lunes, 25 de junio de 2012

La Idea. Negre sobre blanc. Articles de Josep Alomá

El pasado 22 de junio se presentó en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid la presentación del libro La Idea. Negre sobre blanc. Una recopilación de artículos del anarquista tarraconense Josep Alomá. Edición a cargo de su nieto, Ramón Gras Alomá. Una presentación que contó con la presencia de Heleno Saña, Pablo Herrero y Julián Vadillo. Se podría haber hecho una entrada en ésta bitácora sobre el libro y su contenido. Pero he preferido volcar el texto de la presentación de Ramón Gras, que resumen mejor que nadie la necesidad de recuperación de la figura de Josep Alomá, completando así la biografía que le dedicó en el 2009 con el título Alomá. Una utopía, una esperança así como el documental con el mismo nombre. Me quedo con una frase de Ramón para hacer una crítica que define la sociedad actual y que tiende a buscar nuevos valores "(...) una sociedad que recompensa lo bajo y lo vulgar y condena lo elevado."

En primer lugar, quiero agradecer vuestra presencia hoy en el Centro Cultural Blanquerna, con motivo de la presentación de La Idea, negre sobre blanc. También la generosidad de los ponentes que me han precedido.

Constituye una excelente noticia que los sectores más avanzados de la juventud, con personas como Julián Vadillo al frente, desarrollen su actividad investigadora en el ámbito de la historia del anarquismo, el movimiento más brillante, sofisticado, de mayor arraigo popular e impregnado de humanismo que ha conocido la península ibérica. La publicación de su estudio biográfico del gran militante libertario Mauro Bajatierra, así como otros estudios que Julián ha publicado que mucho tienen que ver con la tesis doctoral que está desarrollando, son una importante contribución al conocimiento de un periodo, de unas ideas y sobre todo de unas personas, que completan un vacío historiográfico y que hoy pueden ayudar a iluminar el difícil camino que se nos presenta. Enhorabuena, Julián, y gracias por estar hoy aquí.

En este sentido, pocos sitios tan adecuados como el Centro Cultural Blanquerna, representación de la cultura catalana en Madrid, para recordar el enorme vacío historiográfico que existe con respecto al movimiento libertario y sus figuras. Aunque parezca sorprendente, todavía no se ha acometido la tarea de elaborar las biografías de personas tan significadas como Salvador Seguí, Ángel Pestaña, Joan Peiró, Joan Puig Elias, Fèlix Martí Ibáñez, Diego Abad de Santillán, Josep Llunas, Eusebi Carbó, Josep Viadiu, Llibertat Ròdenas, Roser Dulcet, Joan Saña Magrinyà, y tantos y tantos otros militantes entregados a la causa de luchar por una humanidad mejor.

En su excelente biografía del gran intelectual y militante revolucionario, y quien fuera secretario general de la CNT Andreu Nin, el historiador Pelai Pagès nos cuenta que el proyecto de ensayo para el cual Nin acumulaba notas y estudios durante la primavera de 1937 consistía en una biografía de Salvador Seguí, a quien Nin consideraba sin ningún género de dudas el coloso del movimiento revolucionario en Catalunya y España. Lamentablemente Nin fue secuestrado y asesinado por agentes soviéticos, títeres de Stalin afincados en la España republicana, con la colaboración y aquiescencia de elementos del PSUC y del PCE, de modo que dicho trabajo no se pudo completar.

El trabajo de investigación, con frecuencia laborioso, callado, arduo, ofrece sin embargo en ocasiones recompensas de valor incalculable. Supuso una enorme alegría el recibir en mayo de 2010 el mensaje de Pablo Herrero, en el que me comunicaba que había encontrado artículos de Alomà en sendas colecciones parciales del periódico “Sur”, conservadas respectivamente en el Archivo General Militar de Ávila y en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

Además de los numerosos paralelismos que podemos trazar entre la trayectoria de Hernández Alfonso y Alomà, fue muy revelador el profundizar en el conocimiento del papel de ambos en las últimas semanas de la guerra, cuando se opusieron frontalmente al totalitarismo estalinista, y decidieron permanecer en territorio español, a pesar de que la victoria militar del bando nacional era ya una realidad de facto, y los dirigentes de determinados partidos políticos llevaban ya semanas repartiéndose el botín en el exilio, con la salvedad de Julián Besteiro y unas pocas honrosas excepciones.

