sábado, 26 de abril de 2014

LA REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES 40 AÑOS DESPUÉS

Artículo publicado en la edición digital del periódico Diagonal con motivo del 40 aniversario de la Revolución de los Claveles en Portugal.

Cuando el día ya terminaba aquel 25 de abril de 1974, el cuartel do Carmo era tomado por el capitán Salgueiro Maia, del Primer Escuadrón de la Escuela Práctica de Caballería de Santarén que se había sublevado la madrugada anterior. El presidente derrocado, Marcelo Caetano, firmaba una trasmisión de poderes que recaía en el Movimiento das Forças Armadas (MFA) y que luego delegarían en una Junta de Salvación Nacional que recaerá en las manos del general Antonio Spínola. Caetano partiría al exilio. No iba a ser juzgado por los crímenes cometidos de la dictadura salazarista.
            Así culminaba la conocida “Revolución de los Claveles”. Nos adentramos un poco en el interior de ese proceso.

¿Qué liquidó la Revolución de los Claveles?

            El 25 de abril de 1974 se ponía fin a la dictadura más larga de Europa. Portugal, que en 1910 había tomado el camino republicano y la vía democrática, pronto se vio absorbida por unos sectores que no aceptaron esos procesos. En 1917 se dio un golpe de Estado que proponía el establecimiento de una dictadura conservadora. Aunque en 1919 se volvió a restablecer la legalidad republicana, sus estructuras quedaron erosionadas y entre 1921 y 1926 se produce una conservadurización de las instituciones portuguesas que finalizan el 28 de mayo de 1926 con un golpe de Estado del general Gomes da Costa.  A él se adhiere el catedrático de Economía y Finanzas de la Universidad de Coimbra Antonio Oliveira Salazar, diputado desde 1921 por el Centro Católico. Tras el paso del general Carmona por la presidencia de la dictadura, en 1932 Salazar es aupado al a presidencia del Consejo y en 1933 se proclama el “Estado Novo”, comenzado de esta manera la dictadura salazarista. A pesar de los debates generados a partir de la figura de Salazar, este era un personaje gris, autoritario, católico e integrista, que fue presentado como un personaje “providencial” para Portugal.
            El modelo de dictadura que se implanta en Portugal es muy similar al que Mussolini tiene en Italia. Se procede a una dura represión contra el movimiento obrero, que en aquellos año dinamizaban los anarquistas. Se forma un sistema basado en el corporativismo, a imagen y semejanza de la “Carta del Trabajo” italiana. El sistema cuenta con el apoyo de los sectores adinerados de la sociedad portuguesa, que vieron su estatus en peligro ante el avance del obrerismo portugués,  de la Iglesia y de parte del Ejército. El aparato represivo del salazarismo recayó sobre la Policía de Vigilancia y Defensa del Estado (PVDE), que contó incluso con instructores de la Gestapo como Kramer y estableciéndose campos de concentración como el de Tarrafal en Cab o Verde. En 1946, cuando el Eje fue derrotado, la PVDE pasó a denominarse PIDE (Policía Internacional de Defensa del Estado), que ejerció una durísima represión contra todo tipo de oposición. La cárcel de Caixas pasó a la historia por su crueldad.
            Las similitudes en muchos puntos entre el salazarismo y el franquismo es patente. Salazar colaboró con Franco durante la Guerra Civil española mandado unidades de voluntarios a España, los Viriatos. Y durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la no beligerancia de Portugal, Salazar mostraba simpatías por nazis y fascista, montando la Legión Verde, a imagen y semejanza de la División Azul en España, que combatió en el frente soviético.
            Pero a pesar de esto la Portugal de Salazar siempre contó con el apoyo de Inglaterra, que veía ventajas económicas en ello. Esta tutela hizo que durante la década de 1950 y 1960 Portugal optara, como hizo España, por un modelo desarrollista apoyado en un liberalismo salvaje y patrocinado por los tecnócratas del país. Incluso Portugal formó parte de los países EFTA, el modelo de mercado común impulsado por Inglaterra frente a la Comunidad Económica Europea, aunque al final todos acabaron en el mercado común europeo.



La oposición al salazarismo

            A pesar de asentarse en una maquinaria represiva, el salazarismo siempre contó con sectores opositores al mismo. Dentro del ejército siempre existió un sector liberal que en numerosas ocasiones intentó poner fin al régimen de Salazar. Hubo intentones en 1927, en 1931, en 1935, en 1936, en 1947 o en 1961. Personaje como Herminio da Palma Inacio, Enrique Galvao, Botelho Moniz o Humberto Delgado, cada uno con diferencias ideológicas, intentaron derrocar a Salazar.
            También hubo determinados intelectuales como Jaime Cortesao, Raul Proença, Cámara Reyes, Antonio Sergio o Azevedo Gomes que desde distintas plataformas literarias criticaron el régimen fascista de Portugal.
            También una oposición política. Desde los primeros intentos de los anarquistas, como fue el intento de articulación de una huelga general revolucionaria en enero de 1934 o el intento de asesinato a Salazar en 1937. También el Partido Comunista de Álvaro Cunhal ejerció una oposición fuerte a partir de la década de 1940. Se tiende a partir de ese momento a la formación de plataformas que aglutina a gran parte de la oposición con el objetivo de poder arrebatar el poder a Salazar. Pero el sistema viciado de la dictadura y el trabajo represivo de la PIDE, impide cualquier cambio.

La llegada de Marcelo Caetano

            En septiembre de 1968 Salazar cae gravemente enfermo y queda imposibilitado para ejercer el poder. Le sustituye Marcelo Caetano. Y a pesar que este parece que daba unas muestra de aperturismo lo que procede es a un lavado de imagen para continuar con las mismas estructuras. La PIDE pasa a denominarse Dirección General de Seguridad. Hay unos sectores “liberales” que se hacen con el poder para intentar mantener las estructuras de la dictadura.
            Pero la dictadura tiene importante problemas estructurales. Por ejemplo la Guerra colonial (Angola, Monzambique y Guinea) que hace que una gran parte del ejército se vaya separando de la dictadura. Incluso personajes conservadores y de derechas como Antonio Spínola arremete contra la dictadura. Spínola en su obra Portugal y el futuro intenta dos cosas claras:
1. Frenar la escalada bélica de la dictadura de Caetano
2. Frenar el creciente poder de socialistas y comunistas que piden la descolonización.
            Spínola es el mejor ejemplo de como la Revolución de los Claveles sufrió un retroceso posterior.
            Igualmente Portugal era uno de los países más pobres en Portugal, con las tasas más bajas de PIB y con mayor índice de analfabetismo.
            El capitalismo portugués se iba dando cuenta que las estructuras de la dictadura se iban anquilosando. Y que si no querían perder su poder económico por el avance que tenían los movimientos obreros y socialistas tenía que apostar por otras estructuras. Un factor clave para entender el devenir de aquel 25 de abril de 1974.

