viernes, 30 de septiembre de 2011

Presentación del libro de Mauro Bajatierra en la Cadena SER-Henares


El pasado miércoles se emitió la entrevista en relación a la obra Mauro Bajatierra. Anarquista y periodista de acción.
Aquí está el podcast de esta entrevista
http://comunidad3h.wordpress.com/2011/09/29/dtup-la-asombrosa-vida-de-mauro-bajatierra/

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOS PRINCIPALES IDEÓLOGOS Y PARTICIPANTES DE LA COMUNA DE PARÍS


El número de septiembre de este año, la revista Hors-Serie l´Humanite se lo dedica a los protagonistas de la Comuna de París. En Francia el 140 aniversario de la Comuna ha tenido una gran repercusión. Exposiciones, actos, monográficos de periódicos y revistas anarquistas, etc., han tratado sobre este acontecimiento histórico trascendental para la historia de clase trabajadora. La lista de los protagonistas de aquel acontecimiento es impresionante. De entre los miles y miles que llevaron a cabo la primera revolución obrera de la historia, tenemos que destacar a los siguientes:

Nathalie Le Mel (1826-1921)

Leo Frankel (1844-1896)

Madame Ager (1932-1891)

Henri Rochefort (1831-1913)

Paul Minck (1839-1901)

Edouard Vaillant (1840-1915)

Georges Pilotell (1845-1918)

Anna Jadard (1844-1887)

Gustave Courbet (1819-1877)

Auguste Blanqui (1805-1881)

Charles Beslay (1795-1878)

Maxime Lisbonne (1839-1905)

Louis-Simon Direure (1838-1900)

Jules Vallès (1832-1885)

Jean-Baptiste Dumay (1841-1926)

Victorine Rouche-Broche (1838-1921)

Napoleón Gaillard (1815-1900)

Maxime Viullaume (1844-1925)

Louise Michel (1830-1905)

Lucien Henry (1850-1896)

Louis Rossel (1844-1871)

Charles Delescluze (1809-1871)

Eliseé Reclus (1830-1905)

Eugene Pottier (1816-1887)

Jean Allemane (1843-1935)

Prosper-Olivier Lessageray (1830-1901)

Walery Wroblewski (1836-1908)

Guiseppe Garibaldi (1807-1882)

Eugene Varlin (1839-1871)

Gustave Flourens (1838-1871)

Leodele Bera (1824-1900)

Eugene Protot (1839-1921)

Gaston Cremieux (1836-1871)

Jaroslav Dombrowski (1836-1871)

Felix Pyat (1810-1889)

Pierre Joseph Proudhon (1809-1865)

Benoit Malon (1841-1893)

Mijail Bakunin (1814-1876)

Jean Baptiste Clement (1836-1903)

Victoire Tinayre (1831-1895)

François Jourde (1843-1893)

Cheikh El Mokrani (1815-1871)

Emile Digeon (1822-1894)

Zephyrin Comélinat (1840-1932)

Paul Lafargue (1842-1911)

Karl Marx (1818-1883)

Algunos son pensadores que influyeron en la Comuna, como Proudhon, Marx, Bakunin, etc. Otros fueron grandes defensores militares como Dombrowski. Otros militantes de primera línea y defensores communards como Reclus, Louise Michel, Malon, Varlin, Vaillant. Otros son personajes desconocidos, de las comunas de Narbona (Emile Digeon) o Marsella (Gaston Crémieux). Y el caso de Cheikh El Mokrani, que realiza una gesta anticolonia durante la jornada de la Comuna.

Las biografías completas están en el número de Hors-Serie l´Humanité. Un número que merece la pena.

Todo homenaje que se haga a la Comuna de París es poco. Un acontecimiento que tiene que ser paradigma en el presente y en el futuro.

martes, 6 de septiembre de 2011

DE ‘EXPLOSIÓN FORTUITA’ A ATENTADO TERRORISTA


En pleno “trienio del Terror”, el Franquismo usó la explosión accidental de un polvorín militar para terminar con la resistencia comunista de Alcalá.

La posguerra española pasó sus años de plomo durante la década de 1940. Los desastres bélicos, el hambre (que trajo consigo enfermedades ya erradicadas u otras que incluso no pudieron catalogar), el miedo, el silencio y la represión brutal y calculada, eran el pan de cada día. Lejos de ser un baluarte de fortaleza, las instalaciones militares eran deficitarias y profundamente destartaladas.