Hernández Alfonso permaneció voluntariamente en la sede de Sur, que fue el último periódico antifascista que clausuraron las fuerzas de las potencias del Eje. El Dr Fèlix Martí Ibáñez, destacado militante de de la FAI y la CNT, ofreció a Alomà la posibilidad de marcharse a los Estados Unidos, pero a pesar de los graves peligros que suponía el permanecer en lo que ya era la España del fascio, Alomà decidió quedarse, y afrontar todas las consecuencias, por coherencia y lealtad a su familia y a sus compañeros. Gracias, Pablo, por tu amistad y enhorabuena por la labor que estás desarrollando en la recuperación de la figura de tu abuelo.

Hay dos momentos más que cabe destacar. En primer lugar, cuando el historiador Jordi Piqué, autor de La Crisi de la rereguarda, Revolució i guerra civil a Tarragona 1936-39, me facilitó las grabaciones de las tres entrevistas que le hizo a Alomà en los años ochenta. El otro momento fue cuando Heleno Saña aceptó la invitación de prologar el libro que presenta la antología periodística de Josep Maria Alomà. Fiel al legado de sus padres, Heleno Saña ha puesto siempre su elegante pluma al servicio de la verdad y de la causa de los desheredados de la tierra, al margen y frecuentemente en contra de las capillas de pseudointelectuales que ejercen de apologetas del orden vigente.

En un momento en que cobra aún mayor fuerza la traición de los intelectuales de la que hablaba Benda, y haciendo buena la cita de Luis Hernández Alfonso que reza que por el camino de la claudicación sólo puede llegarse al abismo de la esclavitud, Heleno Saña eligió la independencia, eligió la libertad.

La obra filosófica, histórica, de estudio económico, poética, y literaria de Saña no necesita presentación. No hace falta destacar cómo nos ha acercado la filosofía grecolatina, el humanismo cristiano, las figuras del pensamiento moderno o sus innovadores planteamientos en relación con la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, que tan bien conoce. Su enorme contribución a la historia del pensamiento no tiene parangón en nuestros días en España, pero para mí tiene un valor incluso mayor el que nos haya honrado con su amistad y con su generoso y hermoso prólogo.

Josep Alomà definió al anarquismo como “un ideal de bondad, de belleza, de servicio a los demás y sobre todo de independencia personal”. Pero este ideal no debía imponerse a cualquier precio: su asimilación precisa de la aceptación del principio de libertad y del respeto al otro, al prójimo, a sus ideas y a su persona.

Durante los enfrentamientos de los Sucesos de Mayo, Alomà escribió en su editorial del Diari de Tarragona del 7 de mayo de 1937: “Contribuïm tots plegats, oblidant odis i rancors, a posar la pau en tots els esperits i en totes les llars. La superioritat dels partits, de les idees, es demostra per la força moral de les seves conviccions, mai per l’esperit de revenja o represàlia. Col·laborem tots junts en l’obra comuna, que és derrocar el feixisme”.

En este sentido, podemos recordar las palabras de Diego Abad de Santillán, filósofo de la FAI y quien ostentara el cargo de Conseller d’Economia de la Generalitat de Catalunya durante el periodo revolucionario:



“Si Cristo hubiese sido un calculador frío e indiferente a la suerte de los hombres de su tiempo, no habría sido crucificado; pero por algo se ha convertido en un símbolo de justicia; la causa que predicaba, la verdad que difundía valían más que su vida material, perecedera. Cristo es la no-violencia y el anarquismo que fue circundado por la aureola del heroísmo, es una traducción más moderna de la no-violencia, levadura y fermento de un mundo sin explotadores y sin expoliados”.

En estos momentos de colapso de las sociedades occidentales, en que entran en crisis las ideas-basura que entienden a la persona como mero objeto; en estos momentos de apoteosis de la mendacidad sistemática de los medios de adoctrinamiento de masas, de una sociedad que recompensa lo bajo y lo vugar y condena lo elevado; en estos momentos en que la servidumbre voluntaria y la confusión interesada han tenido una gran difusión en las últimas décadas, dejando un poso de destrucción, deshumanización, aculturación y embrutecimiento sin igual en la historia de la humanidad; precisamente en estos momentos, es cuando más necesario es recuperar la valía de la persona, el individuo; condición previa para construir una sociedad mejor.