El Movimento das Forças Armadas

            El MFA nació en el verano de 1973 ante el descontento que existía en el ejercito por la situación generada en las guerras coloniales. Un movimiento que en poco tiempo se hace con un hueco importante y toma fuerza entre la población militar portuguesa. La Fuerzas Armadas se plantean que salida a la crisis de Portugal no es militar sino política. Hay que pasar a una democratización de la sociedad y para ello el ejército tenía que reflexionar lo que estaba sucediendo. “El Ejército solo será el pueblo en armas, cuando entre el Ejército y el pueblo no exista ninguna clase de barreras” sentenciaba el MFA.

Triunfo de la Revolución. Debate y disgregación

            En la madrugada del 25 de abril de 1974 una radio portuguese pone una canción próscrita. Grândola, vila morena, terra da fraternidade, o povo é quem mais ordena, … . La canción de Jose Afonso era la señal de salida de los militares. Estos toman los puntos neurálgicos de la ciudad de Lisboa. Solo hay tiroteo en la sede de la PIDE, con el resultado de cuatro muertos entre los manifestantes. Caetano cede. Los militares tienen claveles en sus armas. Los socialistas y los comunistas apoyan al MFA y a la Junta de Salvación Nacional de Spínola con el objetivo de proceder a un cambio democrático.
            Portugal comienza a pensar en la construcción del socialismo. El movimiento obrero y de izquierdas es fuerte. Pero surge el debate en la propia izquierdas. Para unos el movimiento generado el 25 de abril es el mejor modo de empezar a construir una democracia y luego pasar a estadios más amplios de libertades y de control económicos. Para parte de la extrema izquierda, si bien el movimiento es importante hay que superarlo porque el capitalismo portugués está detrás de alguno de sus dirigentes y quiere reconvertir el país. Mientras el Partido Socialista de Portugal de Mario Soares y el Partido Comunista de Portugal de Álvaro Cunhal se integraron, parte de la izqueirda no lo hizo así. Algo que también se repitió en España tras la muerte de Franco.
            Con todo el movimiento del 25 de abril hizo temer a otros gobiernos su mismo final. Es el caso del franquismo. Algunos militares en España intentaron emular al MFA, haciendo surgir la UMD. Pero el franquismo pronto se encargó de aplastar cualquier intento.

            La Revolución de los Claveles triunfó. Tumbó las estructuras de la dictadura fascista portuguesa. Llevó al pueblo de Portugal a la calle. Las consecuencias fueron múltiples y tiene muchas aristas. Pero 40 años después de su triunfo sigue siendo un ejemplo.



            

lunes, 21 de abril de 2014

LA MEMORIA PÉRDIDA DE VALDENOCEDA ENCUENTRA JUSTICIA

Valdenoceda es una pequeña población burgalesa junto al puerto de la Mazorra. Situada en la comarca de la Merindades y perteneciente al Partido Judicial de Villarcayo, este pequeño pueblo atravesado por el Ebro fue escenario de uno de los episodios más terribles de la represión franquista.
Burgos, controlada tempranamente por las tropas sublevadas contra la República, fue una de las provincias que más dura represión vivió entre 1936 y 1943. En Valdenoceda, a partir de 1938, una antigua fábrica de sedas fue reconvertida en una presión donde se fueron hacinando presos. Los testimonios recogidos y las memorias de la prisión de Valdenoceda convierten a este penal en uno de los más inhumanos de la dictadura franquista. Según los datos unos 3000 presos llenaron la prisión durante los años de su existencia, llegando a tener 1600 recluidos en algunos momento, cuando la capacidad del espacio era de 300. De los presos que pasaron por Valdenoceda 152 murieron y fueron enterrados en un terrenos que Instituciones Penitenciarias tenía en el cementerio de la localidad.

El terrible penal de Valdenoceda

El penal de Valdenoceda pasa a la historia de la represión franquista como uno de los más terribles. Por testimonios de vecinos del pueblo la gran mayoría de los presos que fallecieron entre sus muros lo hicieron de hambre. Las enfermedades se propagaban también entre los presos. Si algo recuerdan los presos como terrible eran las chinches que les atacaban cada noche.
La situación de los presos quedó perfectamente reflejada gracias a los dibujos del pintor y dibujante socialista José Robledano, que estuvo preso en Valdenoceda. Según los testimonios las torturas y los castigos eran comunes a los presos. Por debajo de la prisión pasaba el río cuya agua utilizó la fábrica para mover las máquinas. Una vez que se constituyó en prisión zonas inferiores del edificio se utilizaban como celdas de castiga. Cuando el agua subía el preso quedaba cubierto hasta la cintura o el cuello. Así los tenían durante horas por “delitos” como no cantar el Cara al Sol o no formar bien la fila. El hambre y las enfermedades diezmaban una población penitenciaria que sufrían las consecuencias de la victoria del fascismo.

Los propios presos preparaban los ataúdes de los fallecidos con madera y los portaban hasta los lugares asignados por Instituciones Penitenciarias (al principio se utilizó parte del cementerio municipal del pueblo, pero ante el inminente desbordamiento Instituciones Penitenciarias se hizo con un solar bajo el propio cementerio que, una vez cerrada la cárcel, fue utilizado a finales de las década de 1970 inicios de la de 1980 como cementerio del pueblo también). El preso era enterrado con las pocas pertenencias que tenía y a un metro de profundidad.
En 1943 la cárcel fue cerrada pero ya se había convertido en uno de los centros de exterminio franquista más tristemente recordados.

La Agrupación de Familiares Represaliados en Valdenoceda

Si por algo se distinguió el franquismo, junto a ser una maquinaria represiva, fue al terror que impuso a una sociedad que la condenó al silencio. Es por ello que muchas de las cosas que sucedieron en lugares como Valdenoceda no se recuerden en las generaciones siguientes.
Aun así desde hace algunos años diversos familiares de las víctimas han venido trabajando para la recuperación de los cadáveres y la entrega a sus familiares. El iniciador de todo fue Jose María González, cuyo abuelo había fallecido en la prisión de Valdenoceda. En 1996 realizó su primera visita a Valdenoceda. Y en el año 2000, a raíz del artículo que Emilio Silva publicó sobre la exhumación de la fosa de Priaranza del Bierzo y el caso de Pinochet, comenzó a mover, con la yuda de la ARMH, el caso de la represión en Valdenoceda. Recopiló la lista de los 152 fallecidos y comenzó a localizar a los familiares de los mismos. En 2003 hicieron el primer homenaje a las víctimas y el año 2005 se constituyeron como Agrupación de Familiares. No sin dificultad consiguieron una subvención que les permitió proceder a la exhumación de la fosa del cementerio, donde lograron rescatar a 116 cadáveres. Fue una tarea complicada porque mucho de los cuerpos estaba bajo otros cadáveres que no tenían que ver con la represión. Además que la construcción posterior de un panteón hizo desaparecer a 3 o 4 cuerpos.
José María González hace notar las dificultades que han encontrado con el gobierno del PP. En 2011 se les concedió otra subvención para hacer el traslado de las sepulturas actuales a la zona libre de restos. Para hacer tal cambio necesitaban el permiso de las familias. Mientras iban recogiendo esos permisos se les acabó el plazo para hacer el cambio. Y casi al mismo tiempo se produjo la victoria del PP en las elecciones. Cuando fueron a justificar la subvención alegaron que el proyecto estaba en vías de ejecución. Pero el gobierno les obligó a devolver la subvención de 58000€ y a pagar un recargo de 4000€ que consiguieron gracias a la solidaridad de diversas personal y colectivos.

