comunistas. Y sin ninguna prueba, ocultando datos, divide la causa en cinco distintas y se monta una instrucción que es un auténtico montaje de Estado.

El 9 de julio de 1948 se celebra el Consejo de Guerra en Ocaña. Se dictan ocho sentencias de muerte por delito de terrorismo, nueve que oscilan entre 30 años y 12 años por rebelión y siete de seis años de reclusión también por rebelión. Luego hubo cuatro Consejos de Guerra más. Duras condenas, algunas con petición de muerte, fue el resultado final. Y tras la noche y la dictadura, el silencio y el olvido.

LAS EXPLOSIONES DE EL FERROL Y CÁDIZ

En 1943 estalla un depósito de municiones de la ciudad de Ferrol (Coruña). Entonces se abrió una investigación y una causa militar al respecto de este suceso. Fue la causa 321/943, la que analizó los factores que ocasionaron tal explosión. Todo quedó archivado como un accidente. Tras una rigurosa investigación, Enrique Barrera Beitia llegó a una conclusión más profunda del acontecimiento y que volvía a poner en tela de juicio al Franquismo. En 1943 todavía se estaba dirimiendo el conflicto mundial. Si bien España pasó de la neutralidad a la no beligerancia, su apoyo a las fuerzas del Eje fue descarado. En Ferrol repostaban barcos y submarinos alemanes. De estas cuestiones estaban al tanto los servicios británicos. Y estos, en contacto con la guerrilla anarquista de la zona, perpetraron la voladura de los depósitos de Ferrol. No hubo víctimas. Franco guardó siempre el secreto, pues de haberlo hecho público habría sido un ataque británico sobre territorio español, convirtiéndose el acontecimiento en casus belli y provocando con ello la entrada de España en el conflicto. La causa 321/943 está mutilada para ocultar esos datos. Años después, y pocos días antes de la explosión de Alcalá de Henares, hizo explosión un depósito de minas en Cádiz. Más de 150 muertos y centenares de heridos. Si bien hubo intentos de achacar el suceso a la resistencia antifranquista, esto no salió bien. Las autoridades militares tuvieron que reconocer, implícitamente, su negligencia, que provocó un auténtico caos y un crimen en Cádiz. El reciente libro de José Antonio Aparicio Florido La noche trágica de Cádiz: Testimonios inéditos de la Catástrofe de 1947, atestiguan este crimen de Estado, debido a la deficiencia en las instalaciones, el mal estado del material y un ejército deficitario, mal preparado y estructurado.

Julián Vadillo Muñoz

sábado, 3 de septiembre de 2011

Un sólido proyecto en el movimiento libertario. Germinal. Revista de Estudios Libertarios