Si necesitamos ejemplos para orientar nuestro proceso reflexivo y nuestro obrar humano, los encontraremos muy cerca. Cuando hoy vemos cómo entra en declive la época del individuo atomizado, aturdido, narcotizado y teledirigido, cuando esta época lleva décadas dando muestras de su capacidad destructora de lo humano, cuando el individuo medio actual se muestra incapaz para empresas colectivas trascendentes dignas de tal nombre, no está de más recordar, que no hace mucho tiempo hubo hombres y mujeres que articularon un movimiento social revolucionario, partiendo de la herencia espiritual más sublime de la tradición occidental.

Era el movimiento anarquista, que Josep Alomà definió el primero de junio 1979 como “el ideal de más elevada concepción ética, filosófica, sociológica y de integral, pleno y viviente humanismo, el más moderno, novísmo y de impulsión constantemente renovadora entre las ideologías existentes y conocidas”.

El 21 julio de 1937 Alomà había afirmado: “L’Espanya lleial, l’Espanya proletària ha sabut, amb el seu únic esforç, fer d’una Espanya inquisidora, d’una Espanya ignorant i arruïnada, un poble culte i fecund que és l’admiració del món. Poc esperaven ells que un poble sotmès durant segles i més segles a la misèria i a l’esclavatge moral, pogués parar els peus a la bèstia feixista que compta amb l’ajut del capitalisme mundial i pogués arribar a crear tot allò que ells mai no havien pogut fer”.



Josep Alomà se implicó en la defensa de los trabajadores del agro, de la industria, también de los llamados trabajadores de cuello blanco, cuando fue nombrado Presidente del Sindicato Único de la Enseñanza y Profesiones Liberales; luchó por los presos; por una la economía libre y colectivizada, por la difusión de la cultura, y en su gran obra que fue la implantación en la provincia de Tarragona del Consell de l’Escola Nova Unificada.

Pero a la vez que nacía un nuevo mundo, aprovechando la confusión propia del momento, se produjeron actos vandálicos y de rapiña, frecuentemente motivados por el deseo de venganza, actos que los revolucionarios conscientes repudiaron y combatieron. El sacerdote Salvador Ritort Faus declaró en el juicio de 1940:

El que suscribe, Reverendo Salvador Ritort Faus, organista de la Catedral y profesor de música de la Casa de Beneficencia,



DECLARA: Que conoce a Don José Alomà Sanabras, estándole sumamente agradecido como benefactor mío durante el periodo revolucionario, pues debido a mi condición de sacerdote perseguido,me refugió en la Casa de Beneficencia, evitando que se efectuaran registros en dicho establecimiento como querían efectuarlos las patrullas y elementos revolucionarios con el fin de mi captura.



Además me consta, por personas que me merecen absoluto crédito, que el mencionado José Alomà interpuso todo su esfuerzo para que no fuese saqueada la Catedral de Tarragona. Por su intervención fueron llevadas a la Casa Provincial de Beneficencia para su resguardo, objetos ropas y muebles, entre ellas una sección de pianos y armonios de iglesias, para que no fueran saqueadas ni destruidas. Objetos que después han pasado a manos de los dueños. Y para que conste, firmo la presente en Tarragona a veinte de enero de mil novecientos cuarenta”.



A pesar de los numerosos testimonios de personas que declararon que Alomà les había salvado la vida, las autoridades del régimen condenaron a Josep Alomà a la pena de muerte por el delito de “rebelión militar”. Sólo las incesantes gestiones de su esposa Ángeles Canelo pudieron salvarle en el último instante de la muerte, a finales de 1940, cuando Hitler era el amo y señor de esta Europa que hoy da nuevamente muestras de agotamiento del modelo que representa.