Homenaje y entrega de cuerpos el 12 de abril

El pasado 12 de abril tuvo lugar un acto homenaje y entrega de cuerpos en el cementerio de Valdenoceda. Antes del acto se desarrolló una charla realizada por el antropólogo Luis Ríos, que explico el proceso que se ha llevado para la identificación de los cuerpos exhumados en Valdenoceda.
Después en un acto multitudinario en el cementerio se realizó un acto presentado por Rosalía Santolaría, periodista de la Cadena SER de Burgos. En el mismo acto intervinieron José María González, de la Agrupación de Familiares de Valdenoceda, Nora Morales de Cortiñas, fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo argentinas que se desplazó a este pequeño pueblo de Burgos y Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, entre otros. Discursos llenos de sentimiento y reivindicación de la memoria en uno de los escenarios de la represión.
En el acto se hizo la entrega de 11 cuerpos identificados a sus familiares, de los cuales se recogieron 8 ante la imposibilidad de algunos de los familiares para poder asistir al acto. En total han sido 23 los cuerpos identificados, si bien se ha localizado en este tiempo a 11 familias. A esto se viene a unir los cadáveres identificados con anterioridad.
Una vez terminado el acto del cementerio, con la canción Huesos de Pedro Guerra, hubo una visita al penal de Valdenoceda. La antigua prisión hoy muestra un estado deteriorado y a algunas se sus dependencias no se puede acceder por peligro de derrumbamiento. Aun así conserva toda la fisionomía de un lugar donde se vivieron momentos terribles en la historia del franquismo. Alguno de los integrantes de la Agrupación explicaban lo que sucedió en el lugar. Un sitio como la prisión de Valdenoceda podría ser rehabilitado para poder hacer un centro de interpretación y un museo de la memoria de la represión. Sin embargo, algo que en Europa esta tan extendido, no cuenta con ningún apoyo institucional en España, lo que hace que esos lugares de la memoria se vayan perdiendo poco a poco. Mientras numerosos lugares del país sigue luciendo simbología franquista o muchas calles siguen manteniendo el nombre de golpistas y criminales de guerra.
Entre los familiares hay una cosa clara. Quieren Verdad, Justicia y Reparación para los suyos.

Burgos, una provincia azotada por la represión

Siendo como fue la capital de la España sublevada, Burgos es una de las provincias donde más escenarios de represión y de desapariciones forzadas se produjeron. Gracias a documentales como El lugar que ya no está (Espacio Tangente) se han rescatado alguno de los lugares de esa represión. No solo la prisión de Valdenoceda sino las fosas localizadas en Aranda de Duero o en la zona de Briviesca. También el kilómetro 13 de la carretera de Covanera, la Torca Palomera de Mozuelos de Sedano, la represión en Orbaneja del Castillo, las fosas localizadas en le Puerto de la Mazorra, etc. Distintos lugares, muchos en el mayor de los anonimatos, que fueron testigos del terror del franquismo.
Gracias a las asociaciones de memoria, a las agrupaciones de familiares y a la sociedad civil nos vamos aproximando, poco a poco, a lo que significó el terror impuesto por el franquismo en España, que aun a día de hoy goza de impunidad.


Los 23 identificados en Valdenoceda

Julián Chávez Gallego → Córdoba → 05/04/1941
José Carrasco Valiño → Campillo de Llerena (Badajoz) → 07/08/1942
Sebastián Martínez Tomás → Madrid → 10/07/1942
Valentín Ayuso Saéz → Villamanrique del Tajo (Madrid) → 01/08/1942
Antonio Abad Vara → Getafe (Madrid) → 04/09/1942
Guillermo Ruiz de Diego → Escalada (Burgos) → 22/12/1939
Valentín Legarda Orbe → Santurde (Burgos) → 10/12/1939
Adolfo Pérez López → Ronfe (Lugo) → 18/11/1939
Teodoro Pérez Martín → Miraflores de la Sierra (Madrid) → 18/10/1941
Anselmo Montero Hernández → Majadahonda (Madrid) → 03/08/1941
Vicente Tercilla Abasolo → Angulo (Burgos) → 08/11/1941
Bonifacio García Alcalde → Roa de Duero (Burgos) → 29/11/1941
Valentín Villanueva García → Villarubia de los Ojos (Ciudad Real) → 18/03/1943
Benito Velasco Iglesias → Aranda de Duero (Burgos) → 20/08/1942
Antonio López Mora → San Lorenzo de Calatrava (Ciudad Real) → 12/08/1942
Cipriano Frías Cámara → Gumiel de Mercado (Burgos) → 06/08/1939
Francisco Gordón Beloqui → Valle de Mena (Burgos) → 09/03/1940
Felipe Mora Úbeda → Alcolea de Calatrava (Ciudad Real) → 24/11/1941
Félix Estébanez Bascones → Aguilar de Campoo (Palencia) → 22/02/1940
Andrés Asensio Espino → Tarazona (Zaragoza) → 17/12/1940
Pedro Blanco Cobo → Villanueva de la Reina (Jaen) → 29/03/1941
Delfino Campo García → Santiago de Cartes (Cantabria)
Vicente Bellido Muñoz → Alcaudete (Jaen) → 22/10/1941


lunes, 14 de abril de 2014

CONQUISTA Y ESPERANZAS DE LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA

Artículo publicad en la edición digital de Diagonal con motivo del aniversario de la proclamación de la Segunda República española en abril de 1931

Hace 83 años, tras unas elecciones municipales que dieron la victoria a las candidaturas republicanas en la inmensa mayoría de las capitales de provincia, el pueblo español salió a la calle y  proclamó la Segunda República española. Una conquista que sobrepasó a los propios políticos republicanos que no se esperaban un desenlace tan rápido de su victoria electoral tan solo 48 horas antes.
            El 14 de abril rompía con un pasado marcado por el caciquismo, el clientelismo y el poder ejercido por la monarquía Borbón y todos unos adláteres que mantenían vivo el periclitado sistema de la Restauración. El Ejército y la Iglesia había sido dos de sus grandes baluartes. Tal fue el caso que cuando la monarquía vio que su statu quo estuvo en peligro promovió la dictadura en 1923 en la persona de Miguel Primo de Rivera emulando a la Italia de Víctor Manuel III y Mussolini. Pero como dice el historiador Juan Pablo Calero “la Restauración optó en 1923 por una monarquía sin democracia y cuando el pueblo pudo elegir optó por una democracia sin monarquía”. Sintomático.