Desde 1939 hasta mediados de los años ‘50, se sucedieron desastres en polvorines y zonas de armamento que provocaron más caos a la ya maltrecha sociedad española. De todos ellos el más famoso fue el de Cádiz en agosto de 1947, donde la explosión de un depósito de minas provocó más de 150 muertes.

En 1947 Alcalá de Henares (Madrid) seguía siendo una ciudad derrotada. Derrotada por la Guerra Civil, ya que la ciudad complutense había sido leal a la República hasta el final. Derrotada por la represión, ya que, siendo ciudad penitenciaria, fue testigo de centenares de consejos de guerra y las tapias de su cementerio triste espectador de una fiesta de sangre de los vencidos. Derrotada por la miseria que asolaba la ciudad en esos duros años de la posguerra.

Aquella noche del sábado 6 de septiembre, Alcalá de Henares tembló y una nube de polvo cubrió toda la ciudad. Tras momentos de incertidumbre se comienza a reaccionar. La conclusión es ya clara. Los polvorines militares situados en el puente de Zulema han explotado. Allí había tres polvorines. El Zulema y los Gurugú A y Gurugú B. Son estos dos últimos los que han hecho explosión.

Hasta allí se desplazan dotaciones de fuerzas de seguridad, ambulancias, bomberos y ciudadanos. El paisaje que contemplaron fue dantesco. El cerro se había esfumado, toneladas de tierra habían sido removidas, la fábrica Río Cerámica había sufrido daños irreparables, y la casa de Bonifacio Loeches, un antiguo concejal socialista durante el periódico republicano, había desaparecido.

Desde el primer momento la instrucción del caso recae en el juez militar Rafael de las Morenas Alcalá. Se instruye la causa 142.010. El primer informe de dos peritos militares habla de numerosas hipótesis (sabotaje, explosión fortuita, mal estado de las pólvoras, simpatía de explosión, etc.). A pesar de ello se ve muy complicada la existencia de aparatos detonadores y de la posibilidad de sabotaje. Era el 7 de septiembre. El 9 de septiembre, con las cosas más claras, los peritos realizan una prueba ocular. El sabotaje se descarta.

Malas prácticas en el polvorín

Cuando se van tomando declaraciones los soldados van dando pistas. Se habla de destrucción de material en mal estado los días previos y de traslados de pólvoras a cuevas alejadas del polvorín. Igualmente se habla de fallos eléctricos en la sala de tropa del polvorín, provocada por un grupo electrógeno deteriorado. La fábrica Río Cerámica más de una vez dio luz al polvorín y también se habla de chispazos en los cuadros de mando. Igualmente el hijo de Bonifacio Loeches temía algo parecido a lo de Cádiz, merced a que numerosas llamadas de la Guardia Civil preguntando por el polvorín hacían sospechar que las cosas no iban bien.

Con todos los datos técnicos y declaraciones que apuntan hacia una fatalidad y una negligencia militar (como en Cádiz), las autoridades castrenses ya actuaban en otra línea. Desde hacía unos días se estaba deteniendo a militantes del clandestino PCE y de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). La acusación: haber perpetrado un atentado terrorista.

La represión política

La derrota militar de la República y de sus organizaciones afines no fue óbice para que éstas siguieran adelante con la lucha contra el poder ilegítimo e ilegal de Franco. En Alcalá, desde muy temprano, las estructuras de la CNT y de los comunistas se fueron reorganizando.

En 1946, el Franquismo sabe que las potencias internacionales no van a intervenir directamente contra él y el Régimen lanza una nueva y criminal ofensiva. Entre 1947 y 1949 se produce el llamado “trienio del Terror”. Ya antes, la represión había comenzado en Alcalá.

Las sucesivas estructuras de la CNT, con el histórico Ignacio España a la cabeza, habían sido detenidas y encarceladas. Cuando el 6 de septiembre se produjo la explosión del polvorín, para las autoridades militares no había duda que tenían que actuar contra los comunistas. Bien es cierto que en algunas reuniones meses antes, algunos elementos de las JSU habían propuesto realizar sabotajes en los polvorines. Algo que fue desechado por las directivas superiores.