El movimiento libertario español siempre se ha caracterizado por intentar estar presente en todos los rincones de la sociedad, para con una visión transformadora poder dar una alternativa efectiva y eficiente al sistema capitalista. Así lo ha hecho en el ámbito obrero, en el ámbito cultural, en el ámbito político-social e incluso, en muchos momentos de la historia, en el ámbito deportivo.
Pero lo cierto es que algunos aspectos, por diversas razones, no han sido abordados por el movimiento libertario. Una pata que siempre quedó coja fue el mundo académico. Las razones fueron varias:
1. No ha existido en el mundo libertario español ninguna figura clave que le uniera a las instituciones académicas. Si tuvieron simpatizantes de peso pero ninguno lo suficientemente vinculado como para poder ofrecer esa trabazón. Algo que le distingue por ejemplo del movimiento libertario francés, que tuvo entre sus filas a geógrafos de primera línea como Eliseo Reclus.
2. El academicismo fue un coto que supieron copar los marxistas en su mas amplia extensión. Desde socialista a comunistas han pasado por distintas cátedras en distintos momentos de la historia de España, lo que provocó que fueran ellos los que desde las aulas enseñasen e impartiesen la historia del anarquismo y todo su entorno, con las consecuencias que ello ha provocado.
Estas son las razones por la cual las historias clásicas del movimiento obrero anarquista español están escritas por obreros para obreros. Anselmo Lorenzo, Manuel Buenacasa o Juan Gómez Casas, son militantes obreros que hacen la historia del movimiento libertario. Una historia valiosísima y documentos, prácticamente, de primera mano, pero cuyas obras estuvieron alejadas del mundo académico oficial.
Sin embargo, a finales de la década de 1990 y con el inicio del nuevo siglo, un grupo de investigadores del movimiento libertario, vinculados al movimiento libertario y con redes en el mundo académico y militante, decidieron la celebración de una serie de congresos históricos y científicos. El primero fue en 2001, coincidiendo con el centenario de la fundación de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia. El segundo fue en el 2002 con motivo del 75 aniversario de la fundación de la Federación Anarquista Ibérica. Y el tercero en el 2005 con motivo del centenario del nacimiento de Federica Montseny. Todo bajo el paraguas de la Fundación Anselmo Lorenzo de la CNT. Por las mesas de estos congresos pasaron los más prestigiosos historiadores y de las más diversas ideas: Xavier Paniagua, Manuel Pérez Ledesma, Jóel Delhom, José Luis Gutiérrez Molina, Alejandro Tiana Ferrer, Gloria Espigado, Laura Vicente.
Pasado este tiempo el grupo decide dar un paso más. Crear una revista que aune la investigación del movimiento libertario con el rigor academicista. El intento de un nexo entre el mundo libertario y el mundo académico (la asignatura pendiente de movimiento libertario) Y que abarcará todas las disciplinas de las humanidades (filosofía, antropología, sociología, literatura, etc.) aunque prestando mayor atención a la historia, por ser este el grueso de los trabajos publicados.
El proyecto era ambicioso pero ilusionante, como lo fueron anteriormente los congresos. El Consejo de Redacción de la revista se vio arropado por un Comité Científico de mucho prestigio, de profesores universitarios especializados en el movimiento libertario y sus ideas, o por extensión, en el movimiento social y obrero: Maurizio Antonioli, Giampietro Berti, Richard Cleminson, Roger Dadoun, José Luís Gutiérrez Molina, Claudio Venza, Paul Preston. Pablo M. Pérez, Teresa Oñate, etc.
Tras cinco años de aquel primer número hace pocas fechas el número 8 de Germinal veía la luz, con un poco de retraso. Y tras esos cinco años podemos decir que Germinal se ha convertido en una referencia para investigadores y estudiosos del movimiento anarquista. Un gran acierto de su Consejo de Redacción y de su trabajo completamente altruista (porqué Germinal, a diferencia de otras revistas, vive exclusivamente de sus suscripciones y donaciones) La estructura de la revista es sencilla: artículos (con sus resúmenes en castellano, inglés y esperanto), recensiones de libros, materiales (textos históricos rescatados de máximo interés) y convocatorias de congresos y actividades.
En este último número, el 8, Federico Ferreti nos adentra en un interesantísimo artículo titulado “La Comuna de París y los orígenes del pensamiento anarquista: la experiencia de los hermanos Reclus”, Frank Fernández escribe “Los precursores del Primero de Mayo. La primera jornada, La Habana 1890”, Nelson Méndez escribe “Herbert Read: esbozo biográfico y de introducción a su obra” y José María Fernández Paniagua nos adentra en “La enajenación de la sociedad capitalista. Una aproximación a las tesis de Erich Fromm”. Igualmente el número publica el texto de la Plataforma de Piort Archinov y la contestación que tuvo a la misma por parte de Errico Malatesta. Algo que se produce por primera en vez en castellano. Como se puede observar diversidad temática (historia y filosofía) y algo importante: Germinal trasciende las fronteras españolas en su temática y autores.
El movimiento libertario no puede nada más que celebrar que esta iniciativa continúe y goce de la misma salud e ilusión que hasta el momento.
Julián Vadillo Muñoz