Un claro ejemplo de la mendacidad y de las frágiles bases de esta agónica sociedad, que recompensa lo bajo y condena lo elevado, se puede comprobar en Tarragona, que olvidó el legado de Alomà durante años. En cambio, el dirigente del partido estalinista Josep Recasens Mercadé, que hoy da nombre a la fundación de un determinado partido de los que llaman mayoritarios, fue recompensado por los funcionarios del régimen franquista por sus delaciones en la cárcel con una rápida excarcelación. Mientras Alomà se despedía en la cárcel de Pilatos de Tarragona de su hermano mayor Pau Alomà, el día antes de que éste fuera fusilado por las victoriosas fuerzas llamadas nacionales en junio de 1940, Recasens Mercadé repartía entre el funcionariado franquista ejemplares de periódico en los que Alomà denunciaba la barbarie y criminalidad de los regímenes nazi-fascistas. Recasens Mercadé, hoy puesto por algunos como ejemplo a seguir, obtuvo una amnistía por parte del régimen franquista como recompensa por sus delaciones. Ésta es la sociedad del consenso, del progresismo, de…

Una sociedad de la mentira no tiene futuro. Una sociedad de la mentira sólo puede legar a sus descendientes un poso de deshumanización y barbarie, aunque sea bajo un disfraz posmoderno y sostenible. Poner en evidencia los falsos dogmas de la sociedad y hacer tambalear sus cimientos es una necesidad hoy para contraponer al imperante sistema de subvalores y contravalores una alternativa verdaderamente humana.

La alternativa que los libertarios intentaron construir. Estas personas, con sus aciertos y errores, con sus dudas y sus convicciones, con las enormes responsabilidades que sustentaron y los escasos medios materiales con los que frecuentemente tuvieron que acometerlas, tuvieron el decoro de hacer frente a su destino con la lealtad y coherencia que mantuvieron a lo largo de sus vidas. Saber extraer lo mejor de su legado y darle una continuidad digna de tal nombre es hoy un reto para las nuevas generaciones.

Un reto que requiere de esfuerzo y dedicación, o como dejó escrito Émile Armand: "No debemos olvidar que el anarquismo no es para los ineptos del esfuerzo. No se nace anarquista, sino que se hace tal por razonamiento, por observación, por análisis y por sensibilidad, siempre es necesario el esfuerzo".

Quiero aprovechar para agradecer a los profesores Magí Feixa y Alejandro Salvador su apoyo y estímulo de cara a continuar la investigación acerca de la trayectoria de Josep Alomà. Recientemente, con motivo de la celebración del Homenaje a Josep Alomà, en noviembre de 2009, coincidiendo con la inauguración de una calle en Tarragona que lleva su nombre, y con la publicación de la biografía Una Utopia, una Esperança y del documental Alomà que se distribuye con la misma, se ha desencadenado una un renovado interés por su figura y la fragua de unas nuevas condiciones que favorecen que hoy estemos más cerca de conocer la historia de Josep Alomà y de tantas otras personas, portadores de la Idea, la historia que tantos intentaron silenciar.

Uno de los grandes de la literatura germánica, Hermann Hesse, escribió acerca de la Idea libertaria: “Yo deseo que esta Idea, esta pequeña y maravillosa maga encante a muchos y los llene de nostalgia por su patria, por la patria de todos nosotros. La Idea es una chispa del más allá, una llamada sutil del mundo superior, una delicada invitación a lo que es nuestra meta y nuestra tarea, el camino de la humanidad que se abre ante nosotros. No miremos con desdén ni persigamos a esta bella muchacha de mundos extraños, no la persigamos ni la condenemos a la hoguera, ni la degrademos convirtiéndola en prostituta. Es nuestra querida hermana, es un mensaje de nuestra patria lejana”.



Parafraseando a Manel Aisa en el prólogo a Homenaje a Catalunya de George Orwell, podemos decir que “el mejor homenaje que le podemos rendir al propio Alomà, es dar a conocer de nuevo su obra y dejarse arrastrar con él por las embarradas trincheras del frente de Andalucía y las barricadas de la Tarragona revolucionaria, con el cuerpo entumecido y hambriento y el espíritu generoso y ardiente de quien se sabe del lado justo de la Historia”.