Aun así, pocas horas después de la explosión comienzan las detenciones de militantes del PCE y de las JSU a nivel local, comarcal y provincial. Las torturas en los interrogatorios les hacen acusarse mutuamente de algo que no habían cometido. La instrucción de la causa 142.010, abierta para investigar las razones de la explosión, se había convertido en un proceso político contra comunistas y sindicalistas. El juez Rafael de las Morenas deja la causa y cae en manos de Enrique Eymar, miembro del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC). Para él no hay ninguna duda. Los responsables son los comunistas. Y sin ninguna prueba, ocultando datos, divide la causa en cinco distintas y se monta una instrucción que es un auténtico montaje de Estado.

El 9 de julio de 1948 se celebra el Consejo de Guerra en Ocaña. Se dictan ocho sentencias de muerte por delito de terrorismo, nueve que oscilan entre 30 años y 12 años por rebelión y siete de seis años de reclusión también por rebelión. Luego hubo cuatro Consejos de Guerra más. Duras condenas, algunas con petición de muerte, fue el resultado final. Y tras la noche y la dictadura, el silencio y el olvido.

LAS EXPLOSIONES DE EL FERROL Y CÁDIZ

En 1943 estalla un depósito de municiones de la ciudad de Ferrol (Coruña). Entonces se abrió una investigación y una causa militar al respecto de este suceso. Fue la causa 321/943, la que analizó los factores que ocasionaron tal explosión. Todo quedó archivado como un accidente. Tras una rigurosa investigación, Enrique Barrera Beitia llegó a una conclusión más profunda del acontecimiento y que volvía a poner en tela de juicio al Franquismo. En 1943 todavía se estaba dirimiendo el conflicto mundial. Si bien España pasó de la neutralidad a la no beligerancia, su apoyo a las fuerzas del Eje fue descarado. En Ferrol repostaban barcos y submarinos alemanes. De estas cuestiones estaban al tanto los servicios británicos. Y estos, en contacto con la guerrilla anarquista de la zona, perpetraron la voladura de los depósitos de Ferrol. No hubo víctimas. Franco guardó siempre el secreto, pues de haberlo hecho público habría sido un ataque británico sobre territorio español, convirtiéndose el acontecimiento en casus belli y provocando con ello la entrada de España en el conflicto. La causa 321/943 está mutilada para ocultar esos datos. Años después, y pocos días antes de la explosión de Alcalá de Henares, hizo explosión un depósito de minas en Cádiz. Más de 150 muertos y centenares de heridos. Si bien hubo intentos de achacar el suceso a la resistencia antifranquista, esto no salió bien. Las autoridades militares tuvieron que reconocer, implícitamente, su negligencia, que provocó un auténtico caos y un crimen en Cádiz. El reciente libro de José Antonio Aparicio Florido La noche trágica de Cádiz: Testimonios inéditos de la Catástrofe de 1947, atestiguan este crimen de Estado, debido a la deficiencia en las instalaciones, el mal estado del material y un ejército deficitario, mal preparado y estructurado.

Julián Vadillo Muñoz

sábado, 3 de septiembre de 2011

Un sólido proyecto en el movimiento libertario. Germinal. Revista de Estudios Libertarios


