lunes, 22 de diciembre de 2014

A 150 AÑOS… REFLEXIONES ALREDEDOR DE LA HISTORIA DEL ANARQUISMO II

Segunda parte de este análisis donde nos adentramos en la participación del los anarquistas en algunos procesos revolucionarios, en el desarrollo del anarquismo en España y el anarquismo tras la Segunda Guerra Mundial

El anarquismo y algunos procesos revolucionarios. La Comuna de París (1871) y la Revolución rusa (1905 y 1917)

La Comuna de París significó el primer escenario en el que la clase obrera se hizo con el control de la situación. París se organizó de forma muy distinta a lo que hasta ese momento se conocía y en un contexto realmente complicado: la guerra que mantenía Francia con Prusia. Sin embargo la ciudad de París no confió en los políticos republicanos, que huyeron de la ciudad y se establecieron en Versalles. Los barrios de París se auto-organizaron, crearon distintos comités, y la ciudad se proclamó en Comuna. Se tomaron medidas de avance para la clase obrera como el fomento de los Talleres Nacionales (algo que ya se puso en marcha tras la revolución de 1848), la reducción de la jornada laboral para los trabajadores, fomento de la escuela y la educación, igualdad hombre-mujer, etc. Todos medidas que estaban en los programas de las organizaciones obreras y revolucionarias. A pesar de ello existió un profundo debate en el seno de la propia Comuna, sobre todo el representado por los blanquistas y los proudhonianos. Y en ese contexto tuvieron aparición también marxistas y bakuninistas. Mientras los marxistas trabajaron más en sintonía con los blanquistas, los bakuninistas lo hicieron más con los proudhonianos, con los que coincidían en muchos puntos. Por la Comuna pasaron personajes de primera fila como Varlin, uno de los dirigentes del movimiento obrero francés más relevantes que fue fusilado en la represión de la Comuna. Por la experiencia de la Comuna llegaron al anarquismo otros personajes como Louise Michel, que pasó a la historia como una de las mujeres más brillantes del anarquismo.
Podemos decir que el movimiento obrero francés era en su mayoría seguidor de Proudhon, lo que hizo que el anarquismo tuviese un gran arraigo en la Comuna de París. Una vez que el proceso finalizó de forma traumática, todas las ideologías obreras lo reivindicaban como propio. Pero lo cierto es que partiendo de la base que la Comuna fue de cariz federal, la auto-organización de los diferentes barrios de París y la horizontalidad del proceso le hace estar muy cerca a las posiciones anarquistas. Además un precedente de la misma fue la toma del Ayuntamiento de Lyon donde Bakunin tuvo un papel protagonista. Y desde París se hizo un llamamiento al resto de ciudades de Francia para poder federarse entre si, ya que hubo intentos de movimientos similares al parisino en Marsella, Narbonne, etc.
Y aunque hubo procesos o intentonas revolucionarias posteriores a la Comuna de París, fue la Revolución rusa una de las oportunidades más importantes que se le presentó al anarquismo. Más teniendo en cuenta que los dos de los más importantes pensadores anarquistas eran rusos: Mijail Bakunin y Piort Kropotkin. Si en 1905 el movimiento anarquista ruso se presentó mas atomizado, con algunos grupos importantes en grandes ciudades como San Petersburgo o Moscú, con la Revolución de 1917 nos encontramos con unas organizaciones libertarias más asentadas y más fuertes. Los anarquistas crearon importantes órganos como Goloss Truda, tuvieron multitud de grupos e incluso algunos soviets como el de Bialystok fueron de mayoría anarquista. Y es que esta ciudad, junto con Krynki, fueron bastiones del anarquismo ruso. Personajes como Yuda Grossman, Emma Goldman, Vsevolod Eichembaum “Volin”, Alexander Berkman, etc., pusieron al anarquismo ruso como protagonista del cambio revolucionario. Los anarquistas participaron desde primera hora en los soviets, fueron fuertes entre los marinos Krostandt desde antes de 1917, etc. Incluso fue un anarquista quien irrumpió en la Asamblea Constituyente para clausurarla.
Pero los grandes actos del anarquismo ruso fueron Kronstadt y el majnovismo. Y ambos en medio de una oleada represiva contra el anarquismo ruso por parte del gobierno bolchevique. Una represión que le costó al anarquismo el cierre y clausura de periódicos, persecución y cárcel de sus militantes e incluso la muerte de alguno de ellos como Lev Chorny y Fanny Baron.
Nestor Majnó organizó un ejército guerrillero, el Ejército Insurreccional Majnovista, que durante tres años de guerra civil en Ucrania combatió la invasión alemana, a los nacionalistas de Petlura y toda suerte de aventureros de la zona. Aunque alcanzaron hasta tres acuerdos con el Ejército Rojo, estos fueron rotos y finalmente los bolcheviques persiguieron y acabaron con el majnovismo en 1921.
Mismo año en el que el soviet de Kronstadt se levantó pidiendo libertad de prensa y organizaciónpara las distintas fuerzas socialistas, perseguidas en casi todos los rincones de Rusia. A la cabeza del movimiento una suerte de soldados y marinos que estaban, como Stepan Petrichenko, muy cercanos al anarquismo. Mientras se celebraba el X Congreso del Partido Bolchevique en Petrogrado, las fuerzas del Ejército Rojo arrasaron la ciudad de Kronstadt y acabaron con una rebelión que pretendía convertirse en la Tercera Revolución rusa.
La historia del anarquismo ruso se puede calificar como tragedia, pues aunque se mantuvo dentro de todas las estructuras revolucionarias acabó siendo engullida y represaliada por las fuerzas bolcheviques triunfantes.