Ramon Gras Alomà


domingo, 17 de junio de 2012

ANDREU NIN. UN MARXISTA EN LA CNT. SU DESAPARICIÓN EN ALCALÁ DE HENARES

Aquí pongo la intervención que tuve en el homenaje que se le tributó a Andreu Nin en el Ateneo de Madrid el 16 de junio de 2012. Su paso por la CNT y la desaparición en Alcalá de Henares fueron los ejes de la misma.

A pesar de lo escaso del tiempo, la militancia de Andréu Nin en la CNT no fue ni mucho menos desapercibida para nadie. Dejando a un lado mixtificaciones y mitos alrededor de esta militancia en la organización española del sindicalismo revolucionario, la razón fundamental para que Andréu Nin pasase a engrosar las filas del cenetismo catalán fue, fundamentalmente, la concepción de cualquier militante revolucionario que veía en la CNT la mejor opción para el avance de la revolución social en el país.
            Su paso a la CNT viene precedido por dos hechos fundamentales:
  1. La decepción que Nin arrastra tras su paso por el PSOE y la dirección que había tomado en una línea más al estilo de la socialdemocracia tradicional (al estilo alemán)
  2. La importancia que supuso la Revolución Rusa en todas las organizaciones revolucionarias del mundo. La CNT no fue menos en este aspecto.

No está clara la fecha de paso de Nin a la CNT. Probablemente se produzca entre finales de 1918 e inicios de 1919. Momento importantísimo para la organización anarcosindicalista por tres razones básicas:
A.     La Regional catalana ha celebrado en 1918 un congreso en Sans y han aprobado la organización de los Sindicatos Únicos. La CNT daba un salto cualitativo en la organización obrera y se convertía, con diferencia, en la central sindical más dinámica y moderna de toda Europa. Posición que adoptará a nivel nacional tras el Congreso celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1919. Ya no será una organización a través de sociedades obreras de oficio sino una estructura de sindicatos y federaciones por ramos de producción.
B.      Es un momento de desarrollo de la conflictividad y del proceso revolucionario en España. No solo por los aires que vienen de Rusia o Alemania, sino que se ha visto plasmado en el propio país con la Huelga General revolucionaria de agosto de 1917, con pacto tácito entre UGT y CNT, o la Huelga de la Canadiense desarrollada en Barcelona durante 1918 y que ha logrado la conquista de la 8 horas de trabajo gracias a la CNT y su método de acción directa.
C.     La reacción que la patronal tiene ante todo esto y que provoca la creación de los Sindicatos Libres y el desarrollo del pistolerismo patronal con la idea de mermar las filas del pujante anarcosindicalismo.

En este entorno Andréu Nin pasa a pertenecer a la CNT.
Y a pesar del poco tiempo que llevaba de militancia en la organización sindical, tiene un papel medianamente importante en el Congreso de la Comedia de Madrid. Allí descubrimos a Nin netamente sindicalista a tenor de las ponencias que defiende. Las más importante, siguiendo la Memoria del Congreso, son las siguientes:

a. Petición de la jornada de 8 horas de trabajo para los marineros
b. Petición de 7 horas de trabajo para los que realicen trabajos subterráneos
c. Fijación de un salario mínimo.
d. Creación de una Comisión de Control que vigile, estudie y compare la producción en las fábricas españolas respecto a las del extranjero.
e. Establecimiento de derechos sociales para los inválidos.
f. Establecimiento de alquileres populares y nuevos inmuebles de calidad, utilizando la huelga de alquileres como herramienta (que se desarrolló con importancia en España y Argentina impulsada por los anarquistas)