El movimiento libertario español siempre se ha caracterizado por intentar estar presente en todos los rincones de la sociedad, para con una visión transformadora poder dar una alternativa efectiva y eficiente al sistema capitalista. Así lo ha hecho en el ámbito obrero, en el ámbito cultural, en el ámbito político-social e incluso, en muchos momentos de la historia, en el ámbito deportivo.
Pero lo cierto es que algunos aspectos, por diversas razones, no han sido abordados por el movimiento libertario. Una pata que siempre quedó coja fue el mundo académico. Las razones fueron varias:
1. No ha existido en el mundo libertario español ninguna figura clave que le uniera a las instituciones académicas. Si tuvieron simpatizantes de peso pero ninguno lo suficientemente vinculado como para poder ofrecer esa trabazón. Algo que le distingue por ejemplo del movimiento libertario francés, que tuvo entre sus filas a geógrafos de primera línea como Eliseo Reclus.
2. El academicismo fue un coto que supieron copar los marxistas en su mas amplia extensión. Desde socialista a comunistas han pasado por distintas cátedras en distintos momentos de la historia de España, lo que provocó que fueran ellos los que desde las aulas enseñasen e impartiesen la historia del anarquismo y todo su entorno, con las consecuencias que ello ha provocado.
Estas son las razones por la cual las historias clásicas del movimiento obrero anarquista español están escritas por obreros para obreros. Anselmo Lorenzo, Manuel Buenacasa o Juan Gómez Casas, son militantes obreros que hacen la historia del movimiento libertario. Una historia valiosísima y documentos, prácticamente, de primera mano, pero cuyas obras estuvieron alejadas del mundo académico oficial.
Sin embargo, a finales de la década de 1990 y con el inicio del nuevo siglo, un grupo de investigadores del movimiento libertario, vinculados al movimiento libertario y con redes en el mundo académico y militante, decidieron la celebración de una serie de congresos históricos y científicos. El primero fue en 2001, coincidiendo con el centenario de la fundación de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia. El segundo fue en el 2002 con motivo del 75 aniversario de la fundación de la Federación Anarquista Ibérica. Y el tercero en el 2005 con motivo del centenario del nacimiento de Federica Montseny. Todo bajo el paraguas de la Fundación Anselmo Lorenzo de la CNT. Por las mesas de estos congresos pasaron los más prestigiosos historiadores y de las más diversas ideas: Xavier Paniagua, Manuel Pérez Ledesma, Jóel Delhom, José Luis Gutiérrez Molina, Alejandro Tiana Ferrer, Gloria Espigado, Laura Vicente.
Pasado este tiempo el grupo decide dar un paso más. Crear una revista que aune la investigación del movimiento libertario con el rigor academicista. El intento de un nexo entre el mundo libertario y el mundo académico (la asignatura pendiente de movimiento libertario) Y que abarcará todas las disciplinas de las humanidades (filosofía, antropología, sociología, literatura, etc.) aunque prestando mayor atención a la historia, por ser este el grueso de los trabajos publicados.
El proyecto era ambicioso pero ilusionante, como lo fueron anteriormente los congresos. El Consejo de Redacción de la revista se vio arropado por un Comité Científico de mucho prestigio, de profesores universitarios especializados en el movimiento libertario y sus ideas, o por extensión, en el movimiento social y obrero: Maurizio Antonioli, Giampietro Berti, Richard Cleminson, Roger Dadoun, José Luís Gutiérrez Molina, Claudio Venza, Paul Preston. Pablo M. Pérez, Teresa Oñate, etc.
Tras cinco años de aquel primer número hace pocas fechas el número 8 de Germinal veía la luz, con un poco de retraso. Y tras esos cinco años podemos decir que Germinal se ha convertido en una referencia para investigadores y estudiosos del movimiento anarquista. Un gran acierto de su Consejo de Redacción y de su trabajo completamente altruista (porqué Germinal, a diferencia de otras revistas, vive exclusivamente de sus suscripciones y donaciones) La estructura de la revista es sencilla: artículos (con sus resúmenes en castellano, inglés y esperanto), recensiones de libros, materiales (textos históricos rescatados de máximo interés) y convocatorias de congresos y actividades.
En este último número, el 8, Federico Ferreti nos adentra en un interesantísimo artículo titulado “La Comuna de París y los orígenes del pensamiento anarquista: la experiencia de los hermanos Reclus”, Frank Fernández escribe “Los precursores del Primero de Mayo. La primera jornada, La Habana 1890”, Nelson Méndez escribe “Herbert Read: esbozo biográfico y de introducción a su obra” y José María Fernández Paniagua nos adentra en “La enajenación de la sociedad capitalista. Una aproximación a las tesis de Erich Fromm”. Igualmente el número publica el texto de la Plataforma de Piort Archinov y la contestación que tuvo a la misma por parte de Errico Malatesta. Algo que se produce por primera en vez en castellano. Como se puede observar diversidad temática (historia y filosofía) y algo importante: Germinal trasciende las fronteras españolas en su temática y autores.
El movimiento libertario no puede nada más que celebrar que esta iniciativa continúe y goce de la misma salud e ilusión que hasta el momento.
Julián Vadillo Muñoz