El anarquismo en España

De todos los lugares en el mundo donde el anarquismo encontró más resonancia a sus ideas, ese fue España. Ya explicábamos más arriba como se produjo la introducción del anarquismo en el país y como los postulados de Bakunin en la Primera Internacional fueron mayoritarios dentro del movimiento obrero español. Personajes como Anselmo Lorenzo, Tomás González Morago, Francisco Ferrer, Mauro Bajatierra, Ricardo Mella, Salvador Seguí, Juan Peiró, Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Isaac Puente, etc., jalonan su historia.
Se ha debatido y estudiado largamente sobre las razones del triunfo del anarquismo en España. Algunas teorías hablan de las influencias milenarias, como el caso de Gerald Brenan. Visión simplista que venía a decir que el anarquismo sustituía en España al cristianismo como movimiento redentor. Otros consideran que al ser España un país atrasado y de base agraria, el anarquismo tuvo más influencia. Sin embargo este argumento cae por su propio peso cuando se comprueba que la zona más industrializada de España como era Cataluña, el anarquismo fue la fuerza obrera mayoritaria.
Quizá las razones para entender el arraigo del anarquismo en España son otras:
1. El sistema de la Restauración que encorsetaba la participación política a un turnismo de partidos dinásticos donde cualquier movimiento de renovación no tenía cabida, hizo del anarquismo una ideología y movimiento influyente para los deseos de transformación social. Si republicanos y socialistas insistían en la participación institucional, para el anarquismo ese camino era inútil y más en un país como España. Ahí el discurso anarquista fue mucho más persuasivo para la clase obrera.
2. La capacidad de organización de los anarquistas fue mucho más efectiva que la de los otros movimientos obreros. Y eso a pesar de los largos periodos de clandestinidad por los que pasó sus organizaciones. Esa capacidad organizativa fue también base de su éxito.
3. Los anarquista supieron entender que si el marco de relaciones políticas y sociales que le rodeaban no le iba a dar ninguna oportunidad a la clase obrera, era necesario crear unas estructuras alternativas. Por eso los anarquistas en sus centros crearon escuelas y las dotaron de bibliotecas, con el objetivo de instruir a la clase obrera y hacerla consciente de la situación de explotación que sufría. Fueron las bases que sentaron una cultura propia, la cultura libertaria dentro de la cultura obrera. Sus centros, sus escuelas, sus formas de relaciones, sus símbolos, sus gestos, etc., crearon toda una cultura alternativa a la cultura burguesa imperante.
Los anarquistas españoles fueron pioneros en muchas cuestiones. La coeducación de sexos, el desarrollo de pedagogías alternativas, la cuestión de la emancipación femenina, la critica a la sociedad católica y clerical que le rodeaba, etc., fueron conceptos desarrollados por los anarquistas que se hicieron parte de la cultura obrera. La enorme cantidad de cabeceras de periódicos anarquistas demuestra el afán que sus militantes tenían por desarrollar lo que denominaban La Idea (en mayúsculas).
Sin embargo el anarquismo, y el español en particular, ha sido víctima de algunos lugares comunes que se ha desarrollado con el paso del tiempo. Vamos a desentrañar alguno:
a) La naturaleza violenta del anarquismo: A pesar de que el anarquismo, o más exactamente algunos anarquistas, ejercieron en determinados momentos episodios de violencia política, la inmensa mayoría del movimiento anarquista no aprobó esas acciones. Lo primero que habría que explicar que motivaba a los anarquistas a ejercer esa violencia. Algunos estaban convencidos de que la eliminación física de algún personaje iba a desencadenar un proceso revolucionario. Otros se movían de forma individual como venganza por acciones represivas. Otras fueron de dudosa procedencia y que tenían a infiltrados policiales como protagonistas. Además el periodo del terrorismo anarquista duró apenas 10-12 años. Esto ha llevado a concluir a algunos historiadores que hay una línea que une el llamado terrorismo anarquista con el yihadismo. Una auténtica aberración historiográfica. Para otros historiadores más ecuánimes como Juan Pablo Calero, el anarquismo español tiró más periódicos que bombas. Incluso durante la Guerra Civil se acusó al anarquismo de ejercer una violencia sin cuartel. Sin eximir de responsabilidad al anarquismo en esa violencia, no fue mayor que ejercieron otras organizaciones políticas y sindicales del campo republicano. Incluso anarquistas como Juan Peiró, Juan García Oliver o Melchor Rodríguez, entre otros, tomaron actitudes contrarias a la propia violencia desde los puestos de dirección que desempeñaron en el conflicto.
b) El anarquismo estaba fuera de la realidad: Muchos han querido presentar al anarquismo como una ideología fuera de la realidad, un accidente en la historia del movimiento obrero. Presentar a un movimiento obrero bueno y consciente frente a un movimiento obrero malo y díscolo. Pero esta cuestión pierde peso cuando compruebas que la clase obrera española se afilió al movimiento obrero libertario de forma mayoritaria hasta la Guerra Civil y en la clandestinidad. Un movimiento que se considere un accidente nunca habría llegado a tales cotas de organización. De hecho la fundación de la CNT en 1910 hace de este sindicato uno de los más dinámicos y modernos de Europa por su modelo organizativa de Sindicatos Únicos (aprobados en Sans en 1918 y el Congreso de la Comedia de 1919) que renovó el panorama sindical de las sociedades obreras. Igualmente la malformación histórica de la FAI, nacida en 1927, la aleja de lo que en realidad fue: una unión de grupos anarquistas que extendieron las ideas libertarias por la geografía peninsular. Ni en su acta de fundación ni en la documentación de sus grupos se atisba nada de la acusación que la ha perseguido de ejercer un control sobre la CNT.
c) El anarquismo siempre fue un elemento de división: Se ha pretendido presentar el anarquismo como un outsider de la política. Organizaciones sectarias que no querían caminar con nada ni con nadie. Sin embargo la historia del anarquismo nos muestra un movimiento que en muchos momentos históricos caminó de la mano de otras organizaciones y movimientos. Durante las revueltas cantonales, en la oposición a la monarquía de Alfonso XIII, contra la dictadura de Primo de Rivera, durante la Guerra Civil, etc. Pactos con republicanos, con socialistas y con movimientos que en momentos históricos eran importes. Cuando tuvo que caminar solo lo hizo. Y a diferencia de otros movimientos se comprueba en las actas de sus congresos la capacidad de autocrítica que tuvieron. El mayor grado de colaboración llegó con la propia Guerra Civil cuando hasta cinco anarquistas ocuparon cargos ministeriales en los gabinetes de Largo Caballero y Juan Negrín. Pero también hubo cargos en el ejército, concejales y alcaldes, jefes de carabineros, etc. Algunos denominan esto la contradicción del anarquismo. Otros lo establecen como el mayor ejercicio de pragmatismo y coherencia en un periodo de guerra.