Los avances de la República

            Si por algo se distinguió la República nacida el 14 de abril fue por una ampliación de la libertades y las oportunidad. Era la primera experiencia democrática en España desde el Sexenio en 1868. Y si se consiguieron esos avances fue merced a que un actor estuvo muy incisivo en los años previos a la proclamación de la Segunda República: el movimiento obrero. Las exigencias obreras fueron fundamentales para entender las conquistas republicanas. Ya lo dijo Juan Peiró en el editorial de Solidaridad Obrera el 15 de abril de 1931. Allí Peiró decía que la República fue un acto revolucionario y que tenía que contar con la clase trabajadora. Si no lo hacía la República perecería. En parte las palabras de Peiró fueron proféticas.
            El gran acierto de la República fue la educación. En el primer bienio republicano se construyeron más escuelas y centro de instrucción que en todos los años de la monarquía de Alfonso XIII. La República llevó la educación y la cultura a las áreas rurales, algo que llevaban haciendo los centros obreros anarquistas y socialistas muchos años antes. La alfabetización, fundamental para el movimiento obrero, era la cuenta pendiente de la República. Las Misiones Pedagógicas, la formación de escuelas, la formación de maestros y maestras, de profesores, la creación de institutos de segunda enseñanza, la reforma de la Universidad, etc. Toda una pléyade de derechos educativos que hicieron avanzar la sociedad española.
            Junto a él se desarrolla otros derechos como el de asociación (reprimido durante la dictadura), libertad de prensa, libertad de opinión, etc.
            Otra conquista de la República fue el sufragio universal, tanto para hombre como para mujeres. Aprobado tras duros debates en el parlamento en 1931, se pudo ejercer con completa libertad en las elecciones de noviembre de 1933. Una defensa de ese sufragio efectuada con auténtica pasión por Clara Campoamor. Una ley que contó con el escepticismo de mujeres como la radical-socialista Victoria Kent o la socialista Margarita Nelken y con la indiferencia de otras como las anarquistas Federica Montseny o Lucía Sánchez Saornil, que consideraban prioritario otros derechos al voto. La República es la confirmación de mujeres como Hildegart Rodríguez Carballeira, María Lejárraga, etc. Es el momento en que se aprueba la Ley del Divorcio (en 1932) o la Ley del Aborto, ya en Guerra, en 1936 gracias al impulso de Federica Montseny y Amparo Poch Gascón.
            La República fue un periodo de avance las vanguardias artísticas. El cine reconoció la figura de Luis Buñuel. El cine español republicano se situó, incluso, a la cabeza mundial. También es la confirmación de la Edad de Plata de la Literatura española. La Generación del 27 creció al calor de la República. Federico García Lorca, Rafael Alberti, Alejandro Casona, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Vicente Alexandre, Pedro Salinas, Juan Ramón Jiménez, etc. Alguno de ellos ya confirmados en generaciones anteriores, otros representantes de esa Generación del 27, algunos anticipaban otra generación que quedó truncada con la Guerra.
            La República acometió la laicización de la sociedad. La separación efectiva Iglesia-Estado. La República nació laica. Dio libertad de culto. No había trato de favor a la Iglesia católica cuyas organizaciones se tenían que someter a la ley civil. Los jesuitas no aceptaron dicho juego y fueron expulsados. La Iglesia perdió el control de la educación. Unas medidas que la Iglesia nunca perdonó  a la República.
            La configuración del Estado en la República fue completamente nuevo. Se abrió la vía a las autonomías. Se eliminó la Guerra como instrumento de política nacional (tan utilizado por la monarquía). La pena de muerte quedó abolida.
            Fue una ruptura tácita con el periodo anterior.

Las taras de la República

            Pero si bien se consiguieron importantes avances, la República también tuvo fallas estructurales que le enfrentó al factor que había trabajado más por una sociedad distinta: el movimiento obrero.
            La Reforma Agraria no se acometió con la contundencia reclamada por los sindicatos. Se expropió a un reducido número de terratenientes monárquicos y se realizó un desigual reparto de la riqueza. Los propietarios se mofaban de los campesinos con la frase “¿No queríais República? Pues comed República”. Las medidas republicanas en favor de los jornaleros en el primer bienio fueron insuficientes. El plan de la Reforma Agraria era muy extenso en el tiempo y el hambre de los  jornaleros era inmediata. En este contexto se tiene que entender los movimientos campesinos de Arnedo y Castiblanco en 1931, iniciados por integrantes de UGT, o los de Alto Llobregat en 1932 y Casas Viejas en 1933 impulsados por la CNT. Todos ellos sangrientamente reprimidos.
            Aunque la República avanzó en leyes proteccionistas de carácter laboral (aprobación por ley de las 8 horas de trabajo y cumplimiento absoluto – aunque la ley se había conquistado tras la huelga de La Canadiense en 1919 –, seguros sociales, etc.) muchas de ellas fueron insuficientes y no llegaban a las peticiones exigidas por el movimiento obrero. Inclusive leyes como la Términos Municipales, por la que solo se podía contratar a gente de un municipio en caso de existencia de paro en el mismo, o la Ley de Vagos y Maleantes, aplicada en muchas ocasiones por cuestiones laborales, fueron un autentico caballo de batalla y enfrentamiento entre los sindicatos, sobre todo la CNT, y el gobierno de la Segunda República.
            La aprobación de los Jurados Mixtos como forma de representación que dejaba fuera a la CNT, fue algo duramente criticado por los anarcosindicalistas al Ministro del Trabajo Francisco Largo Caballero, a la sazón dirigente de la UGT. Advirtieron los libertarios al Ministro que ese sistema se volvería contra él. Cuando los socialistas abandonaron el gobierno y las derechas ganaron en noviembre de 1933, los Jurados Mixtos fueron ampliamente controlados por la patronal y por el sindicalismo amarillo, virando la UGT a pactos con la CNT.
            La Ley de Defensa de la República mostró en numerosas ocasiones mayor temor de los dirigentes republicanos al movimiento obrero que a sus verdaderos enemigos. Los movimientos huelguísticos fueron fuertemente reprimidos haciendo mención a dicha Ley, cuando el golpe de Sanjurjo en 1932 terminó con penas leves. Muchos de los que salieron indemnes de aquella intentona golpista contra la República en agosto de 1932 se volvieron a sublevar contra ella en julio de 1936.