            Es pues un Nin sindicalista. Es un momento de entusiasmo revolucionario ante lo que está sucediendo en Rusia.
            Nin vivirá en sus carnes el propio pistolerismo patronal. El 29 de noviembre de 1920 sufre un atentado por parte de los pistoleros patronales. Sale ileso, pero su compañero Josep Canela es asesinado.
            Nin, junto con Maurín, Arlandis y otros, es el sector dentro de la CNT que defiende con más entusiasmo la entrada de la Confederación en la Internacional Comunista. Algo que lleva a enfrentarse con otros sectores de la CNT que paulatinamente se van separando por la represión que el régimen bolchevique somete a los libertarios rusos. La delegación que la CNT manda a la URSS en 1921 tiene disparidad de opiniones, entre los defensores del bolchevismo y los detractores, entre los que se encuentran Ángel Pestaña o el informe del anarquista francés Gastón Leval. El núcleo marxista de la CNT acaba saliendo de la organización y comenzará a organizarse en el amplio espectro de organizaciones comunistas que surgen por la división del movimiento obrero. Los Comités Sindicalistas Revolucionarios que los marxistas estructuran dentro de la CNT fueron un auténtico fracaso.
 Nin no regresará a España hasta 1930. Se queda en la URSS y allí comienza a formarse el que será una de las figuras más relevantes del marxismo español durante la Segunda República española. A pesar de ello, el marxismo revolucionario siempre fue una minoría en la clase obrera española. La referencia marxista fue el PSOE hasta, prácticamente, 1936.
Pero la historiografía marxista ha errado a la hora de analizar el papel de este grupo dentro de la CNT. No existía una CNT aséptica controlada por una minoría anarquista sectaria que la arrastra a posturas distintas a las de la Internacional Comunista, como se ha querido plantear. La CNT es, desde su origen, una organización de carácter libertario, por su estructura, por sus medios y por sus finalidades. Aunque en su seno existían personalidades de distintas ideologías (no solo la anarquista) la organización confederal chocó con las estructuras verticales que el bolchevismo imponía. Aquellos que intentaron virar hacia esa estructura en al CNT fracasaron. Nin entre ellos.

La desaparición en Alcalá de Henares

            Nin desaparece de la escena política el 22 de junio de 1937 asesinado por agentes estalinistas. La ciudad elegida: Alcalá de Henares.
            Se ha establecido como lugar común que Nin es torturado en el sótano del chalet de Ignacio Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana, y Constanza de la Mora, su esposa. Ambos militantes del Partido Comunista de España. Según las versiones de allí salió y fue ejecutado en un punto indeterminado de la carretera de Perales de Tajuña por los agentes soviéticos (Orlov entre ellos)
            Pero sin embargo la versión no encaja. La zona de la ciudad donde tenía ubicada Hidalgo de Cisneros su casa no sale a ninguna carretera de Perales. De hecho no existe en la ciudad ninguna carretera que se llame de Perales. Igualmente la casa de Hidalgo de Cisneros no tenía sótano.
 La única carretera que conduce a Perales de Tajuña desde la ciudad es la carretera que sube el cerro Gurugú y lleva hasta Arganda. Y en esa ubicación solo existía un chalet como dependencias policiales. El chalet del diputado derechista por Alcalá de Henares Rafael Esparza (asesinado en la cárcel Modelo de Madrid en agosto de 1936). Es allí donde muy probablemente Nin fue torturado y luego conducido al lugar de su ejecución.

Dejando a un lado todas las críticas que le podamos hacer, todos los debates que mantuvo con los libertarios a través de artículos de prensa, hoy figuras como la de Nin son necesarias de recordar. Muchos de sus análisis son válidos hoy en día, pues son derechos aún por conquistar. Y a su defensa en los puntos que hizo en el Congreso de la Comedia de la CNT, allá por el año 1919, me remito. Casi un siglo después, más vigentes que nunca.