martes, 23 de agosto de 2011

Sacco y Vanzetti. In memoriam


El 23 de agosto de 1927 dos anarquistas italianos, Nicola Sacco (1891-1927) y Bartolomeo Vanzetti (1888-1927), fueron ejecutados en Boston, Massachussetts, en la silla eléctrica. La acusación era haber perpetrado 7 años antes un robo a mano armada con víctimas mortales en una fábrica de calzado en South Braintree y otro en South Brigdwater.
Poco después de los sucesos, y coincidiendo con una serie de razzias contra las organizaciones obreras anarquistas y socialistas de EEUU (muchas constituidas por inmigrantes europeos, sobre todo italianos), son detenidos Sacco y Vanzetti. En el momento de ser detenidos portaban una pistola. Arma que nunca habían utilizado.
Las autoridades norteamericanas, en plena histeria contra la Revolución Rusa y realizando deportaciones en masa de inmigrantes extranjeros acusados de "rojos" (por ejemplo Emma Goldman o Alexander Berkman), y encabezadas por el Fiscal A. Mitchell Palmer, comienzan una persecución contra las organizaciones obreras, que lleva incluso al asesinato del anarquista Andrea Salsedo, arrojado por la ventana de una comisaria (personaje, que junto con Guisseppe Pinelli, inspirará a Dario Fo a escribir Muerte accidental de un anarquista). Sacco y Vanzetti se convierten en chivos expiatorios perfectos para "dar una lección" a los "rojos" en EEUU.
Igualmente coincide en un momento donde la mafia se está comenzando a organizar en EEUU. El atraco fue cometido por una banda mafiosa de nacionalidad italiana encabezada por unos tales Mike Boda, Mancini y Morelli.
A pesar de que las autoridades conocían la existencia de la banda mafiosa y que sabían perfectamente que ellos habían cometido el robo y el crimen, continuaron adelante con el proceso a Sacco y Vanzetti. Aquí entra en escena toda la guerra sucia del gobierno norteamericano contra los anarquistas. El tribunal estaba compuesto por el juez Webster Thayer y por el fiscal Kartzmann. Ambos eran reconocidos racistas y no dudaron en mostrar su cara más anti-inmigración y anti-anarquista. Entre el jurado había notorios miembros del Ku Klux Klan. Junto a ello decenas de testigos pagados para decir que Sacco y Vanzetti habían sido reconocidos en el asalto a la fábrica de calzado. Las posibilidades de la defensa eran nulas y a ello se unió la actitud matona de los rompe-huelgas a la hora de amenazar al abogado defensor y a los miembros del Comité para la Salvación de Sacco y Vanzetti. La sentencia fue firme: pena de muerte para los dos anarquista italianos.
Pero se logró reabrir el juicio. Y muchas pruebas salieron a la luz que daban la inocencia a Sacco y Vanzetti. Entre ellas la siguientes:
1. El arma incautada a Sacco y Vanzetti era una Colt 32. El giro de la bala de dicha arma es hacia la izquierda, no a la derecha como en la mayoría de la pistolas del momento. Eso al principio fue prueba irrefutable. Pero después se descubrió que la banda de Morelli utilizaba la pistola española Star que también tenía giro a la izquierda y con la que se cometieron los crimenes. Pruebas que ocultaron los responsables de balística.
2. La propia confensión de los verdaderos asesinos. Entre ellos Celestino Madeiros, que también fue ejecutado el mismo día que Sacco y Vanzetti.
3. La confesión de muchos testigos que había sido comprados para acusar a Sacco y Vanzetti.
A esto se unía que el día de los hechos Sacco y Vanzetti estaban en sus lugares de trabajo, con cantidad de testigos.
A pesar de ello nada fue posible. Todo estaba amañado y predeterminado. Solo cabía esperar que la actividad del Comité y la presión internacional por el asunto (todo el mundo se movilizó por Sacco y Vanzetti) pudieran conmutar la pena de muerte.
Pero nada fue posible. La suerte de Sacco y Vanzetti estaba echada. El 23 de agosto de 1927 fueron conducidos a la silla eléctrica y ejecutados.
Con esto culminaba una historia de crímenes del Estado norteamericano contra el anarquismo. No olvidemos que en 1886, el día 1 de Mayo, la protesta obrera de Chicago por la jornada de 8 horas acabó con las detenciones de numerosos anarquistas y la ejecución de cinco de ellos por un atentado que no había cometido (realizado por las bandas de rompe-huelgas de la agencia Pinkerton y esquiroles a sueldo del gobierno). Que tras el asesinato de William McKinley a manos del presunto anarquista León Czolgozs en 1901, llevó al decreto de Leyes Antianarquistas en EEUU que provocaron la persecución contra las organizaciones libertarias. Y que tras el triunfo de la Revolución Rusa la persecución contra la izquierda norteamericana fue intensa, que culminó con el asesinato de Sacco y Vanzetti, y con la desarticulación del movimiento obrero revolucionario norteamericano que hasta ese momento había sido muy poderoso (representado por el anarquismo, que llegó a articular la IWW -Industrial Workers of the World - los famosos wobblies, que desde 1905 unificó a anarquistas y socialistas, el desarrollo político de personajes como Alenxander Berkman o Emma Goldman, así como la importancia que tuvo el Partido Socialista de Norteamérica hasta la escisión con el Partido Comunista ya con la Revolución Rusa en marcha)
En 1977 el gobernador de Massachussets, Michael Dukakis, declaró la inocencia de Sacco y Vanzetti, y el 23 de agosto fue establecido como el día de estos dos anarquistas italianos, llevados a la silla eléctrica por el racismo capitalista y cuyo único delito fue luchar por un mundo mucho mas justo llamado Anarquía
Pd: Sacco y Vanzetti están en la memoria colectiva del movimiento revolucionario. Multitud de artículos y libros publicados sobre el proceso, canciones (Woody Guthrie o Joan Baez como ejemplos) y dos películas (Sacco y Vanzetti - Guiliano Montaldo, 1971 - y L´Affaire de Sacco et Vanzetti -1967 -) es un ejemplo de ello)