Los trabajadores y “su” República

            Cuando en noviembre de 1933 ganaron las derechas las elecciones se produjeron retrocesos en los derechos adquiridos. Incluso aquellas medidas que el movimiento obrero consideró insuficientes sufrieron un retroceso por parte del nuevo gobierno.
            Este retroceso hizo movilizarse nuevamente a la población que había traído a España la Segunda República. Y aquí se tiene que entender la Revolución de Asturias de 1934, sangrientamente reprimida por Lerroux, la CEDA y Franco.
            La movilización provocó una confluencia de las izquierdas. Nació el Frente Popular compuesto por el PSOE, la UGT, el PCE, Izquierda Republicana, Unión Republicana, el Partido Sindicalista, etc. La CNT y el movimiento libertario no entró a formar parte del Frente Popular al principio, pero de cara a las elecciones de febrero de 1936 dio libertad a sus militantes para votar a las candidaturas frentepopulistas. Y el 16 de febrero de 1936 las izquierdas volvieron a ganar las elecciones.
            Pero una amplia base de las derechas y los enemigos de la República no iban a dar tregua. Y desde ese mismo 16 de febrero de 1936 comenzaron a pergeñar el golpe de estado. Parte del Ejército, la Iglesia, una amplia capa de la derecha se sublevan contra la República en julio de 1936. Y fue otra vez el pueblo, el trajo la República en abril de 1931, el que se movilizó contra los retrocesos a partir de noviembre de 1933, volvió a salir a la calle y frenar en muchos lugares el golpe de Estado. Se iniciaba una Guerra Civil. Otra historia con un trágico final que sumió a España en una larga noche.

viernes, 4 de abril de 2014

EL ILEGALISMO FRANCÉS A PROPÓSITO DE LA NOVELA “EN CUALQUIER CASO NINGÚN REMORDIMIENTO”

En el número de abril del periódico CNT publico un artículo sobre el llamado ilegalismo en el anarquismo francés, a propósito de la novela de Pino Cacucci En cualquier caso, ningún remordimiento, que cuenta la vida de Jules Bonnot. Aquí reproduzco la versión larga del propio artículo

Si algo ha levantado siempre mucha literatura ha sido la llamada violencia en el anarquismo. Es curios que un movimiento con múltiples aristas de estudio se le encasille constantemente en acciones violentas, presentado la historia del movimiento libertario completamente deformada. Estas cuestiones se han hecho por varias razones:
  1. Por desconocimiento de la propia ideología anarquista.
  2. Por la pasión por lo que denomino “la casquería” de la historia del anarquismo con el fin de distorsionar la situación.
  3. Por cuestiones puramente políticas donde presentar al anarquismo como un accidente violento sirve para defender otras causas.

Son algunas de las razones, aunque pueden existir muchas más. Y es una cuestión que no solo pasa en el anarquismo español. El anarquismo francés, por poner un ejemplo, también se ve afectado por estas cuestiones. Sobre todo en lo concerniente al llamado periodo terrorista y el ilegalismo que abarca el periodo comprendido de la última década del siglo XIX hasta mediados de la década de 1910 en el siglo XX. Por ese periodo circulan nombres como el de Ravachol, Emile Henry o Jules Bonnot. Aunque en muchas ocasiones se ha tendido a mezclar todo, cada uno de estos personajes responden a una tipología concreta y un momento histórico. Nada tiene que ver las acciones de Ravachol con las de Bonnot. Vamos a intentar poner un poco de orden a toda esta historia. Para ello nos vamos a guiar por dos de los mejores historiadores franceses del anarquismo: Jean Maitron y Jean Preposiet.

El anarquismo francés tiene diversas tipologías desde el aplastamiento de la Comuna de París en mayo de 1871. Algo que tampoco es ajeno a otros lugares del mundo. El anarquismo se debatió entre la organización en las sociedades obreras para incidir de forma efectiva en el movimiento obrero y la en la organización puramente anarquista, que sin desechar el obrerismo le dé otro cariz a la organización anarquista. A finales del siglo XIX tomó fuerza entre algunas individualidades anarquistas la opción de atacar a las instituciones del Estado o los centros de poder con el cometido de erosionarlo y provocar con ello el estallido de una conciencia que condujese a la revolución. Aquí encuadrariamos los casos y acciones de Sante Caserio y el asesinato del presidente de la República francesa Sadi Carnot o a Luigi Lucheni y el asesinato de la Emperatriz Sissi. Estos anarquistas consideraban que los personajes a los que ejecutaban eran responsables directos de la miseria y de masacres, por lo que planificaban su eliminación. Aquí entraría también Angiolillo y el atentado contra Cánovas del Castillo. Otros lo intentaron contra centros específicos, como Desiré Joseph Pawels, anarquista belga fallecido en la Iglesia de la Madelaine por el artefacto explosivo que portaba. En la misma línea se situaría Auguste Vaillant, que en diciembre de 1893 atentó contra la propia Cámara de los Diputados francesa. Su ejecución en la guillotina en febrero de 1894 provocó la reacción de Caserio y Pawels ya explicadas.

Otros anarquistas optaron por la llamada expropiación. Acciones muy criticadas por los militantes de organizaciones anarquistas pero que estuvieron presentes en muchos aspectos. Destacan las figuras de Duval, Pini o de la Marius Jacob del que se ha dicho que el escritor Maurice Leblanc se basó para hacer el personaje de Arsenio Lupin.

