viernes, 24 de abril de 2015

UNA LUCHA DESIGUAL. Aniversario del levantamiento del Gueto de Varsovia

Reproduzco el artículo aparecido en el último número del periódico Diagonal. Escrito por Iván Pascual y Julián Vadillo en el aniversario del levantamiento del Gueto de Varsovia en 1943.

Origen y desarrollo del gueto
Cuando el 1 de septiembre de 1939 los alemanes invadieron Polonia el destino de la población judía (así como de muchas otras personas) ya estaba sellado por los nacionalsocialistas alemanes. Basándose en la Leyes de Núremberg de 1935 la poblacion judía quedó marcada y el objetivo era aislarla. El plan que fraguó fue un gueto para la población de Varsovia donde poder albergar a ese 30% de la población en un principio como paso previo a los campos de exterminio como Treblinka. Si algo caracterizó el gueto de Varsovia fue la escasez, el hambre y la situación límite en la que vivieron sus habitantes.
Los judíos del gueto constituyeron un gobierno, el Judenrat, y se dotaron de todos las infraestructuras para intentar desarrollar su vida. Aun así, junto a las actividades culturales y políticas que se llevaron en el gueto (muchas de ellas clandestinas), también la policía del Judenrat y el propio gobierno en muchas ocasiones colaboraron con las autoridades alemanas. Algo que a las organizaciones clandestinas del gueto, de cariz socialista muchas de ellas, no compartían en ningún punto.
En el gueto llegó a contar con 445000 internados teniendo una capacidad de 400000, tuvo personalidades de primer orden de la vida de polaca como el pianista Wladyslaw Szpilman, el director de orquesta Simon Pullman, el historiador Emanuel Ringelblum (autor de Crónica del gueto de Varsovia), el poeta Yitzhak Katzenelson, el pedagogo Janusz Korczak o la trabajadora social Irena Sendler que ayudó a salvar muchas vidas.
La suerte de los judíos se decidió el 20 de enero de 1942 en la Conferencia de Wannsee. Allí personajes como Eichmann o Heydrich propusieron el exterminio total de los judíos. La Solución Final en la llamada Operación Reinhard. La deportación de judíos del gueto de Varsovia comenzó a hacerse masiva hacía los campos de exterminio.
A pesar de ello algunos judíos intentaron resistir y fueron constituyendo sus grupos que hicieron frente a los nazis, destacando el ŹBO de Mordechai Anielewicz y el ŹZW, que tomaron incluso contacto con el exterior del gueto. Ellos fueron los que plantearon batalla del 19 de abril hasta el 16 de mayo de 1943
El levantamiento
El 19 de abril se inició el trágico acto final del gueto. Los alemanes seguían con las deportaciones. Una operación planeada para tres días, se convirtió en la resistencia de un mes. Los combatientes del ŹOB y del ŹZW habían estado trabajando desde hacía tiempo en la construcción de refugios y búnkeres. Habían hecho acopio de las pocas armas y pertrechos que habían conseguido reunir del exterior. Se habían entrenado rudimentariamente y habían decidido por fin luchar. La victoria era imposible, pero consideraban que el tiempo en el que los judíos se dirigían a su propio final sin oponer la más mínima resistencia, había terminado. Los resistentes apenas llegaban a los 800, mientras que las tropas alemanas disponibles, a las órdenes de Jürgen Stroop, superaban los 2000.
Tras unos primeros días de desconcierto y combates inconexos, los alemanes decidieron cambiar de táctica e ir reprimiendo el levantamiento del gueto. Mediante el uso de lanzallamas, artillería y explosivos, los defensores fueron siendo expulsados uno tras otro de sus posiciones. La inferioridad de los resistente fue aprovechada por las tropas alemanas para cometer todo tipo de salvajadas. Si el número de resistentes apenas llegaba a los 800, el número de muertos (según el informe que Stroop, elevó a sus superiores poco después) fue de 13.000.
Para el 29 de abril la resistencia empezó a languidecer. Siendo poco a poco arrinconados y sin ninguna esperanza, una parte de los resistentes, usando las alcantarillas, consiguieron cruzar a la parte polaca. Para el 8 de mayo fue descubierto el cuartel de mando de los resistentes, siendo asesinados la mayoría, entre ellos su líder, Mordechai Anielewicz. La resistencia, cada vez más inconexa y débil, acabó por desmoronarse el 16 de mayo. Ese mismo día era volada por los aires la Gran Sinagoga judía, y Stroop informaba a Hitler que “el antiguo barrio judío de Varsovia ha dejado de existir”.
Epílogo
Una vez sofocada la revuelta, lo que quedaba en pie del Gueto fue destruido. Durante un mes de lucha, cerca de 13.000 civiles y resistentes fueron asesinados y 56.000 enviados a los campos de exterminio, de los cuales muy pocos regresarían a sus hogares con vida. El levantamiento del Gueto les había costado a los alemanes cerca de un centenar de bajas entre muertos y heridos, lo que habla de la terrible disparidad de fuerzas y la bestial brutalidad usada por los alemanes. Aquel era un combate desigual pero supuso una muestra de que las víctimas no estaban dispuestas a seguir siéndolo, y que si su destino era morir, al menos lo harían con las armas en la mano.
Para finalizar unas últimas palabras emitidas por el verdugo del gueto: “la tenacidad de vuestros judíos de Varsovia nos cogió completamente por sorpresa. Esa es la auténtica razón por la que la destrucción del Gueto llevó tanto tiempo”. Sin saberlo y sin quererlo, este nazi reconoció la heroicidad de aquellos resistentes.

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