jueves, 21 de julio de 2011

La Guerra Civil española en la pluma de un anarquista alemán


En el año 2009 se cumplieron 70 años de la finalización de la Guerra Civil española. A la ya amplia oferta de libros que sobre este acontecimiento se genera, se viene a unir este pequeño texto editado por Melusina. Un análisis del anarquista alemán Rudolf Rocker sobre la Guerra Civil española.

De este texto hay que destacar dos cosas. La primera es que era desconocido y se ha rescatado gracias a los esfuerzos de Melusina (que no es la primera vez que da a conocer un texto inédito en nuestro país, como por ejemplo la obra de Berkman Memorias de un anarquista en prisión). La segunda es que es un acertadísimo análisis internacional del conflicto en España, escrito en agosto de 1937. Con él Rocker demuestra lo acertado de sus análisis y su gran capacidad para entender las relaciones internacionales.

Podemos afirmar que la vida de Rudolf Rocker estuvo completamente dedicada a la lucha y la propagación del ideal libertario. Nació en Maguncia el 25 de marzo de 1873, quedándose huérfano de padre en edad muy temprana. La escuela a la que fue, regentada por los carmelitas, no dejó un buen recuerdo a Rudolf. Con la muerte de su madre cuando él contaba con apenas 11 años, su referencia vital fue su tío Petter. Éste tenía ideas socialistas e hizo despertar en Rudolf Rocker un sentimiento de conciencia social.

En un primer momento de su vida Rudolf Rocker forma parte de la poderosa socialdemocracia alemana, que había logrado unificarse tras el congreso de Gotha en 1875, uniendo las ideas socialistas de Wilhem Liebknecht y de Ferdinand Lasalle. Algo que a Marx no le gustó y así lo dejó escrito en su Crítica al programa de Gotha.

Rocker comienza a conocer las teorías anarquistas de Bakunin y Kropotkin. Debido a las divergencias de criterios dentro de la socialdemocracia tras el congreso de Erfurt, Rocker rompe definitivamente con el SPD y comienza a abrazar el anarquismo. Son numerosos los exilios que sufre el anarquista alemán y las persecuciones en distintos países como Francia, donde un sector del movimiento anarquista, de forma completamente individual, se ha lanzado a una acción violenta y directa contra representantes e instituciones del Estado.

Afincando en Londres durante un tiempo, Rudolf Rocker participa en todas las campañas internacionales a favor del anarquismo, como por ejemplo en la petición de indulto y libertad contra el pedagogo libertario Francisco Ferrer en 1909. Participa igualmente en el Congreso Anarquista Internacional de Amsterdam en 1907, trascendental para el futuro del movimiento libertario mundial. Participó en la Revolución consejista de Alemania en 1919 y conoció de primera mano cómo se dirimían las cuestiones en Rusia tras el triunfo bolchevique y el nuevo establecimiento de una dictadura que estaba persiguiendo duramente al anarquismo.

Rudolf Rocker fue determinante para la reorganización en Berlín de la Asociación Internacional de los Trabajadores, donde las organizaciones sindicalistas revolucionarias del mundo se asociaron. En la propia Alemania impulsa la FAUD, en un momento en que el nazismo va creciendo en influencia y el futuro de Alemania se torna muy difícil.

Debido a la Segunda Guerra Mundial y a la persecución que los regímenes totalitarios de Europa están sometiendo al movimiento obrero, Rudolf Rocker se establece en EE UU, donde el 10 de septiembre de 1958 fallece en la Colonia Mohigan.

Su visión de la situación internacional le hace tener un análisis muy acertado de la Guerra Civil española y de la revolución que surge pareja a ella. El libro La tragedia de España es el ejemplo de ese análisis.