lunes, 4 de junio de 2012

Las visiones franquistas del anarquismo. Eduardo Comín Colomer y Temas Españoles


Artículo publicado este mes el periódico CNT

Los largos años de la noche de la dictadura franquista han dejado un amplio poso en el tratamiento de la historiografía posterior. Muchas de las valoraciones, todas políticas, que los voceros franquistas hicieron calaron sobremanera en muchos círculos. Y lo curioso es que no siempre fueron círculos derechistas los que adaptaron esos discursos. Muchos clichés establecidos alrededor del movimiento anarquista en España provienen de esta época.
Hace cuatro años Carlos José Márquez escribió un excelente artículo en la revista Germinal que llevaba por título La colección Temas Españoles: La contrarrevolución española y la divulgación de la interpretación franquista de la historia de España y de la Guerra Civil. En él hace un repaso a la visión que esta colección hizo de la historia de España que, completado con su magnífico libro Como se ha escrito la Guerra Civil española (Lengua de Trapo, 2006), nos aproxima al tratamiento historiográfico que los reaccionarios han tenido. Poco se va a poder aportar más que lo que Carlos José Márquez ha hecho en estos trabajos.
Sin embargo es conveniente aproximarnos a lo que esa “historiografía” ha legado y comprobar como muchos de los clichés que alrededor del anarquismo se establecen aun hoy son base de muchos trabajos. Numerosos son los libros que desde posiciones neofranquistas continúan justificando el golpe del Estado militar contra la República en julio de 1936 y presentar “la maldad intrínseca” de las izquierdas como causante de la ruina de España.
Lo primero sería establecer que fue la colección Temas Españoles. Esta colección se publicó en España  entre los años 1952 y 1978. Llegó a editar hasta 548 folletos sobre distintas cuestiones de la historia y las costumbres españolas. Editadas por Publicaciones Españolas e impulsadas por el Ministerio de Información y Turismo, los distintos ministros franquistas al frente del mismo (Gabriel Arias Salgado y de Cubas, Manuel Fraga Iribarne, Alfredo Sánchez Bella, Fernando de Liñán y Zofio, Pío Cabanillas Galla y León Herrera Esteban) impulsaron al colección. Los folletos se podían encontrar en los quioscos a muy bajo precio, convirtiéndose en literatura barata que acercaba a los “temas importantes de la historia” al conjunto de la sociedad española. Se estaba completando la visión franquista de la historia. La justificación del golpe militar para entender en un conjunto de profundidad histórica, no solo en la República sino en periodos previos. Y siempre marcando quienes eran los “enemigos de España”.
Para esta labor el Estado franquista se hizo con una importante nómina de escritores y publicistas que escribieron en al colección. De entre todos hay que destacar a Eduardo Comín Colomer (1908-1975). Comín Colomer era periodista y policía. Convencido católico y defensor del régimen franquista, Comín Colomer tiene una amplia obra de carácter antianarquista, anticomunista y antimasónico, que por el conjunto de sus escritos eran sus grandes fobias. Intentó en más de una ocasión entrar a formar parte del cuerpo de policía en España pero suspendió repetidas veces el acceso durante la Segunda República. Aprovechando el golpe de Estado pasó a formar parte de la policía franquista. Desde entonces Comín Colomer se dedicó al expolio de obras y elementos de las logias masónicas. Fue autor de libros como La masonería en acción. ¿Cómo exterminarla?, Historia del anarquismo español, 1836-1948, Comunismo y masonería o Historia del Partido Comunista de España. Fue junto a Maximiano García Venero (falangista) y al también policía Mauricio Carlavilla, que firmaba como Mauricio Karl, uno de los pocos que escribían durante el franquismo sobre movimiento obrero y Guerra Civil demonizando a todas las tendencias de izquierda y justificando el franquismo. Hoy en la Biblioteca Nacional se puede consultar el llamado “Fondo Comín”, que la viuda del comisario franquista donó (la mayoría material procedente del expolio del propio Comín Colomer) para su consulta.