En toda esta vorágine finisecular había dos nombres que siempre son destacados por encima del resto. El primero es Ravachol. Y el segundo el de Emile Henry.
Ravachol en realidad se llamaba François Claudius Koeningstein. Desde pequeño se vio obligado a
trabajar y adquirir distintos oficios. A través de diversas lecturas se comienza a poner en contacto con círculos socialistas en Saint Chamond. Conoce el anarquismo y comprueba que se siente más vinculado a esta ideología. Ravachol comienza a tener problema por la justicia por acciones que le acusan pero que en realidad son ajenas, en un principio, a su propia persona. Pero a partir de ese momento las acciones de Ravachol fueron sucediéndose. Falsificador de moneda, profanador, robo, etc. Por todas estas acciones es perseguido y llega a ser detenido, aunque consigue evadirse. En ese momento llega a París. Y deciden vengarse de lo acontencido contra los anarquistas Decamps y Dardare. Ravachol y dos colaboradores organizan el atentado contra el presidente de la Audencia Benoît en el 136 del Bulevard de Saint Germaine. A pesar del artefacto explosivo no hay víctimas y Benoît sale ileso. Decide entonces volver a la carga. A pesar de las detenciones de sus colaboradores en los días previos, Ravachol escapó y logró realizar el atentado en el domicilio del sustituto de Benoît de apellido Bulot en el 39 de la Rue de Clichy. La bomba provocó siete heridos y cuantiosas pérdidas materiales. Pero Ravachol fue poco discreto y la policía estaba sobre aviso. Fue detenido en marzo de 1892 en el Restaurante Lherot. A pesar de que Ravachol fue condenado a cadena perpetua se le juzgó también por tres crímenes anteriores con lo que la condena fue a muerte. Fue guillotinado en julio de 1892. Sus acciones fueron recordadas en numerosas canciones de la época.
Aun con de la militancia que Ravachol había tenido con anterioridad nunca fue aceptado en muchos círculos libertarios. Sus acciones de robo o profanación fue entendida en muchos círculos anarquistas como algo alejado de la ideología.
La java bons enfants y su muerte sí tuvo más repercusión entre los círculos libertarios teniendo en cuenta cuales eran los orígenes del personaje.
Caso contrario a Ravachol es el de Emile Henry. Henry había nacido en Barcelona debido a que su padre se vio obligado salir de Francia tras su participación en la Comuna de París. Por ello Emile Henry es un militante que bebe de las raíces revolucionarias desde un inicio. Henry fue un militante aventajado y formado, propio la cultura obrera de la época. La acción que Vaillant realizó contra el parlamento y la condena a muerte de este anarquista provocó la reacción de Henry. Anteriormente, en noviembre de 1892, Henry había atentado contra la Comisaria de la Rue Bons Enfants de París. En realidad el destino de la bomba era las oficinas de la Compañía minera de Carmoux (ciudad del sur de Francia), cuyos mineros estaban en huelga. La bomba fue interceptada y trasladada a la comisaria, depositándose en un patio. Allí hizo explosión mientras dos policías la manipulaban. Posteriormente la ejecución de Vaillant en 1894 provocó la reacción de Henry, quien realizó un atentado contra el café Términus el 12 de febrero de 1894 con el resultado de un muerto y veinte heridos. Henry fue detenido, juzgado y condenado a muerte. Las declaraciones y confesiones de Henry durante el juicio fueron toda una condenada a la sociedad capitalista y una justificación de sus acciones contra la explotación y sus instituciones. Su ejecución se realizó el 21 de mayo de 1894 contando con tan solo 22 años de edad. La acciones de Henry también se recordaron a través de canciones como La java des bons enfants.
Llegados a este punto damos un salto y hablamos de la figura de Jules Bonnot. Y poco tiene que ver Bonnot con los anteriores casos. En el caso de Bonnot no realiza atentado con bombas contra instituciones o por cuestiones de lucha obrera. Bonnot es lo que se conocía como un expropiador. Aunque también comenzó a militar en las sociedades obreras, su carácter temperamental le dejó muchas veces fuera de esos empleos. Las acciones de Bonnot fueron espectaculares en conexión con sus colaboradores. Lo que se conoció como la llamada “Banda de Bonnot”. El atraco de la Rue Ordener contra la entidad bancaria Societé General, las acciones de expropiación, etc. Una trayectoria dilatada en el propio Bonnot antes de unir su suerte a la de Raymond Callemin, Eduard Carouy o Ganier. Un grupo que había crecido al calor del periódico L'Anarchie fundado por Albert Libertad y continuado por Víctor Kibalchite luego conocido como Víctor Serge, uno de los participantes en la Revolución rusa y autor de numerosos libros al respecto.
Bonnot había pasado por muchos vericuentos, persecuciones y acciones. Se dice incluso que fue chofer del escritor Arthur Conan Doyle (como recoge la novela de Pino Cacucci). La idea de Bonnot era expropiar a aquellos que robaban. Todos los integrantes del grupo de Bonnot procedían del movimiento obrero francés. Pero decidieron realizar acciones de este tipo. La vida y la muerte de Bonnot es cinematográfica. Persguido por atracos y asesinatos, Bonnot es acorralado junto con Debois en Choisy Le Roy. Huía tras haber sido sorprendido y asesinar al comisario Jouin, que le seguía la pista. En un asedio de horas. Al asedio de la casa defendida por los dos anarquistas se desplazaron unidades especiales de tiradores del regimiento de los Zuavos. Tras horas de asedio Debois y Bonnot fueron acribillados el 27 de abril de 1912. Unos días después se repitieron las mismas escenas en otros lugar, en el asedio a la casa donde estaban Valet y Garnier, integrantes del grupo de Bonnot. La mayoría de los integrantes de la Banda de Bonnot fueron ejecutados.

Algunas consideraciones

A pesar de la espectacularidad de las acciones que se han narrado este tipo de actuación siempre fue minoritaria en el seno del movimiento libertario. Curiosamente se resalta en exceso este tipo de actuaciones y nada las consideraciones que personajes como Kropotkin o Malatesta tuvieron al respecto. Si bien el movimiento anarquista se solidarizada en ocasiones con los condenados a muerte, a los que consideraban compañeros anarquistas, lo cierto es que no contemplaban sus acciones como positivas para la anarquía. En la Francia de finales del siglo XIX e inicios del XX tuvieron mucha más repercusión en el anarquismo las teorías del obrerismo y la vinculación al movimiento sindical. Personajes históricos como Louise Michel, que había participado en la Comuna de París, el geógrafo Eliseo Reclus, Charles Malato, etc., fueron más incisivos en el desarrollo del anarquismo. Para la parte sindical habría que destacar las figuras de Tortelier y su concepto desarrollado de la huelga general o la de Fernand Pelloutier que afianzó el sindicalismo revolucionario. A pesar de su fallecimiento en 1901 su figura será fundamental para el devenir del movimiento obrero francés cuando se aprueba la Carta de Amiens de 1906.

El final del siglo XIX fue el reflejo de unas acciones individuales motivas por el sentimiento de venganza ante los ataques tanto a la clase obrera como contra militantes individuales que se rebelaban contra la sociedad establecida. Ninguna organización estaba tras las acciones. El anarquismo organizado no las amparaba aunque se solidarizara con las personas e intentase dar una lectura a lo que sucedía. La consecuencia del momento y en la actualidad es una magnificación de aquellas acciones y una ocultación intencionada de los debates internos del anarquismo y su participación en la organización obrera.