El libro comienza con un breve pero exhaustivo análisis que habla del capital extranjero en España. La Alemania nazi y la Italia fascista ven grandes posibilidades económicas en la explotación del suelo español. De ahí radica su apoyo directo al franquismo. Pero las llamadas potencia democráticas (Francia e Inglaterra) también buscan ese beneficio. Y siguieron en las explotaciones de Riotinto, el cobre de Almadén o los Altos Hornos de Bilbao. Y eso, incluso, cuando esas zonas cayeron bajo la influencia de Franco.

Rocker hace un repaso a los años republicanos y a la actitud que se ha mantenido respecto a la CNT. El anarquista alemán estuvo en España en los primeros días del cambio de régimen, debido a que asistió al Congreso de la CNT en mayo de 1931 y al que a continuación celebró la AIT también en Madrid.

Aun así, el grueso de este libro es una crítica a la actitud de la Unión Soviética y de sus apéndices en España: el Partido Comunista de España y el Partido Socialista Unificado de Cataluña. Hace una crítica a la política contrarrevolucionaria de los comunistas. Y lo hace tanto a través de prensa española como extranjera. Y en periódicos nada sospechosos de anarquismo como el Manchester Guardian. Por ellos muestra la actitud contrarrevolucionaria y de defensa burguesa que el PCE está llevando. Habla incluso de una UGT española y una distinta en Cataluña, que está bajo el influjo del PSUC. Lo cierto es que el Partido Comunista y el PSUC afiliaron a propietarios que tras la finalización de la contienda y con el triunfo de los sublevados pasaron a apoyar sin dilación al Estado franquista. En el exilio la UGT no reconoce a su sección catalana.

En el libro pone claros ejemplos de la represión que los comunistas ejercen contra otros antifascistas por una política dictada por Moscú.

El libro de Rocker está escrito en agosto de 1937 y ya analiza los Hechos de Mayo y la desaparición del líder del POUM, Andreu Nin. Evidentemente no llega a analizar los sucesos de agosto en Aragón, cuando las tropas de Enrique Lister desmantelan el Consejo de Aragón que dirigía Joaquín Ascaso (para este aspecto es de referencia ineludible el libro de Alejandro Díez Torre Orígenes del cambio regional. El turno del pueblo, 1900-1938 o las memorias del propio Ascaso, compiladas por el mismo autor, con el título Memorias 1936-1938. Hacia un nuevo Aragón).

El libro La tragedia de España muestra bastante bien la pinza que los comunistas realizan con burgueses de derechas e independentistas catalanes. Es algo que podría parecer inaudito. Pero al PCE, desde su fundación, se le puede reconocer una política cambiante. Cuando el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda Republica, los comunistas la recibieron en la Puerta del Sol de Madrid con un ¡Abajo la República! ¡Vivan los sóviets! Tras la crisis del Partido en 1932 con la defenestración de José Bullejos y el cambio de dirigentes (suben José Díaz, Dolores Ibarruri, Antonio Mije, etc.) el PCE va cambiando de estrategia, que va pareja al cambio de la Komintern, tras el fracaso de la política en Alemania, donde el no hacer un pacto con el SPD (al que consideraban “socialfascista”) hace que los nazis accedan al poder y establezcan la dictadura. Es entonces cuando el PCE habla, primeramente, de la “unión por la base” con el PSOE y la CNT y, posteriormente, de su defensa del Frente Popular, aprobado en el VII Congreso de la Internacional Comunista.

Mucho se habla de la “quinta columna” dentro de la CNT. Cierto es que los quintacolumnistas se emboscaron en todas las organizaciones del Frente Popular. Y el PCE no fue menos. Por ejemplo, el comisario Roberto Conesa, delator que lleva al Consejo de Guerra y a la ejecución a las “13 Rosas”, estaba afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas durante la Guerra Civil. Igualmente dentro del PCE y del PSUC se encuadró en Aragón y Cataluña la burguesía propietaria que estaba en contra de la Revolución y apoyó al franquismo.

En definitiva, este libro de Rocker es un acierto de la editorial Melusina, a la que tenemos que felicitar por ello, y una lectura imprescindible para comprender las cuestiones internacionales de la Guerra Civil española.

Julián Vadillo Muñoz

Germinal. Revista de Estudios Libertarios 8, julio-diciembre 2009