martes, 13 de junio de 2017

ANARQUISMO Y REVOLUCIÓN EN RUSIA, 1917-1921

Hace unos días terminé de leer el libro de Carlos Taibo Anarquismo y revolución en Rusia, 1917-1921 publicado por la editorial Catarata.
            Tengo que reconocer que tenía mucho interés en leer el libro desde que me enteré que Taibo lo iba a publicar (incluso paré algunas lecturas que tenía entre manos para poder leer con calma el libro). Por varias razones. Lo primero porque en este aniversario de la Revolución de 1917 esperaba muchos trabajos sobre el acontecimiento, pero que abordase el anarquismo quizá no. A esto hay que añadir que yo mismo publicaba este año un libro sobre el anarquismo en la Revolución rusa con el título Por el pan, la tierra y la libertad. El anarquismo en la Revolución rusa, lo que me hacía temer que tuviésemos dos trabajos con los mismos contenidos, lo que supondría una oportunidad perdida.
            Sin embargo, tras leer con detenimiento cada página del libro de Taibo tenemos que felicitarnos que en el centenario de la revolución habrá dos libros sobre el anarquismo en la misma y abordados desde diferentes prismas. Mientras Taibo aborda en el libro cuestiones de carácter ideológico y debates políticos del momento, el mío se centra más en los acontecimientos históricos puros y el devenir organizativo del anarquismo ruso. Mientras Taibo centra su estudios en los años nodales de la Revolución (1917-1921) el mío parte de un tiempo largo, desde el siglo XIX hasta el exilio posterior a la represión de Kronstadt. Y aunque Taibo se sustenta en los acontecimientos históricos para su relato, son las ideas el eje central de su relato. A la inversa que en mi libro que desde el acontecimiento político se aborda los debates de ideas.
            El libro de Taibo tiene muchas virtudes. Partiendo de bibliografía en un amplio espectro idiomático, desentraña todos los debates que se dieron en un momento histórico único del siglo XX, y que puso sobre la mesa una cuestión central que casi ningún libro ha abordado: el modelo revolucionario que se estaba disputando en Rusia entre 1917 y 1921. Porque una de las cosas que tiene la historia es eso de que la escriben quien gana. Y al escribirla desde un solo prisma (o dos, por aquello de la oposición al prisma oficial) se pierde la riqueza de lo debates del acontecimiento histórico. El libro de Carlos Taibo sirve para rescatar que ese debate ideológico lo que mostraba era una tremenda complejidad en el movimiento político en su amplio contexto. Además, esos lugares comunes generados en la historia quedan hechos añicos en este libro.
            Por el libro de Carlos Taibo pasan todo un elenco de temas. Los populismo, los soviets, las comunas campesinas, los sindicatos, los consejos de fábrica, el papel ideológico de los bolcheviques, Majnó, Kronstadt, etc. Todo en 286 páginas (incluida bibliografía. Muy amplia y enriquecedora, por cierto). Una gran aportación del libro de Taibo es la aclaración al gran número de términos que maneja en el libro.
            Sin embargo, no quiero terminar estas breves palabras sin hacer alguna puntualización. Una es más de forma que de fondo. Quizá son muchas las páginas que se utiliza para presentar las ideas bolcheviques y sus actuaciones, contraponiendo no a la propaganda anarquista del momento sino a críticas más propias de la ciencia política. Y por otra parte una crítica un poco más de fondo. Carlos Taibo distingue entre lo anarquista (que asimila a un movimiento político organizado) con lo libertario (más proclive a unas ideas o comportamientos que sería común o transversal a muchos grupos políticos y no solo los anarquistas). Esta diferenciación es digna de un debate. Como de algunos elementos que introduce, que también servirían para poder debatir sobre los acontecimientos y las lecturas que se pueden dar al mismo.
            Pero estas breves cuestiones no oscurecen para nada una obra que, a mi entender, se convierte desde ya en un imprescindible para acercarnos a lo que fue el anarquismo en Rusia. Creo hacer justicia al considerar que con estos dos libros sobre la temática se actualiza y se pone encima de la mesa una arista de la revolución que no se había tenido en cuenta a pesar de su papel protagonista en el acontecimiento. Esto a la misma altura que cualquier otro movimiento que en aquel momento tuviese un papel principal y haya sido postergado por la historia.
Con ello podemos afrontar un debate historiográfico y de la ciencia política mucho más profundo y enriquecedor. Que son obras que sirven para romper lugares comunes. Creo que ambos libros partieron desde esas premisas. Y creo, igualmente, que han cumplido con el objetivo. 

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