El caso de Bonnot si responde a otras cuestiones. Quedaba lejos los debates de finales del siglo XIX. Bonnot y el resto de su grupo se alejaron de las acciones colectivas para entrar en las individuales convirtiéndose en un islote dentro del panorama anarquista. Quizá sus antecedentes inmediatos estaban en Pini, Duval y Jacob. Pero lo que no se puede negar es la formación anarquista de los integrantes de la Banda de Bonnot. Su concepto de expropiación fue muy criticado y alejado de las concepciones mayoritarias del anarquismo. Pero con la muerte de Bonnot se pone punto y final a toda una época.




martes, 1 de abril de 2014

LAS ILUSIONES APLASTADAS 75 ANIVERSARIO DE UNA DERROTA

Artículo publicado en el periódico Diagonal edición digital con motivo del 75 aniversario del final de la Guerra Civil

En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.
El Generalísimo
Franco
Burgos 1º abril 1939

            Este fue el parte de guerra que el 1 de abril daba por concluida la contienda, emitido por radio con la voz de Fernando Fernández de Córdoba. Se cerraba casi tres años de combates desde que el 18 de julio de 1936 un grupo de militares perpetrara un golpe de Estado contra la República. Tres años de Guerra donde los vencedores dieron todas las muestras de lo que iba a ser el régimen que forjaban. El objetivo era claro: aplastamiento definitivo de sus enemigos. Porque como Fernando Fernán Gómez dice al final de su obra Las bicicletas son para el verano cuando finalizó la contiendo no hubo paz, comenzó la victoria. Y frente a ella los derrotados.
            No habían pasado ni ocho años desde que el 14 de abril de 1931 se proclamase la República. Las ilusiones que entonces se forjaron quedaron aniquiladas ese 1 de abril de 1939. No solo por la derrotada de la República democrática. También porque fueron aplastados manu militari proyectos de transformación social que se venía desarrollando en España desde el siglo XIX. El movimiento obrero es el gran derrotado de la Guerra Civil. Sus aspiraciones de una sociedad nueva y socialista quedaron aplastados. Los proyectos socialistas y anarquistas, muchos de los cuales se pusieron en práctica durante la Guerra Civil iniciando una verdadera y profunda revolución, fueron exterminados.
            Pero la gran derrota de 1939 no solo se ejemplificó por una durísima represión iniciada por el gobierno de Franco. También por la imposición del terror. El terror político, el terror social y el terror psicológico. Algo que las generaciones posteriores siguieron sufriendo y que, actualmente, sigue siendo una de las grandes herencias del franquismo, merced a unas políticas de las memoria intencionadamente erróneas y fundamentadas en los propios principios de los vencedores de la Guerra Civil. Y es que mucho son los puntos del franquismo que aun se mantienen vigentes. Desde estructuras políticas pasando por instituciones no depuradas hasta llegar a una verdadera impunidad para las víctimas de una guerra y del franquismo que se debate entre el genocidio o las prácticas genocidas contra ellas. Algo que ha llamado la atención de las propias instituciones internacionales que han comprobado como en España no se ha hecho nada por restablecer la Verdad, la Justicia y la Reparación de las víctimas. Y como dice el historiador Paul Preston la corrupción también es otra de las grandes herencias actuales del franquismo.

Casado y el final de la Guerra Civil. Donde todos y ninguno tenían razón

            El final de la Guerra Civil fue dramático. Mientras la maquinaria de exterminio de los rebeldes se puso en marcha desde el propio inicio de la Guerra (no hay más que recordar las palabras de Emilio Mola seguidas al pie de la letra) en el campo leal a la República se generó una serie de debates, muchos de ellos enriquecedores, que vinieron acompañados por disputas internas que poco favor hicieron.
            El final de la Guerra Civil fue el fiel reflejo de esas disputas. Desde mayo de 1937 ostentaba la presidencia del gobierno de la República el socialista Juan Negrín. En su primero gobierno había eliminado la participación de los sindicalistas tanto de la UGT (producto de los problemas internos del movimiento socialista) como de la CNT. A pesar de ello se sucedieron distintos problemas en el seno del gobierno que no dejaban de ser problemas de los propios organismos que representaban. Los reveses militares llevaron a Negrín a promover una reforma de gobierno en 1938 donde caía un ministro comunista (Jesús Hernández) y entraban nuevamente los libertarios (Segundo Blanco). A pesar de ello el gobierno de Negrín se enfrentaba a varios problemas. El primero el retroceso de la República en el campo de batalla. La toma de Teruel y su rápida pérdida era un motivo de preocupación para el gobierno de la República. El segundo una desigual lucha a nivel internacional. Mientras los golpistas habían encontrado rápidamente apoyos en sus aliados fascistas europeos (Portugal, Alemania e Italia) la República quedó completamente aislada. Ni Francia ni Reino Unido apoyaron a la República, promoviendo una Comité de No Intervención. La URSS apoyó con material bélico y asesores, pero esta ayuda siempre fue motivo de enconados debates al no ser desinteresada. México dio una ayuda sincera pero testimonial. A la altura de 1938 y con un mapa europeo muy distinto al de 1936 la República estaba seriamente erosionada a nivel internacional. Las Brigadas Internacionales se retiraban de la España leal haciendo entrever un cambio de política internacional en la URSS. Las potencias democráticas daban un nuevo ejemplo de debilidad frente al fascismo cuando cedieron ante Hitler por la invasión de los Sudetes. Los Acuerdos de Munich de septiembre de 1938 no dejaban de ser un duro golpe para la República española.
            Los problemas internos que se generaron tras la crisis de Mayo de 1937 quedaron larvados en muchas organizaciones. Los socialistas caballeristas (seguidores de Largo Caballero) se vieron fuera del poder y comenzaron a estrechar lazos con la CNT a nivel sindical si bien otros sectores socialista y comunistas dentro de la UGT les comenzaban a disputar la dirección del sindicato. La CNT también se vio fuera del gobierno, pero era una organización lo suficientemente poderosa como para mantener muchas cuotas de poder tanto a nivel municipal, militar o en el comisariado. Aun así las disputas llevadas en Barcelona en Mayo de 1937 fue algo que se guardaron los anarquistas. Igualmente la alianza circunstancial para poder controlar el gobierno que Negrín, Prieto y los comunistas formaron se fue erosionando poco a poco por las propias disputas internas hasta llevar a la crisis de febrero de 1939. El presidente de la República, Manuel Azaña, era criticado por todos acusándolo de derrotista por sus reflexiones y escritos.
            Cuando el 5 de marzo de 1939 el coronel Segismundo Casado constituyó un Consejo Nacional de Defensa (CND) desautorizando al gobierno de Juan Negrín, todas estas querellas internas estaban encima de la mesa. El problema que la historiografía ha planteado es que ha mezclado todas las cuestiones haciendo una historia unívoca. Pero repasando las fuentes nos damos cuentas que ese CND que surgió en Madrid no era tan cohesionado como se creía. Porque una cosa era los intereses de Casado y otra muy distinta la de los casadistas. Casado llevaba tiempo en contacto con agentes británicos para poder liquidar la Guerra. Era consciente de que en su entorno tenía agentes de la Quinta Columna, como el teniente coronel José Centaño de la Paz. Que estos estaban llevando conversaciones con los quitacolumnista en Madrid que pasaban la información al gobierno militar rebelde de Burgos. Pero los casadistas, que eran una suerte socialistas caballeristas, libertarios, algunos republicanos y figuras simbólicas como el socialista Julián Besteiro o el militar José Miaja, tenían otras pretensiones y, sobre todo, demasiadas querellas con los comunistas por todo lo acontecido en el pasado, ya que estos les habían marginado en una política de intento de control del movimiento obrero. La gran diferencia, y fundamental, entre Casado y los casadistas era que mientras Casado quería negociar una paz honrosa a cualquier precio los casadistas no estaban dispuesto a ello, tal como demostraron a partir de la segunda quincena de marzo. Pero ya era demasiado tarde.
            Por contra el gobierno de Negrín era legal pero debil y profundamente erosionado. Cuando se constituyó el CND casi ningún ministro del gabinete de Negrín estaba en España. Igualmente unos días antes mientras Negrín anunciaba (como hizo en numerosas ocasiones con anterioridad) una ayuda militar de las potencias democráticas, estas reconocían a finales de febrero al gobierno rebelde de Franco en Burgos. La política de Negrín quedaba desactivada y fuertemente erosionada. Además tampoco se escapaba que el propio gobierno de Negrín hablaba en algún momento de paz honrosa frente a los enemigos. Todas estas cuestiones se tomaron como un vacío de poder cuando se constituyó el CND.
            Por su parte los comunistas habían ido perdiendo peso paulatino desde 1938. Desde 1936 el PCE había llevado a cabo una política que le llevó a llenar un vacío que dejaron los partidos republicanos, convirtiendose en un partido de orden, y que le llevó también a una disputa con el PSOE, la UGT y la CNT para poder controlar el movimiento obrero. En este último punto el PCE fracasó. Los comunistas hicieron un llamamiento a la resistencia numantina para que los rebeldes no tomasen Madrid. Pero estaban a merced de la política internacional. No podemos olvidar que el PCE era la Sección Española de la Internacional Comunista y que estaban a disposición de lo que las directrices internacionales marcasen. Y a nivel internacional Stalin estaba cambiando de política. Esa posición de debilidad también fue detectada por su rivales políticos cuando se constituyo el CND en marzo de 1939. Cabe una pregunta en este punto. ¿Qué hubiese sucedido si la guerra se hubiese aguantado hasta septiembre de 1939, con la invasión alemana a Polonia, con el pacto Molotov-Von Ribbentropp de por medio? ¿Cual hubiese sido la posición del PCE ante la Guerra Civil española cuando está hubiese entrado en el conflicto general europeo? No es nuestra misión hacer ni historia factual ni ucronías pero la pregunta no es baladí.
            Los anarquistas siguieron siendo durante la Guerra referencia y ganaron en influencia en muchos sectores. Su posición fue de colaboración con el resto de fuerzas antifascistas y se puede decir que fue el movimiento que más cedió en el periodo bélico. Siendo antiestatista cedió ministros y cargos politicos. Siendo antimilitaristas dieron militares. Pero en la labor de control del movimiento obrero y en la forma de entender la Guerra Civil chocaron con sus rivales históricos, los comunistas. Aun así al acabar la guerra la importancia que anarquistas y comunistas tuvieron se hizo evidente al ser los únicos movimientos que articularon desde muy temprano una resistencia clandestina al franquismo.
            Los combates que se entablaron en Madrid y alrededores (Guadalajara, Alcalá de Henares y Torrejón de Ardoz) entre las fuerzas del CND y las fuerzas comunistas leales a Negrín fueron el triste epílogo de la Guerra Civil.
            Sin hacer juicios de valor hay dos conclusiones claras en este triste final de la República:
1. A la altura de marzo de 1939 el gobierno de Negrín estaba completamente aislado a nivel nacional e internacional. Su posición era de completa debilidad.
2. El CND quiso llenar un vacío de poder sobre unas bases muy débiles, pues lo integrantes del mismo no coincidían en objetivos. La Paz Honrosa era una completa utopía e ingenuidad teniendo en cuenta cual era la política de exterminio que Franco estaba llevando a cabo.