Eduardo Comín Colomer es autor de hasta 10 títulos de la colección Temas Españoles (Españoles esclavos de Rusia, Eliminados, La Semana Trágica de Barcelona, El comunismo en España, Las luchas internas en la zona roja (Rusia en acción), Jaca, Un año turbio: 1917, De Castilblanco a Casas Viejas, El anarquismo contra España o Glorias de la policía). El tratamiento que Comín Colomer hace del anarquismo en estos folletos (así como en sus libros) ha valido para establecer numerosos lugares comunes que aun hoy perduran. En su folleto La Semana Trágica de Barcelona, escrito en 1953, hace un repaso a los orígenes del movimiento obrero libertario en España, uniendo el desarrollo del mismo a los fenómenos de violencia y terrorismo y desembocando en la Semana Trágica donde saca a relucir exclusivamente el anticlericalismo. Para el franquismo los procesos sociales o la sangrante guerra colonial que se desarrollaba en Marruecos no tiene influencia en el desarrollo de la Huelga General de julio de 1909 sino el odio que se profesaba contra la Iglesia Católica. Comín Colomer pone igualmente a algunos personajes como el foco de sus iras. El gobernador de Barcelona, Ángel Ossorio y Gallardo, es uno de ellos. Así lo define Comín Colomer: “Ya hemos dejado constancia que el gobernador civil de Barcelona era Ángel Ossorio y Gallardo, político que a principios de la segunda República se declaró ‘monárquico sin rey’, y al que el marxismo, en la que fue zona roja, premió los servicios que le había prestado (…)”. Tras una lista de edificios religiosos asaltados por los revolucionarios (según siempre las estimaciones de Comín Colomer) entra de lleno en el que considera responsable de la Semana Trágica. El anatema contra Francisco Ferrer Guardia y la masonería es leiv motiv en toda la obra de Comín Colomer. La sombra de la masonería estaba detrás de este acontecimiento así como del atentado contra Alfonso XIII en 1906. La obsesión masónica que el franquismo tuvo y ejemplificó en la misma figura del dictador, se refleja también en las obras de Comín Colomer.
Esta influencia de la masonería también la refleja en el folleto Jaca o en El anarquismo contra España. La masonería confluye con intereses extranjeros para poder desestabilizar a España, según estas teorías franquistas. Los atentados contra Martínez Campos, Cánovas del Castillo, el Liceo de Barcelona, etc., son obra del anarquismo y la masonería internacional. Mezclan momentos distintos de la historia del anarquismo (periodo de violencia finisecular con el pistolerismo patronal que nada tiene que ver a la hora de abordar el concepto de dicha violencia) para justificar “la criminalidad del anarquismo”. Igualmente la intervención de personalidades extranjeras, algunas dispares, en el desarrollo de los acontecimientos en España es común. Por ejemplo Comín Colomer acusa que Errico Malatesta participa en los sucesos de Jerez de 1892. Así como la intervención de Charles Malato, Naquet o Clemenceau (personajes dispares entre sí) de la visión que se da de España tras los sucesos de Montjuich de 1896. Y como no, la masonería tiene participación en el atentado de Michelle Angiolillo contra Cánovas del Castillo en agosto de 1897.
Para Comín Colomer anarquismo es sinónimo de crimen. Toda la conflictividad social del siglo XIX y XX, donde participaron las organizaciones libertarias, era producto de la mente perversa de sus componentes. En un alarde de mezclar cosas, la masonería y el comunismo soviético mediatizan el anarquismo en sus proposiciones criminales. Para Comín Colomer la FAI es una organización terrorista y criminal. La CNT no es un sindicato sino una banda de malhechores que se dedican a la extorsión, el robo y el crimen.
La deformación de la propia historia de España llega al paroxismo cuando Comín Colomer concede una importancia desmesurada a movimientos políticos como el comunismo que no tiene una influencia determinante en España hasta la Guerra Civil. Para él el movimiento revolucionario de Jaca del otoño de 1930 lo dirige el Partido Comunista de España. Y como no, la masonería también.
Todo este compendio de estas obras que se escribieron hace más de 60 años nos puede servir para comprobar que se mantienen de ellas. Hoy todavía hay quien mantiene muchas de estas teorías. ¿No hemos leído libros y artículos que consideran a Ferrer Guardia inspirador del atentado contra Alfonso XIII e instigador de la Semana Trágica de Barcelona? ¿Acaso no se considera en muchos círculos el anarquismo un fenómeno violento y criminal autor de los mayores desmanes? ¿No hay una propaganda negativa hacia la FAI y su labor dentro del movimiento anarquista? ¿No se considera a la CNT un accidente sindical dedicado a “otras cosas” que nada tenía que ver con el obrerismo? ¿No es cierto que la propaganda negativa de la masonería procede en parte de este periodo histórico? Y en todas estas visiones la influencia del catolicismo es más que evidente.
Muchas obras de neofranquistas actuales mantienen todos estos mitos que los estudios serios han descartado hace ya mucho tiempo. Una literatura folletinesca y barata de Temas Españoles que algunos han alzado a categoría académica y que con personajes y libros que tienen detrás concretos proyectos políticos y grupos económicos de presión muy poderosos se publicitan por activa y por pasiva.
Hay que tener en cuenta pues esta literatura para valorar que no es nueva. Tiene sus antecedentes y personajes en el franquismo. Una prueba más para comprobar que en España las cosas se han hecho muy mal.

Julián Vadillo Muñoz