La propaganda del anarquismo le llevó a convertirse en el movimiento obrero mayoritario. Y esto posibilitó que al producirse el golpe de Estado contra la República en julio de 1936 el anarquismo estuviese preparado para la resistencia y para dinamizar una de las revoluciones más profundas de la historia. Las colectivizaciones y el control obrero industrial y agrario que realizaron los sindicatos (CNT y UGT) durante la Guerra Civil constituyeron la mayor capacidad organizativa de la clase obrera. Ya no solo eran capaces de reivindicar mejoras salariales y de condiciones de vida, sino que se mostraron capaces de poder dirigir la economía y la política de un país. Ha sido, con diferencia, el mayor logro histórico del anarquismo.
Sin embargo, el final de la Guerra Civil y el triunfo de Franco impusieron en España un régimen de corte fascista que ejerció una represión inquisitorial contra sus enemigos (el anarquismo entre ellos) y que estableció un modelo social que era diametralmente opuesto al anarquismo.

El anarquismo tras la Segunda Guerra Mundial

La derrota en la Guerra Civil y la represión consiguiente no fue óbice para que el anarquismo continuara luchando por sus ideas, si bien sus fuerzas disminuyeron. Los anarquistas reconstruyeron en la clandestinidad sus organismos, participaron de la resistencia guerrillera y en la lucha contra nazis y fascistas durante la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo el mundo que se encontraron tras la Guerra Mundial no fue el esperado. El anarquismo tuvo que lidiar entre las dos superpotencias que marcaban el ritmo de la política mundial: EEUU y la URSS. Demasiado para un movimiento que acumulaba muchas derrotas.
A pesar de ello los anarquistas siguieron coordinándose a través de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) y de la Internacional de Federaciones Anarquistas. Tuvo un importante papel en algunos movimientos como el Mayo del 68 y participó de forma activa en la oposición al franquismo. La reconstrucción de la CNT marcó una vitalidad en las ideas libertarias que fueron atajadas por el Estado con las armas que había utilizado siempre: represión y guerra sucia. El problema fue que la respuesta del anarquismo en esta ocasión no fue contundente como en otros momentos. El movimiento libertario español se sumió en una profunda crisis del que tardó en salir años, sumido en luchas intestinas que llevó a una escisión que terminó por partirlo.

A pesar de ello los libertarios han seguido participando en muchos movimientos sociales. En el ¡No a la Guerra! se volvió a ver una emergencia de las ideas libertarias así como en luchas por la vivienda y en el campo sindical. Durante el 15M no solo la participación anarquista fue evidente sino que parte de los postulados de ese movimiento partían de la raíz libertaria.
 Tras 150 años de la fundación de la Primera Internacional las ideas anarquistas siguen generando estados de opinión y formas de organización.

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