            Aun así una cosa es clara. La derrota de 1939 no vino determinada por las disputas internas en el campo republicano. Esa conclusión esta muy alejada de la realidad. Hay dos factores fundamentales que determinaron la derrota de la República y de los proyectos que en ella anidaban:
1. El primero y fundamental el golpe de Estado de 1936. La Guerra Civil se inició por dicho golpe de Estado. Y en él estaban los enemigos eternos del progresismo. El golpe lo apoyó la derecha política, una parte del Ejército, los terratenientes, la clase capitalista, la amplia mayoría de la Iglesia católica, etc.
2. La soledad de la República fue manifiesta. En el momento crucial de su existencia, cuando fue atacada, se quedó sola. Las potencias democráticas le dieron la espalda.

            Por eso la gesta del pueblo español fue resistir durante tres años las embestidas de Franco, de los fascistas y de los nazis. Y que incluso esas fuerzas lograron derrotar por primera vez al fascismo en el campo de batalla en Guadalajara en 1937. Madrid nunca fue tomada por los rebeldes. Madrid cayó extenuada el 28 de marzo de 1939. Franco fracasó siempre que quiso tomar Madrid.

Las consecuencias de la victoria y la derrotada

            El 1 de abril de 1939 comenzó el calvario para los que no pudieron salir de España. Las cárceles se llenaron de militantes antifascistas. Las organizaciones obreras y de izquierda fueron proscritas y perseguidas. Pensar distinto al régimen dictatorial era un delito que se pagaba con la propia vida. Miles de personas fueron juzgadas en juicios de guerra sumarísimos sin ninguna garantía jurídica. Frente a la presunción de inocencia se reglamentó la presunción de culpabilidad. Miles de personas fueron ejecutadas de forma extrajudicial y sus cuerpos arrojados a fosas comunes y cunetas que hoy todavía permanecen en el anonimato. Otros tantos dieron con sus huesos en las prisiones del franquismo, en los batallones de trabajadores donde fueron mano de obra esclava, internados en campos de concentración con condiciones inhumanas que acababan con su vida. Otros muchos partieron al exilio y ya nunca más volvieron a España. Algunos resistieron al fascismo tanto en Europa como en España. No cejaron en su empeño de derribar a Franco cuando nuevamente se les dio la espalda en 1945, habiendo contribuido a la derrota de nazis y fascistas. Los vencedores se regodearon en su victoria, marcaron los tiempos y determinaron las interpretaciones. Los derrotados fueron siempre condenados al ostracismo. Y de esos polvos estos lodos.
            Pero hubo algo que los derrotados nunca perdieron Y fue su dignidad. La dignidad de haber estado luchando por los ideales que querían. Quien mejor que el novelista y dramaturgo Max Aub en una de sus obras sobre el universo concentracionario (Campo de los Almendros) para definir quienes eran eso que lucharon en España y salieron derrotados:

Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides.